La intrusa en la casa del millonario

Capitulo 20

Horas después la chica tenia colgado en el cuello el collar que James le había regalado. Aunque se lo había metido por dentro de la camisa como un secreto solo para ella.

Tenia una gran sonrisa plasmada en el rostro. No entendía si esa razón se debía al collar, o más bien a James.

No le desagradaba él. Siempre fue respetuoso y algo… gruñón. Pero, aun así, ahora era diferente. O eso creía…

El empresario también lucia diferente, mas calmado, cierta paz y serenidad en el rostro que no solía tener.

A la hora del almuerzo, James se disculpo con ella por no poder acompañarla, tenia cosas que hacer.

-¿Demoras?

-Regresare por ti -miro su reloj. Desde que recuerda a James siempre estaba pendiente de la hora, casi como si cada segundo de su día estuviera ya contado. -iré a la empresa de los Smith. Tengo cosas que discutir y unos negocios que cerrar.

-¿Tienes amigos?

-Dije negocios. Nada de amistad

-Suena frívolo

-Estamos hablando de dinero. El dinero es frívolo. El dinero no abraza

-A menos que los compres

El muchacho le murmuro -¿vendes abrazos, Lyra?

-Ja.ja. -soltó sarcástica

Entonces luego de eso él se retiró. Lyra quedo sola el resto del día, y luego de comer siguió trabajando. La vida de adulto podía ser muy demandante. Pero uno necesitaba comer. Otras personas tenían opciones. Había trabajos mas envidiables que otros, trabajos que daban la libertad de tener tu propio horario o trabajar desde tu casa y aun así tener tiempo para tener una vida. Muchas veces un trabajador pasa tantas horas en su trabajo que literalmente la gente de su empresa se la empieza a ver mas que a su propia familia. Pues las pocas personas con las que convive son precisamente gente del trabajo.

Lyra no se quejaba, trabajaba bien y no era un trabajo forzoso que requiriria esfuerzo fisico. Y no le fue difícil conseguir el empleo tampoco gracias a sus conexiones. Aun así, no todos tienen la misma suerte. Creemos que en la vida hay que ser agradecidos, y conscientes.

Ella recuerda hace tiempo haberle dicho James sobre un viaje. Un viaje escolar que tenia que hacer, al inicio el se había negado, pero luego de tanto insistir, el cedió. Incluso Lyra lo invito, le dijo que podía ir con ella. Pero lastimosamente James no pudo asistir diciéndole que tenia que trabajar. Al inicio creyó que se había negado porque no quería estar cerca de Lyra, después de todo ella creía que no la soportaba. Pero ahora entendia otra cosa.

James era el presidente de la empresa, él podría darse la libertad de irse cuando quisiera si asi se le daba la gana. Pero aun así no lo hacía. Se quedaba, venia todos los días al trabajo, incluso salia tardísimo del mismo. Era la persona que mas trabajaba aquí.

James solía decir que, ¿cómo podría pedirles a sus trabajadores que se esfuercen sino veían que el mismo no lo hacía? Había que tener coherencia en esta vida.

James era un buen líder. Y un hombre inteligente.

Toc. Toc. Toc.

La puerta sonaba, y Lyra desperto de sus pensamiento-¡Pase!- grito desde el interior de la oficina

Pero la mujer que apareció ante ella le trajo devuelta la realidad de aquel dia.

-Evelyn...-murmuro recordando que ese fue el nombre que James uso

La mujer de cabellos oscuros le sonrió -oh… ¿te sabes mi nombre? Debes ser otra fan mía. Tengo algunas películas.

-Si, la estrella de cine. Ahora que lo pienso ¿Quién no podría reconocerla? - y era sincera. Tenia razón. Ella era hermosa, talentosa y al parecer muy amable

-Venia a ver a James Brown, pero me informaron que ha salido. Me hicieron pasar para esperarlo aqui. ¿puedo tomar asiento?

Lyra asintió y se sintió como poca cosa a su lado.

Las piernas de la mujer eran largas, delgadas, y muy claras. Sonrisa perfecta y cabellos brillantes y sedosos.

Y cuando tomo asiento lo hizo con tal elegancia que era envidiable.

¿Por qué estaba tratando de compararse a ella? ¿era algo que siempre hacia? Tendía a compararse todo el tiempo… su complejo de insuficiencia era mucha...

-¿Deseas un café? ¿un te? -le pregunto mientras se levantaba

-Agua -sonrió.

Entonces ella fue a servirle.

-Por cierto, eres la chica de los Brown -comento.

Ella no entendió la oración -¿Cómo?

-La chica. La que adoptaron los Brown -sonrió -¿James te ha dado un puesto en su empresa de asistente? El siempre es muy amable tratando de ayudar a todos. La familia Brown siempre ha sido muy generosa, tu misma has sido testigo de toda esa generosidad

-¿Conocías a mi padre?

Y aquel termino no le paso inadvertido a Evelyn -había escuchado que el señor, Jace Brown, que descanse en paz, te trataba como a una hija. Pero nunca lo habia escuchado decirlo en voz alta

-Si. Lo consideraba mi padre, y el a mi su hija -aclaro. O al menos, eso le gustaba a ella creer. Puede que la gente pensara que esto era un secreto a voces, pero no lo era. Jace siempre se porto como un padre. Aun cuando no la llamara hija de cara al publico.

-Que adorable – y algo en el tono de su voz ya no parecía sincero.

Lyra le tendió el agua, y luego se fue devuelta a su asiento -Y… ¿Qué hace por aquí?

-Discúlpeme, pero es un asunto privado

Lyra no pretendía ser intrusa. Solo pensó que dejarla allí sentada sin hacer nada seria irrespetuoso. Solo estaba tratando de ser amable sacando algún tema de conversación.

-Oh… entiendo. En ese caso, ¿le molesta si regreso al trabajo?

-Para nada -menciono

Entonces la joven se esforzó por sonreírle, asintió, y volvió a su ordenador. Aun así, Lyra podía sentir como la mirada de Evelyn no se había despegado de ella. Casi como si la siguiera analizando.

Luego de una hora Evelyn estaba en su celular, y su voz volvió a sonar -¿vives en la mansión Brown?

Ella paro de escribir -sí.

-¿Así que ves a James todos los días en la casa y luego en el trabajo?




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