La intrusa en la casa del millonario

Capitulo 31 (PASADO)

“Tu vida será una pesadilla”

Esa había sido su promesa. La promesa de James.

Y aquel mismo día después del funeral al llegar a su casa, James en un arranque irracional de ira, enojo, dolor y confusión agarro a la chica por su muñeca jalándola consigo

-¡Suéltame! ¿Qué haces?- y en un mar de lagrimas que no daba tregua al dolor

Y luego los gritos de la niña. O mejor dicho el escandalo que los dos estaban haciendo llamo la atención de todos en la casa.

-¡No soporto oírte más!- y la metió en aquel cuarto que el sabia que tenia el foco averiado. Uno lleno de tonterías y cosas sin sentido. Parecía mas un cuarto que habían tomado de bodega para meter cosas que ya nadie quería o no le encontraban utilidad.

Metio la llave, le dio la vuelta y luego la saco.

-¡James!- grito la joven del otro lado -¡déjame salir!-golpeó la puerta del otro lado ya encerrada. Y Lyra era un mar de lágrimas. Quizás por el dolor de perder a su padre, o por el hecho de estar ahora encerrada en un cuarto oscuro y sin luz, pues el foco estaba dañado. O quizás ambos.

-¡No te soporto más! ¡deja de llorar como si el enserio te importaba! ¡el no era tu padre! ¡Jamás lo fue y no lo será! ¡Detesto verte llorar! ¡deja de fingir que lo amabas!

Pero Lyra no fingía. Ella genuinamente lo amaba. Pero James estaba herido.

Porque todo resentimiento que sentía por su padre se enfoco en ella como quien busca a quien culpar.

Lyra continúo gritando, pero James no contesto más. Aun así, permaneció del otro lado de la puerta toda la noche.

Apoyado contra la madera con las rodillas recogidas contra su pecho. Los golpes de Lyra contra la puerta le hacian rebotar levemente la espalda del muchacho, y fue asi hasta que en algun punto de la noche estos golpes pararon, y aun asi el no se movio. Y James finalmente lloro.

Lloro, lloro y lloro toda la noche igual que Lyra. Lado al lado separados solo por la puerta de madera.

Un buen juicio nublado por la ira y el dolor. Nunca es bueno actuar cuando estas con tus sentimientos tan a flote. A veces, para tomar decisiones sabias, es necesario que te calmes primero.

Muchos de sus empleados rondaron por allí toda la noche. Solo para verificar que los dos muchachos no se hubieran matado entre sí.

Hasta que ya a las seis de la mañana una mujer bajita de cabellos naranjas se acerco hasta el muchacho – James, -lo llamo suavemente moviéndolo un poco creyendo que estaba dormido. Pero no lo estaba. El alzo la vista, apartando el rostro de sus rodillas donde habia estado enterrada segundos antes -debes dejarla salir -dijo. Con ojos sauves y amables la muchacha lo observava

James sabia eso. Tenia que dejarla salir. Había hecho una estupidez. Pero aun así nadie se había atrevido a cuestionarlo. Aunque había notado en los ojos de todos los que lo rodeaban que hubieran querido ellos mismo ir a abrir esa puerta.

El muchacho asintió – sácala tu. -entonces se retiro directo a su alcoba.

***

Cuando Lyra vio la luz entrar por la puerta entreabierta sintió esperanza.

Se levanto con un poco de temor e incertidumbre. Duda -¿J-james…?

-Soy yo, señorita Lyra -entonces la mujer apareció iluminada como un ángel.

Ella se sorbio la nariz. Respiro sintiendo salvación. Y dio un paso hacia ella dispuesta a salir de aquí. Entonces otra voz se escuchó más allá

-Trate de llegar lo más rápido que pude apenas me entere…

Entonces Lyra siguió avanzando y logro encontrarse con su mirada -Andrea…- y sus barreras cayeron y se rindió ante ella.

Andrea la recibió entre sus brazos entre media desconcertada y media aliviada.

La muchacha tenia el cabello en dos colas, ropa pequeña y señida al cuerpo, y una gran maleta colgándole en la espalda. Lo que nadie sabia es que apenas ella se entero estaba de viaje en una sesión de modelaje. Tuvo que mover todos sus planes, y tomar el primer avión que vio para tratar de llegar lo más rápido posible a su lado. Ni siquiera se había cambiado. Corrió apenas lo supo. Por eso no había alcanzado a estar en el funeral.

La abrazo tratando de contener tanto dolor.

-Apenas me entere…

Y entonces Andrea la abrazo aún más. Lyra era mucho mas bajita que ella, y ahora mismo parecía más frágil

-T-trate de llegar…-y lloraba – perdóname… no llegue a tiempo...

Lyra le murmuro contra su pecho -llegaste justo a tiempo- y unas lagrimas se le escaparon.

La chica del servicio las guio hasta la habitación de la muchacha donde le pidió a Andrea de favor que se asegurara que Lyra comiera algo. Pues en todo el día de ayer no había querido probar bocado

-No deseo…-le aparto ligeramente el plato -no tengo hambre…

Andrea lo entendió. Coloco el plato en el velador. Y Lyra pareció estar tranquila el resto del día. En algún momento salió a la cocina para ir a ver la cena, y una de las mujeres le conto lo acontecido con James y lo que paso en esa habitación, al menos lo referente a su encierro corto. Consideraron importante a que lo supiera para que tratara de ayudarla y consolarla más con su perdida.

-Ya veo -fue lo único que contesto del tema

Y al caer la noche ambas se acostaron a dormir. Sin embargo, a mitad de la noche pudo sentir el leve temblor, y la respiración agitada y los sollozos ahogados de Lyra. Era mas que claro que no se había dormido en toda la noche, quizás solo esperando que Andrea se durmiera para que no la escuchara llorar.

Andrea se volteo en su cama y la abrazo -puedes llorar Lyra… puedes llorar todo lo que quieras y yo jamás te juzgare. Nunca te juzgare por algo que hagas.

Y el corazón de la muchacha se detuvo. Aun en silencio y con sus lágrimas sin parar por su perdida

-No tienes que tratar de ocultar tu dolor de mi

Y entonces -ya no esta Andrea...-temblo levemente - Se fue… se fue para siempre…-y su voz quebradiza la quebró a ella.

Andrea no sabia lo que se sentía perder a alguien. Sabia que había perdido a sus abuelos hace años, pero ella estaba demasiado pequeña como para recordarlos, o para entenderlo bien. Demasiado joven aun para comprender exactamente lo que era el concepto de la muerte, o lo que significaba. Por esa razón no entendía del todo ese dolor. Pero sabia como le afectaba verla a ella tan rota.




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