La isla de los dioses

Flashback 1

Proyecto Minotauro “Laboratorios DNAInnovation”

En los Laboratorios, la actividad era frenética. Al principio nadie estaba muy convencido de lo que iban a conseguir. La teórica y los conocimientos estaban claros, pero de eso a que surgieran especímenes vivos... En el fondo lo creían una utopía.

Se podía ver como todo el mundo estaba inquieto pero ilusionado, se podía palpar el nerviosismo en el ambiente, en las miradas de todos ellos…

Al fin y al cabo, aunque con miedo y reserva, es a lo que se habían formado durante décadas. Sabían que lo que pretendían hacer estaba prohibido, hace unas décadas atrás hubiera sido impensable, digno de una novela fantástica, pero en aquellos tiempos la ciencia, la tecnología había avanzado a una velocidad vertiginosa y no digamos los estudios de biología e ingeniería genética.

Así que se lanzaron a por todas y un reducido de osados genetistas decidieron crear aquel proyecto tan innovador.

Por descontado, los resultados al principio fueron bastante descorazonadores, tanto que algunos decidieron dimitir, pero casi todos los que siguieron con coraje, pudieron ser testigos de algo maravilloso.

Los primeros “sujetos” nada tenían que ver con seres que se les pudiera considerar animales o humanos. Eran mutantes que ni siquiera lograron respirar, pero gracias a ellos y a la “prueba y error”, lograron gestar dos criaturas más o menos con forma humanoide.

Éstas tenían un tamaño de un metro y medio aproximadamente, más que humanos era homínidos semejantes a los chimpancés. Poseían unas alas membranosas enormes de murciélago y rápidamente las pusieron en un recinto donde, con los años pudieran reproducirse, ya que eran un varón y una hembra.

Pero cuál fue su espanto al descubrir que nada más dejarlas juntas en la jaula, ambas se tiraran una contra la otra profiriendo unos chillidos aterradores y a mordiscos acabaran por matarse.

Trataron por cinco veces lo mismo, mas el resultado era el mismo: o acababan atacándose fieramente entre ellas, o se lanzaban como locas contra el suelo o las paredes acristaladas hasta romperse el cráneo y matarse.

Desconocían lo que producía aquella agresividad en ellos y supusieron que sus cerebros no les funcionaban bien y se volvían locos.

Así que desecharon los cadáveres en el incinerador y en los siguientes meses trataron de cambiar de estrategia.

La bióloga Gabrielle Jones era una de las doctoras con más experiencia, tenía a su cargo a los demás y sentía que estaba en su deber mantener en todos ellos la motivación.

Se pasaban allí muchas horas y apenas tenían conciliación familiar. Su marido había fallecido hacía tres meses y en vez de tomarse un tiempo de duelo, prefirió seguir con su labor desde el primer día, ya que aquello la mantenía distraída y evitaba que estuviera todo el día como un espectro llorando por los rincones.

Así que de todos era la más meticulosa, la que más horas hacía, la que, después de un fracaso se alejaba unos minutos a la sala de descanso para respirar y relajarse y, (porqué no) romper algún que otro vaso a causa de la impotencia y la rabia.

Su compañero de la facultad y que la conocía desde siempre, considerándose un buen amigo suyo y de su esposo, a veces la seguía y con sus palabras de apoyo lograba serenarla.

—Tranquila Gabi, estamos todos en esto. Ya veras como al final lo lograremos… es solamente cuestión de tiempo…

—No Marco, NO es solamente cuestión de tiempo, sabes perfectamente que estamos sujetos a un presupuesto y los de arriba tienen puestas todas sus expectativas en el proyecto. Tenemos dos años para darles algo tangible y por el momento no tenemos nada. NADA.

—Eres demasiado rigurosa, si sigues así, sin apenas descansar por las noches acabaras enferma.

—Esta “rigurosidad” me ha mantenido cuerda estos meses, sino hace días me hubiera desmoronado y no nos lo podemos permitir. Todos estos jóvenes dependen de mí, de que esté allí para guiarlos, levantarlos cuando se caen…

—Y si acabas cayendo tú ¿qué harás? ¿darles instrucciones desde la cama de un hospital? —pero su amiga lo miró severa sin atender a su intento de bromear. Aquel proyecto no se podía tomar como algo banal. Era algo que podía cambiar el mundo.

Así que, apartándolo suavemente, volvió a regresar al laboratorio.



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En el texto hay: mitologia, romance, genetica

Editado: 06.05.2024

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