La intrusa en la casa del millonario

Capitulo 39

Era como vivir su peor pesadilla.

-Quieren conocerme -y sus ojos bien abiertos llenos de pura ilusión -eso seria estupendo. Conviviría con ellos y obtendría respuestas

-Son dos meses

-Un mes y medio ahora James – se lo hizo notar – luego en un mes mi graduación, y quince días después mi cumpleaños. Es perfecto

-No. No lo es, Lyra. No puedes marcharte de aquí

Su rostro decayó -pero…

-No tienes por qué hacerlo

-Esta en el contrato. Dijiste que no teníamos opción…

-No importa. Yo creare nuevas opciones. Encontraré otro un hueco en el contrato, ya lo hice antes, lo hare de nuevo.

-Eso no funciona así…. No lo puedes hacer todo. Solo será un mes y medio

-¿No te parece que esto es raro?

-A ti todo te parece raro. Acéptalo, tu sospechas de todos. Además, no, no es raro. Es un milagro.

-¿Por qué ahora? – James ya le había contado a Lyra que su verdadero padre ya había fallecido. No se vio alegre, pero tampoco extraordinariamente triste, después de todo, no era común llorar por personas que no conocías o jamás vistes -¿Por qué tu padre murió? ¿por eso vienen justo ahora? ¿con la intención de que?- negó -tengo que investigar mas todo esto antes…

-James…-su suplica era mas un ruego

-Además, no puedes irte, hace poco aceptaste ser mi esposa. Dijiste que no querías alejarte de mi

-Luego ya decidiremos que hacer con todo lo demás.

-¿Todo lo demás? -sono herido

-Con lo nuestro. -dijo -Sere algo así como tu prometida, y si quieres nos podemos casar después. Ya te he confesado mis sentimientos, que también me gustas. Te correspondo, James ¿no es eso suficiente? ¿no puedes darme eso? Solo quiero conocer a estas personas que se suponen son mi familia. Saber quién soy

-Harrison. -murmuro

-¿Qué?

-Tu apellido. Es Lyra Harrison- había un deje de dolor en su corazón.

« Ella podía ser fácilmente una Brown… »

-¿Lo sabias?- había impacto en ella

-Sino lo sabias tú, peor yo. -negó – no. Tu… -titubeo -tu madre me lo dijo ahora que vino. Harrison. El apellido de tu… verdadera familia…-miro hacia el suelo.

Lyra se acerco hasta el y lo tomo del rostro -no tomes esto como un adiós, James. No lo es. -negó – aun podemos vernos entre semanas. Ir a tu empresa, o salir. Seria estar comprometidos viviendo en diferentes casas por ahora. Ya hemos estado lejos el uno del otro antes. No tiene porque cambiar nada ahora.

-Entiendo.

-Además, el contrato que ellos tienen invalida al nuestro. -suspiro - ¿me esperaras?

-¿Qué clase de pregunta es esa?- se ofendió – te he esperado toda mi vida. Claro que lo hare

-Entonces confía en mi -le tendió su dedo esperando que el le diera el suyo,

-¿Una promesa de meñiques? ¿somos niños de nuevo? ¿no es eso muy infantil?

-Solo tómalo -indicó mientras puso los ojos en blanco. Y aunque fuera infantil, James lo hizo.

-Empezare a empacar- se acero hasta el parándose de puntillas y le dejo un tenue beso en los labios – no me olvides

-Nunca.

Las siguientes horas, Lyra se las paso empacando. En la noche llegaría un chofer oficial de la familia Harrison. Quizás esto fuera lo mejor. Ella de vuelta con su familia. Era como devolver algo de lo poco que James le había arrebatado. Si esto era lo que le iba a hacer feliz a ella, entonces podía aceptarlo.

Quizás estaba siendo dramático y egoísta. Así ella obtendría sus tan anheladas respuestas. Su respuesta a su identidad. Y quizás podría volver a recrear así los lazos con su familia rota. Volver a empezar. Y quizás James debería llevarse bien con su futura suegra.

-¿Llevas todo?- le pregunto mas tarde con todas sus valijas preparadas cerca del salón principal de la puerta de afuera

-No me llevo todo. Solo llevo lo necesario para un mes y medio. Después de todo, pasado ese tiempo pienso regresar

Eso no parecía tranquilizar a James. El joven de ojos azules y cabellos oscuros aún se veía consternado.

-Tienes que calmarte. Nunca te había visto tan alterado

-Pensé que lo fingía muy bien -intento sonreír, pero no le salió muy bien – te vas a casa de unos completos desconocidos...

-Ya lo hice en un pasado -quiso sonar divertida. No funciono.

-Llámame todos los días. -pidio -Por cualquier cosa que necesites. O si pasa algo malo, y puedes estar segura de que estaré allá en un instante.

Lyra no lo dudaba -recibido, jefe

-También tengo todos los números oficiales de tu nueva casa. La de la mansión Harrison y el numero personal de tu madre. Estaré al tanto de todo

El hombre miro hacia el exterior de la ventana, estaba empezando a llover, y cada minuto le parecio una tortura -el coche ya llego -entonces se acerco hasta Lyra y la abrazo -cuídate mucho.

-Igual James. -se separó.

Abrieron la puerta, y ella bajo los primeros escalones, mientras el mayordomo le tomaba las maletas para subírselas al auto. La chica bajita de cabellos rubios se paró en las escaleras. Como la imagen que tenia grabada de aquel primer dia que la vio llegar a su mansion. Exactamente igual, con la diferencia de que ella ya habia crecido, y que esta no llegaba; se iba -Recuerda James, esto no es un adiós -le sonrió. Entonces dio media vuelta y se fue

Se fue…

Recordando sus cabellos ondulados agitados por el viento y el frio de la lluvia.

En un pasado había deseado tantas veces, que la intrusa que había llegado a su casa se marchara, pero… ¿ahora?

Entro nuevamente a su mansión. Y ya estando solo en medio de la estancia comprendio que esto de verdad estaba pasando. Lo golpeo la realidad.

Sin Lyra por aquí la mansión seria mas callada de lo que recordaba.

Esta sería la primera vez que Lyra pasaría la noche fuera de su mansión. Fuera de esta casa. Ella siempre había estado salvaguardada por este techo, estas paredes. Está mansión era su hogar. El de ella y también el de James




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