Otoño de 1238. El enemigo se acerca a Nóvgorod.
Gracias a las victorias en Torzhok y Súzdal, los príncipes recuperaron la esperanza. Ya no se trataba solo de sobrevivir, sino de restaurar la Rus, defender su libertad e independencia. Pero la lucha aún no había terminado. Los tártaros se acercaban a Nóvgorod, una ciudad no solo estratégicamente importante, sino también un símbolo de la cultura y el comercio rusos.
Nóvgorod estaba bien fortificado: sus murallas podían resistir un largo asedio y contaba con un ejército poderoso. Sin embargo, los mongoles tenían una ventaja numérica. Los príncipes, al unir sus fuerzas, decidieron que no podían permitir que el enemigo entrara en la ciudad.
El príncipe Vasili y el príncipe Andréi, al mando de la defensa, junto con otros generales, comenzaron a preparar la ciudad para la gran batalla. Sabían que cada enfrentamiento sería decisivo.
Preparación para la batalla
El viento traía el olor de la guerra. Príncipes, soldados y ciudadanos trabajaban sin descanso. El ejército, compuesto por guerreros de Kiev, Chernígov, Súzdal y otros principados, unió sus fuerzas. Cada día llegaban nuevos refuerzos y la alianza se fortalecía.
Los habitantes de Nóvgorod no esperaban ayuda de otras tierras, y cuando sus aliados llegaron, la ciudad ya estaba lista para enfrentar al enemigo. El príncipe Vasili reunió a sus comandantes y emitió la orden de seguir la estrategia acordada.
— Lucharemos aquí —dijo, observando las imponentes murallas de Nóvgorod—. Quieren doblegarnos, pero no se lo permitiremos. Esta es nuestra tierra, y la defenderemos hasta el final.
Los muros de la ciudad se llenaron de defensores decididos. Las fortificaciones estaban reforzadas y los preparativos para la batalla estaban completos.
El ataque mongol
Los mongoles se prepararon para una gran ofensiva. Su estrategia era atacar la entrada principal bajo la cobertura de sus arqueros. Sabían que los novgorodenses tenían un ejército fuerte, por lo que se enfocaron en varias maniobras tácticas para capturar puntos clave.
Pero esta vez, los príncipes rusos estaban listos. Mientras los tártaros se organizaban para el asalto principal, un destacamento de Chernígov, liderado por el príncipe Andréi, se infiltró en sus líneas traseras para impedir que atacaran los puntos más vulnerables de la defensa.
La batalla
Los mongoles avanzaron en formación, lanzando una lluvia de flechas. Sin embargo, los arqueros y ballesteros de Nóvgorod respondieron con precisión letal. El intercambio de proyectiles fue feroz, pero gracias a la astucia de los comandantes rusos, que siempre encontraban la manera de anticiparse, los tártaros perdieron la primera fase del combate.
La batalla por Nóvgorod fue sangrienta. Los mongoles, con su caballería y sus tácticas de asedio, intentaron romper la desesperada defensa, pero las murallas resistieron.
Andréi y su escuadrón descubrieron a varios traidores que intentaban entregar la ciudad y los eliminaron. Además, atacaron los convoyes de suministros mongoles, destruyendo su logística y reservas.
Al final del día, la falta de cohesión en las filas enemigas se convirtió en su mayor debilidad. A pesar de su superioridad numérica, los mongoles no pudieron inclinar la balanza a su favor.
Victoria y el camino hacia la unificación
A pesar de las pérdidas, los mongoles no lograron tomar la ciudad. Se retiraron, conscientes de que enfrentaban un desafío mayor del que habían previsto.
La victoria en Nóvgorod no solo salvó la ciudad, sino que también fortaleció la unión de los principados rusos. Ya no se trataba solo de defenderse, sino de lanzar una ofensiva decisiva contra los invasores.
Expansión de la lucha
Tras la victoria, la alianza se consolidó aún más. Ahora no solo repelían ataques, sino que también comenzaron a planear contraataques. Con mayor moral, experiencia y unidad, lo que antes parecía imposible ahora era una posibilidad real.
Los príncipes decidieron llevar la lucha al sur para evitar que los mongoles reorganizaran sus ataques sobre las principales ciudades de la Rus. El ejército ruso, ahora mejor organizado y fortalecido, estaba listo para una nueva fase en la guerra.
Nuevas batallas y desafíos
Después de Nóvgorod, la lucha continuó. La alianza de los príncipes se expandió y participaron en batallas decisivas en el sur. El príncipe Vasili y sus aliados no solo defendían sus tierras, sino que también tomaban la iniciativa, enfrentándose a los mongoles para recuperar lo que era suyo: su tierra y su libertad.
Sin embargo, aún quedaban muchos desafíos por delante, y las batallas se volvían cada vez más cruentas y determinantes.