La isla de los dioses

5.3

         Una tarde, Nüe pudo presenciar por vez primera una carrera de centauros, deporte que era bastante popular entre los jóvenes de aquel poblado. Su amigo se lo comunico y le dijo que por supuesto él también participaría.

          La competición se celebraba en un claro bastante extenso, vaciado de árboles, a unos metros cerca del poblado, habían construido una pista de arena con diferentes desniveles para dificultar el trayecto, un foso de medio metro lleno de agua que tendrían que saltar, otro con barro un poco menos profundo pero resbaladizo, otro trozo donde tenían que saltar varias rocas amontonadas; el recorrido se trazaba con pilotes de madera, formando un óvalo.  Darían cinco vueltas completas, Rilik   tenía la esperanza de quedar entre los primeros como siempre.

           El jefe de la manada centaura, (aquel individuo de larga cabellera oscura con vetas canosas y corona hecha de hueso y zarcillos), subido a un pequeño pilar ancho de piedra, daría por empezada la competición haciendo sonar su cuerno.

            Todos los participantes eran la mayoría machos, ya que casi todas las demás hembras se consideraban en clara desventaja con ellos por razones obvias, algunas asistían, más que nada por diversión, o por probar su resistencia física. Los participantes se pusieron en fila a lo ancho de la pista y cuando sonó el grave sonido, tanto Nüe como su hijita se taparon los oídos; ¡No sabían que aquel instrumento podía emitir un sonido tan potente!.

           Y de inmediato decenas de cascos levantaron la tierra al salir como centellas al galope. Nüe los vio pasar tan rápido que apenas logró distinguir entre ellos a su amigo. El resto del publico presente, mujeres, niños y ancianos los vitorearon y ella se dejó llevar entusiasmada aplaudiendo y animando a su amigo. En una ocasión Ashima trató de levantar el vuelo para unirse a ellos, pero suerte que su madre la cazó en el aire.

           La carrera duró aproximadamente una hora, muchos cayeron al agua dándose por eliminados, otros cayeron al foso menos profundo de barro poniéndose perdidos y resbalando y también tuvieron que salir, por lo visto las reglas no eran muy estrictas, porque la ética brillaba por su ausencia, muchos de ellos evitaban a sus contrincantes con empujones hacia los hoyos y hasta con alguna coz, otros se quedaron medio cegados al recibir en plena cara algún puñado de arena...  pero por fin, al acabar la quinta vuelta, vieron que los primeros... ¡oh! eran Rilik y dos más, un poco cansados y magullados. La chica alada los apremió y una vez más, (al parecer Rilik era muy dotado para aquel deporte), pudo ver como su querido amigo cruzaba triunfal la linea de llegada. El vencedor era premiado por alguna chica con un cántaro de agua fresca para reponerse de la sed y una corona trenzada de arbustos y flores silvestres. Ésta vez el jefe le hizo una señal a Nüe ofreciéndole el agua para el vencedor y cuando éste pudo calmar su sed y refrescarse el rostro, también agradeció que la ser del aire le pusiera por la cabeza la corona, hasta quedar en la parte del torso/cintura donde comenzaba su parte equina.

          -Gracias querida Nüe, me siento muy afortunado que esta temporada hayas sido tú quien me haya ofrecido mi merecido premio.- le dijo éste rozando levemente sus labios con los de ella, señal que hizo que ésta se sonrojara,pero que comprendió, era bastante usual entre amigos, en aquella extraña comunidad.

          Algunas chicas le ofrecieron ramos de flores hechas por ellas mismas y atados con hebras de su cabello o cola en señal de aprecio.

        Acto seguido repartieron algunas bandejas con frutas y más tarde se realizaron algunas pruebas más, como lanzamiento de lanza, tiro con arco apuntando a diversos blancos atados a los árboles de alrededor, pero esta vez Rilik no participó. En esas pruebas sí que habían muchas chicas y algunos ancianos de gran puntería. Algunos potrillos jóvenes median su fuerza con algunos juegos de estirar la cuerda o tratando de derribar rocas o gruesos pilotes con sus patas traseras.

          Cuando llegó el atardecer, las esposas del rey anunciaron que como era la costumbre, se reuniría todo el poblado en la gran cueva central que era propiedad del rey y su familia para dar comienzo un banquete.

          La cueva se había iluminado, completamente llena de antorchas y Nüe pudo identificar las numerosas pinturas que lucían las paredes, escenas de caza la mayoría o motivos florales.

          Los centauros adultos por motivos evidentes no se sentaban para comer, sino que comían de grandes bandejas comunitarias a lo largo de la sala Los potros jóvenes si, comían medio estirados en numerosas pieles extendidas por el suelo de tierra y hojas y Nüe y su hija los imitaron, apoyadas en la dura roca. Pero en seguida vieron que iban pasándose bandejas con aves, algunos pescados de diversa índole o demás presas asadas que anteriormente los cazadores habían traído y miraron a las esposas, presas de la indecisión. Éstas, al ver las miradas de apuro, dieron ordenes a unos sirvientes y en seguida regresaron con algunas bandejas para ellas solas con numerosas verduras y frutas ricamente cocinadas.

          -En honor a nuestras dos invitadas, hemos añadido al menú algunas verduras y frutas de las que podéis serviros si también gustáis.

        Anunció la primera esposa al resto de los asistentes, éstos asintieron sonriendo amablemente, pero mayoritariamente eran carnívoros y casi nadie aceptó la invitación, preferían degustar las carnes y demás pescados que algunos osados habían traído desde la costa. No era demasiado usual, ya que los “Seres de la tierra” vivían en el interior y eran mayoritariamente cazadores, pero en algún momento alguien probó uno, les gustó y desde entonces que pescados y mariscos habían sido incorporados a la dieta diaria.



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En el texto hay: mitologia, romance, genetica

Editado: 06.05.2024

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