La intrusa en la casa del millonario

Capitulo 19

Andrea no se quedo mucho tiempo aquel día en la noche, después de todo ya había sido muy tarde.

Lyra no entendía porque le era tan difícil contarle a ella todo lo ultimo que acontecía con James. Suponía que… ella solo… solo no quería decepcionarla.

¿Qué pensaría sobre ella luego de eso?

Se sentía de alguna forma avergonzada por no saber que hacer en toda esta situación. Solo quería definir mejor lo que le estaba pasando. Tener algo solido de lo que sujetarse. Tener suelo bajo sus pies.

En la mañana se metió a bañar con agua caliente. Se seco el cabello y se vistió. Se puso una falda negra con unas medias de malla negra. Zapatos bajos, y una camiseta blanca manga corta. Un lazo oscuro le adornada el pecho. Y sus cabellos sueltos caían de forma desordenada a su espalda.

Bajo rápidamente esperando ver a James. No sabía si debía disculparse por la interrupción del dia de ayer. Pero… si Andrea no llegaba ¿se iban a besar de nuevo?

Sacudió su cabeza apenada, sus mejillas ardiendo de vergüenza. ¿Por qué aquel recuerdo la mantenía tan nerviosa?

Suspiro y se acerco a la mesa. James ya estaba terminando su desayuno.

-Tardaste más de lo usual.

Ella lo miro -disculpa, me di un baño

-Pon la alarma más temprano

El se portaba como siempre, casi como si nada hubiera cambiado entre ellos. Casi como si las cosas que habían acontecido entre ellos desde que el llego no existía. Aun admiraba como podía hacer eso. Fingir que todo estaba normal.

-El aniversario de la empresa se acerca pronto

-¿Harás algo allá?

-Si, pero no allá. Pienso celebrarlo en la mansión

-¿Un baile?

-Si- informa – algo significativo. Varias premiaciones a los empleados. -lo piensa – es mucho que organizar, pero ya tengo a mi gente en eso.

-¿Quieres que te sirva de agenda?

El la miro sin entender -explícate, Lyra

-Me refiero que puedo hacer de asistente. Anotarte las cosas importantes, recordarte otras… ayudarte -menciono llegando al punto

El joven lo pensó -seria interesante -la miro -¿y obedecerías todas mis ordenes?

-Ya eres mi jefe, tecnicamente ya de por si debo hacerlo. -entonces ella se sentó y se metió su primera cucharada del día a la boca

-Creo que un asistente es algo mas personal -se sobo el cuello -pues si es así, asísteme -pidió

Lyra detuvo su cuchara en medio camino -¿ahora?

-Si. -menciono – ¿me sobarías los hombros?

Lyra se removió incomoda en su silla. Y se puso roja como un tomate -No esa clase de asistencia James. -soltó nerviosa

-Pensé que te referías a eso

-Tu necesitas a una masajista -le informa fingiendo ser indiferente

-Vaya sugerencia. ¿No quieres ser la mía?

-¿Sabes el significado de locura, James?

El no respondido

-Seguramente es una foto tuya en el diccionario

El hombre negó con su cabeza -no eres divertida. ¿quieres que te pague por un masaje?

-Como si quisiera tu dinero…

-Claro que lo quieres. Por algo trabajas para mi

-Olvídalo

-¿De verdad me harás rogarte por esto?-le dice mientras sus manos no habían abandonado sus propios hombros

-Tu no ruegas nunca -entonces se cruzó de brazos tratando de retarlo

-¿Por favor?

-Eso no es rogar

-Yo solo estoy confiando en ti.

-Terrible decisión

James se dio por vencido. Suspiro y se levantó – no demores. Te esperare en el carro.

Entonces antes de salir se detuvo a su altura. Se agacho y le dio un beso en su cabeza.

Eso la sorprendió. Dio un respingo casi sobresaltada -¿q-que… que haces?- se toco con ambas manos el lugar donde el la habia besado

James le sonrió por lo bajo. Y sus ojos azules brillaban con un toque diferente ahora. Uno nunca antes visto. Un brillo de picardía que le alborotaba el corazón -te ves adorable cuando estas nerviosa

Ella paso de la vergüenza a fingir molestia -cállate.

Entonces el se retiro por completo.

Nunca sabia como reaccionar ante las reacciones de afecto de James. Pero se estaba acostumbrando a esto. A la rutina. A esta vida. James y ella reunidos todas las mañanas era todo lo cotidiano y seguro que necesitaba. Y todo lo que podía desear vivir siempre. Nuestras vidas no son siempre tan interesantes.

Y cuando se subió al auto, algo en su cabeza salió al exterior, un pensamiento que estaba retenido desde hace mucho. Antes hacerle semejante pregunta hubiera sido impensable, ahora, quizás había una posibilidad.

-James-lo llamo

-Dime.- contesto el joven al lado suyo

-Quiero hacerte una pregunta -lo miro y su tono era uno que James no reconoció -¿tu sabes algo acerca de mis padres? Hablo de… los verdaderos.

Aquello hizo que le cambiara al rostro -¿Por qué me preguntas eso?

-Bueno… se que no estabas allí. Y sé que… yo sí, y que era demasiado pequeña como para recordarlo, pero… pensé que a lo mejor tu padre te hubiera dicho algo alguna vez. O quizás, tú lo preguntaste alguna vez ¿sabes quiénes eran?

-Sabes que no…

-¿Mi padre jamás te lo dijo?-volvía a preguntar notando que no había contestado todo

-No. Siempre me evadió el tema. No eras la unica a la cual el solía evadirle las cosas…

-Entonces sí que se lo preguntaste.

-Claro que lo hice. -cede -Un día el simplemente llego a casa con una niña desconocida para vivir con nosotros, era obvio que tenía que preguntárselo en algún momento. Averiguar más del tema era natural -suspiro -con los años si he intentado averiguar cosas, pero jamás he conseguido nada

-¿Aun a estas alturas?

-Lyra, no te negaría tu pasado por egoísmo.

Ella no entendió la oración -¿Qué tiene que ver tu egoísmo con mis padres?

-Bueno, si ellos hubieran llegado a reclamarte algún día… no te hubiera dejado marchar.

-Eso es secuestro- soltó con naturalidad

-Tengo un contrato

-No soy un objeto

-Se que no.-el joven se recostó en el asiento – pero a esta edad, tus padres no tienen ningún poder sobre ti. Pueden aparecer el día de mañana y aun así no pueden llevarte. Ya no eres menor de edad. Eres una adulta con su propia vida




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