La intrusa en la casa del millonario

Capitulo 42

Ojalá se pudiera decir que la cosa mejoro con le pasar de los días. Al cumplir una semana completa el fin de semana no cambio mucho. Siguió haciendo tareas y ellos “trabajando”. Sin mencionar que descubrio que si tenian lavadora en esta casa. Y secadora. Pero no dejaban que ella la usara para sus quehaceres. Ademas de la regañiza que se llevo el primer dia porque habia manchado una ropa de color del joven Daniel al ponerle cloro.

Aun asi habia podido sobrellevar la semana

-Toma, hermanita -le entrego una cosa aquel día en la tarde cuando llego del trabajo

Ella dejo la escoba a un lado del pilar de marmol -¿Qué es esto?- pregunto tomando la caja

-Bueno… ya que perdimos tu celular. Me tome la molestia de comprarte uno nuevo. Es de ultima generación. Lo más nuevo que salió

-Vaya… gracias…-le contesto ella a Daniel. Aun no se sentía en la confianza de llamarlo hermano.

-Si…-él se llevó la mano atrás de la nuca como avergonzado – espero te guste. Ahora voy de salida

Ella abrió el teléfono y lo encendió.

-Ya tiene un chip adentro.-indico

-Gracias

-Tiene puesto un localizador. Si te pierdes sabre donde estas con tan solo un clic mientras lo lleves contigo

-¿Por qué?

-Eres parte de una familia poderosa. Siempre podemos sufrir de secuestros y cosas así. ¿Acaso James Brown no tiene las mismas medidas de seguridad?

-Si, pero…-lo pensó mirando hacia su nuevo celular.-nada como esto -confeso

-Pues debe actualizarse

Cuando ella reviso su lista de contactos se dio cuenta de que estaba vació. Le habían dado un nuevo teléfono, pero no contenía a ningún amigo registrado. Y no se sabia ningun numero de memoria -no me sirve -confeso

-Ah, ¿Cómo qué no?

-No tiene el numero de nadie que conozca

-Claro que si -le sonrió este mientras le quito el teléfono. Escribió algo y luego se lo devolvió.

Ella miro con sus ojos mieles el nuevo contrato creado “Hermano”

-Puedes llamarme a mi -sonrió -cualquier cosa que pase, -le tomo uno de sus cabellos -puedes llamarme a mí.

-Eh… g-gracias… -se alejo un poco

Volver a ser prisionera en una nueva mansión se sintió bastante familiar, con la única diferencia es que en la mansión Brown jamás hizo nada de estas cosas…

-Pronto estará tu habitación nueva -le dijo recordándoselo -puedes mudarte tranquila en unas dos semanas más. Además, -sonrió -tu habitación esta justo al lado de la mía – había un tono diferente en esa explicación. Aunque no podía ser eso cierto. Seguramente se lo estaba imaginando

-Si…

Aunque siempre se le apegaba mucho mientras cocinaba, o cerca del jardín. O haciendo cualquier cosa. O le daba besos inesperados en la mejilla. Quizás debería decirle que aquella situación le incómoda un poco.

-Oh cierto -menciono el chico -¿puedes cocerme esto?- entonces le tendió otra bolsa que contenía una camiseta formal

-¿Una prenda? ¿Por qué asumes que se coser?

-Eres una mujer

-Eso es absurdo. Además, ¿Por qué no lo haces tu?

-¿Yo?

-Si, tú también tienes dos manos, tú también podrías…

Pero entonces la mama de ambos entro por la estancia interrumpiéndolos a ambos -que bueno que te encuentro, - se dirigió hacia Lyra y le entrego unos papeles -tienes que firmarlos

-¿Yo?

-Son de tu universidad. Las ultimas facturas a pagar, la lista de invitados a la graduación, estoy a tope con toda la organización. Quizás me vuelva loca

-¿Añadiste a James a lista?

-Por supuesto- dijo – la universidad pidió que le pasara con tiempo para registrar a quienes deben y no deben dejar pasar -Rápido, pequeña. Firma- la insto dándole una pluma

Lyra firmo con rapidez los papeles -ah por cierto, -dijo entregándoselos -Daniel quiere que le cosa esto, pero le acabo de explicar que… bueno… también podría hacerlo él.

Rebecca abrió los ojos como platos -¿Qué?

-Si. El también tiene dos manos-soltó con simpleza – no siempre debo ser todo yo quien haga todo, el tambien puede….

-Si mi hijo dice que hagas eso, -la miro duramente -eso harás. -la corto -¿O es que acaso lo ves a él usando un vestido?

-¿Perdone?

-Ya me oíste

-Sabe que, -menciono mirándolos agotada. Habia llegado a su limite -no creo que esto funcione. Creo que lo mejor para todos será que me vaya ahora. -habia aguantado mas que suficiente.

-¿Y a donde iras?

-Con James, -los miro crispada -obviamente

Ella rio -oh, ¿y el te querrá a ti consigo de vuelta? ¿es que acaso no lo sabes? - le tendió una revista que tenia bajo el brazo -el ya esta muy ocupado ahora mismo

Lyra no entendió. Pero cuando miro la portada vio la noticia y las fotos de el con Evelyn Campbell.

Se le corto la respiración de pronto y toda audacia o valentía se le esfumo -el no tiene…. -estaba un poco agitada -no tiene nada con esta chica. El me lo dijo...

-Pues te mintió. -la corto -Obviamente. Eres mi hija querida, no quiero que te rompan el corazon o te hagas falsas ilusiones con el. Lo ven de la mano con esta nueva chica, entrando y saliendo de su propia mansión haciendo quien sabe que cosas. ¿Quién sabe a lo mejor hasta se la trajo a vivir con él?

No. Eso era imposible. No cuando el ya le habia confesado sus sentimientos, le había propuesto matrimonio y era su actual prometida.

-Eso es mentira. -solto tranquila recuperando asi el control de sus emociones.

-¿Qué?

-Que no te creo. -sonó firme

-¿Las fotos mienten, querida? Además, te recuerdo que no puedes irte. Debes estar aquí hasta cumplir los veintiséis

-No puedes obligarme a estar aquí

¿Cuándo se volvió una prisionera en esta casa?

-Claro que puedo. Soy tu madre

-Jamás lo fuiste y jamás lo has sido. Y menos cuando me abandonaste en aquella casa. Usted no es mi madre. Y yo no soy su... - pero no pudo continuar más. No cuando el ruido del viento cortando el aire la interrumpo

Lo detuvo todo.




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