La intrusa en la casa del millonario

Capitulo 29

Ella subió directo a su habitación dejando atrás a James y la fiesta.

Se sentía mareada y tenia que procesar todo lo que casi pasaba allí abajo. ¡Y en plenos jardines! ¡madre mía! “bien dice la gente que lo importante no es el lugar sino la persona” pero ¡por favor! Ella no era una exhibicionista. Cualquier podría haberlos encontrado.

Estaba roja de la vergüenza y su cuerpo aún se sentía extraño. Como manos invencibles que aún permanecían a pesar de las horas que habían pasado.

Se metió en la ducha y se bañó. Salió de la habitación y busco un interior. El de ella se habia perdido en el trascurso de la noche olvidado en algun lugar del laberinto. Se puso esta vez un vestido sencillo y se peino ella misma. No pensaba volver a bajar. Pero tampoco pensaba esperar a James como una chica obediente. Su chica obediente de toda la vida.

Su celular sonó salvándola de sus propios pensamientos

“Dime” solo una persona la llamaba a esta hora, o a cualquier otra

“¿Porque no me dijiste que había una fiesta? No me has invitado, y no es un reproche”

“Andrea…” sonó aliviada “sabes que la fiesta no es mía”

“¿Crees que James se enfade mucho si entro ahora mismo?”

Esa oración la desconcertó “¿a qué te refieres?” pregunto al mismo tiempo que se levantaba de la cama e iba hacia la ventana tratando de localizar la entrada “¿estas afuera?”

“Si.” Contesto “¿qué te parece si entro? Y ya después tu lidias con James como siempre”

“Yo…” en parte seria bueno poder contarle todo lo que le estaba pasando, aunque se le caía la cara de vergüenza.

“Voy para allá” entonces su amiga le colgó sin darle tiempo a añadir algo mas

Minutos mas tarde la cara familiar de su amiga apareció por su habitación

-¡Andrea!- sonrió hacia ella y camino para saludarla

-Debiste ver la cara de James. Como siempre malhumorado. Ni bien me miro su cara expresion seria pareció molesta. Supongo que sabe que me quedare. Siempre pone esa cara cuando sabe que me quedo, pero al final no dice nada.

Lyra supo que con esa visita la promesa de James de aparecer a medianoche en su habitación ya no se haría realidad.

-¿Te quedaras?- aun asi tuvo que preguntarlo

-Si- suspiro -no te he contado, pero… creo que ya estoy saliendo con alguien

-¿Ah si? -Lyra lo pensó -¿El productor?

Negó -el fotógrafo. Yo le llamo el chico de la cámara. El es… diferente.

-En un buen sentido- lanzo la indirecta

-En el mejor de los sentidos -concordó.

Entonces Lyra se cambió. Se puso una pijama, y luego estuvieron cotorreando con Andrea toda la noche. Este tipo de reuniones parecidas a las pijamadas la llevaban al pasado. Uno donde ella siempre estuvo ahí. En las noches donde James estaba lejos de viaje y ella se encerraba a llorar sola en su dolor por la muerte de su padre, y alli estaba ella, mágicamente Andrea aparecía. La abrazaba y se quedaba con ella en la cama toda la noche sin decir una palabra. Andrea no tenia palabras sabias o amables para curar la pérdida de un corazón, así que no hablaba, pero ahi estaba. Para demostrar que estas ahí, a veces lo único que necesitar hacer es permanecer en un abrazo.

Andrea no era su amiga. No. Ella era su hermana.

-La fiesta ya ha de haber acabado. Cuando llegue estaban ofreciendo los premios. -comento mientras apoyaba su menton en la mano -ahora ya han de estar limpiando y recogiendo todo...

Lyra miro hacia la ventana donde todo el personal de limpieza ya se estaba yendo con las sillas y demás cosas – yo creo que el servicio también ya se retira

-Pensé que algunos trabajaban aquí

-Guaridas y demás.

-Me refiero al otro personal.

-Trabajan aquí. Muchos de puertas para afuera, y otros pocos se quedan adentro. Muy muy pocos. Ya deberías saberlo

-¿Cómo saberlo?- se encogió de hombros -James cada vez que viene trae reformas nuevas

Lyra aun no había tenido la oportunidad de abordar su propio tema y contarle. Tenia miedo. Miedo de lo que llegaría a pensar Andrea sobre ella. ¿perdería su respeto? ¿perdería su valor? ¿la juzgaría? La amaba. La amaba lo suficiente como para perderla a ella.

Irónicamente hablando, a veces es más fácil hablarle de tus problemas a gente que no te conoce porque al final del día lo que hagas o dejes hacer no les importa en lo absoluto. Sin embargo, contárselo a la gente que te importa puede ser mas difícil. No debería ser así. Pero así lo sentía. Simplemente no quería decepcionarla.

-¿Me traerías agua de la cocina antes de dormir?- entonces la chica se acomodo en la cama cubriéndose la mitad del cuerpo con la colcha

-Claro. -Lyra se bajó – vuelvo enseguida

Entonces salió al pasillo. Andrea tenía razón. La bulla había finalizado. No había ni rastros de una fiesta. La noche acabo.

Entonces empezó a caminar hacia las cocinas, cuando doblo el segundo pasillo hacia las escaleras, la sorprendió la sombra que apareció ante ella cuando la jalo consigo contra la pared

-¿James?-entorno los ojos viendolo estupefacta

-Te has tardado

Ella se removió nerviosa en sus brazos -¿Qué estas… que estás haciendo aquí…?

-Tenias que salir en algún momento. -solto como explicacion

Ella se sonrojo -¿has estado esperando todo este rato?

El asintió

-P-podrías… podrías haberme mandado un mensaje ¿para qué me buscabas?

James encaro una ceja sin decir una palabra

Lyra entendía. Solo se estaba haciendo la tonta – Andrea está en mi habitación -dijo eso como si eso fuera una excusa de algo

James suspiro -sí. Siempre están interrumpiéndonos. Pero esperar un día no es nada comparado con media vida.

-Y-yo…

-Aun tenemos cosas de que hablar. – señalo mientras sus ojos eran demandantes. El buscaría respuesta claro. Siempre lo hacía. Tan directo con sus decisiones siempre arrebatando con todo.

-Si… yo… voy por un vaso de agua para Andrea…

-¿Sigues sin nada?- aquella pregunta no tenia nada que ver con el comentario




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