La intrusa en la casa del millonario

Capitulo 25

Las semanas habían pasado. Y las cosas habían estado tranquilas y rutinarias. James no le había vuelto a mencionar ningún tema que tuviera que ver con algo romántico. Y Lyra no le volvió a mencionar su decisión de marcharse. Pero ambos sabían que eso era algo implícito entre los dos. Algo que, aunque no hablaran solían decirse con la mirada. Ignorar una verdad no la vuelve una mentira.

Pero… ¿el tiempo podrá borrarlo todo?

¿El tiempo es aliado de la verdad? Nada permanece oculto por demasiado tiempo. Y en algún momento todo sale a luz

-Sígueme -entonces James se había levantado del escritorio y ella fue tras él.

-¿A qué departamento vamos?

Negó – no. Solo le entregare algo a un colega. Luego nos iremos temprano a casa

-¿De verdad?

-Hay que ir a la mansión a supervisar que todo este marchando bien para la celebración de esta noche. Esto es importante.

Lyra asintió.

Entonces cuando ambos bajaron notaron al otro joven en la sala principal. Este les sonrió mientras tomaba los folios entregados por el presidente de la empresa.

-¿Eso es todo?- inquiere el muchacho distraído

-Si. Es todo. Nos vemos mas tarde en la noche -hizo una reverencia, y al alzar la vista se fijo en Lyra -Oh… hola, disculpa, no te había reconocido. Un placer verte de nuevo. Un gusto a ambos. -y se dio media vuelta

Entonces Lyra entorno los ojos y lo vio con mas claridad.

Brad.

Era el joven que hace muchos años la había empujado, y todo porque se había metido a defender a un muchacho. Y al notarlo observo lo obvio. Usaba lentes. Brad usaba lentes.

El mundo es una rueda que suele dar mil vueltas. Uno no puede escupir para arriba.

Pero antes de que Lyra pudiera responder, el joven ya se había marchado.

Lyra seguía tiesa en su lugar observando el camino por el que se marchó, hasta que James carraspeo para llamar su atención

-¿S-si…?- murmuro ella hacia el

-Un joven apuesto, el señor Brad ¿no?- y había interés en su tono

Ella negó -sabes que no es eso. Yo solo… ¿no lo notaste?

James no comprendió, y Lyra solo suspiro cansada – solo me fije que estaba usando lentes.

Y los recuerdos volaron hacia el -sí, cuando te empujo

-¿Aun lo recuerdas?

-Nadie nunca te ha tocado, ¿Cómo no voy a recordarlo? – negó molesto por el simple recuerdo -debí haber llegado mucho antes

-Reaccionaste a tiempo, además, no quería que se formara una pelea

-Ha cambiado -cede James, y luego se queda pensando– pero quien sabe, no pondría mis manos al fuego por nadie

-Tienes razón

Entonces James la observo y se corrigió en su mente « Solo por ti. »

Después de todo ya le había confiado su corazón.

-Vámonos- y ambos se subieron al auto.

Estar cerca de James se había vuelto tan natural para ella como respirar, ahora lo raro era el hecho de no verlo. Siempre se angustiaba cuando este no estaba a su alrededor. ¿Cómo se había acostumbrado a su presencia en tan pocos días? ¿y cómo se acostumbraría a su ausencia cuando este se marchara?

-¿Tienes intenciones de volver al extranjero pronto?

Eso llamo su atención – te dije que estaría aquí los dos meses hasta que te celebraran la graduación

-Pero te vas a ir luego de esos dos meses…

-Tengo intenciones de volver, arreglar unas cosas para ya no viajar tanto. Tener gente que maneje los asuntos de afuera. Pero para algunas reuniones me será inevitable ir personalmente hasta alla.

-Entiendo – no sabia porque se decepcionaba tanto, después de todo, ¿acaso ella misma no planeaba marcharse en dos meses tambien?

-Te celebrare también tu cumpleaños numero veintiséis

-Gracias.

-Puedes hacer una lista de invitados para ese día. Tienes carta libre para invitar a quien sea

Eso llamo su atención -¿de verdad?

Asintió. Y luego desvió su vista – incluso al tal Jack

-Ya te dije que solo es un amigo

-¿Le cancelaste ya su cita?

-¿Qué?

-Creí haberte dicho que te llevare al baile de graduación.

Lyra asintió – esta bien. Le cancelare con tiempo para que encuentre a otra pareja.

Por como el cuerpo de James se relajo podía darse cuenta que la respuesta lo complacía.

Cuando llegaron a la mansión pasaron el resto de las horas supervisando las horas de llegada del pastel, la decoración, que el menú estuviera completo. Y demás cosas. Había tanto que hacer que era ridículo.

-Ya es tarde. -indico James mirando al reloj -será mejor que subas a cambiarte

Ella miro hacia las escaleras – tienes razón.

-Te compre un vestido si gustas usarlo

Ella regreso a verlo -¿Qué?

-Si. Lo dejaron ya en tu alcoba. No tienes que usarlo sino te gusta. Puedes elegir el vestido que quieras y con el que te sientas mas cómoda.

Ella asintió -gracias, James. -entonces se alejó.

Cuando llego a su habitación aun sentía su corazón latiéndole fuertemente en le pecho. Se apoyo contra la puerta y casi al instante escucho los toques en ella

-¿Qué paso?- pregunto mientras abrio observando a las mujeres

-Venimos a peinarla, señorita Lyra

Ella volteo mirándose en el espejo. Tenia mucho que hacer.

***

La fiesta ya había dado inicio y el salón estaba repleto de gente. James había atendido a cada invitado con una sonrisa fresca y un encanto de ensueño.

Se había pasado de invitado en invitado, y recorrido todo el salón en busca de Lyra. Al parecer aun no bajaba. Pero pensaba hacerlo ¿no?

Luego de un rato la voz de una mujer sonó a sus espaldas

Pero no era quien esperaba

-Es una hermosa fiesta, ¿verdad?

Los ojos azules del muchacho se fijaron en ella. Evelyn tenia los cabellos tan oscuros como la noche, sus labios pintados de un rojo vivo y su vestido blanco contrastaba de una forma espectacular con ella. Para otras personas, ella resultaría irresistible. Para James, solo era una chica más.




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