La isla de los dioses

Flashback 3

Proyecto Minotauro “LaboratoriosDNAInnovation”

A primera hora de la mañana, mientras todos se ponían el uniforme en los vestuarios mixtos, apareció un entusiasmado joven con una revista en las manos:

—¡Mirad! —todos se acercaron para mirar la ilustración de una criatura mitológica, antigua como el mundo.

—Es un centauro, ¿no? ¿y qué piensa tu cabeza? —le dijo una compañera divertida.

—Pues… lo que pensamos todos… hace ya tres años que conseguimos a los alados y a los “hombres delfín”, nos hemos estancado un poco desde entonces y solamente nos limitamos a estudiarlos y a observar cómo nacen sus crías. Sería una pasada poder conseguir una criatura así.

Gabrielle se acercó a ellos para enterarse de lo que los mantenía tan entusiasmados. El chico se lo comunicó y esta le agarró la revista y doblándola la volvió a poner tranquilamente en su taquilla:

—Vamos Robert, exijo la máxima profesionalidad y esto no es un juego. No podemos comenzar a crear seres caprichosamente.

—Pero doctora… no es un capricho y si hemos sido capaces de…­—pero esta movió la cabeza sin dejarlo terminar y les ordenó que dejaran de perder el tiempo y que siguieran con sus obligaciones. Todavía tenían mucho que aprender y aquello de momento no entraba en sus planes.

Pero aquella idea hizo mella en todos los más jóvenes y no pararon de insistir hasta que, un poco dejándose convencer por su amigo del alma Marco, finalmente optó por acceder.

—Está bien pesados, pero todavía no hemos experimentado con adn mamífero, no sabemos como una criatura de estas características podrá encajar.

Aunque, para asombro de muchos, aquello fue más sencillo de lo que pensaban, lo más difícil ya lo habían hecho y sin darse cuenta, ya tenían a tres especies supervivientes.

Los centauros eran del todo imprevisibles y tuvieron que separarlas de los otros recintos. Poseían todavía mucho terrero sin usar y construyeron altos y resistentes muros en el exterior de la base científica donde los trasladaron.

Éstos no paraban de correr y correr, se peleaban entre ellos, es verdad, pero pronto se dieron cuenta que no lo hacían para lastimarse, sino por pura diversión.

Muy pronto aprendieron a construirse chozas de madera, con superficies altas donde se alimentaban. Pusieron lechos de paja donde se pasaban el tiempo tumbados o dormidos.

Al principio les traían la comida en cestos, tanto vegetales como carne, pero muy pronto, descubrieron que eran cazadores por naturaleza y les encantaba correr detrás de presas vivas como ciervos, terneros o incluso presas menores como conejos.

Si al principio se comían la carne cruda, algunos decidieron enseñarles el fuego, aunque al principio tuvieron sus dudas por seguridad.

Y el fuego triunfó. No necesitaban calentarse, ya que su pelambrera del lomo les proporcionaba suficiente protección contra el frio del invierno, pero probaron de asar la carne y a partir de ahí no hicieron otra cosa.

Su sociedad era parecida a la del paleolítico y se limitaban a cazar, aparearse, alimentarse y dormir.

Las tres especies crearon sus propias sociedades, aprendieron sobre la marcha en el transcurso del tiempo y la euforia inicial del grupo de cientificos dio paso a la rutina y luego comenzaron a cuestionarse su trabajo.

—¿Tienes pensado qué vamos a hacer con ellos? Están vivos, se están reproduciendo bastante rápido y… ¿ahora qué? —le preguntó Marco al salir del trabajo, cuando se dirigían a sus automóviles.

Gabrielle se giró, primero para mirarlo extrañada por su repentina pregunta, pero luego asintió. En un instante se entendieron con la mirada. Tenía razón, todo había ido demasiado rápido, sus superiores estaban encantados, habían conseguido verdaderas fortunas, pero ¿cuál era el futuro de aquello?

Eran plenamente conscientes de la baja energía que les rodeaba últimamente. Veían como los demás se observaban entre ellos con miradas llenas de duda.

Ya no tenían la ilusión de antaño, todos tenían las caras serias, pensativas y seguían con sus tareas sin querer decirle nada a su responsable, por miedo a que la doctora los juzgara o les diera una reprimenda.

Se estaban quedando sin espacio, no podían retenerlas allí indefinidamente, veían como sus criaturas estaban sufriendo un destino que no merecían.

Y, después de intensas reuniones, todos estuvieron de acuerdo. Aquello se les había ido de las manos y había que poner remedio.

Hasta ahora mantenían informados a sus superiores, había permanecido todo en la clandestinidad, fuera de aquel circulo cerrado nadie sabía nada. Algunos periodistas increíblemente lograron dar con alguna información al respecto y por las noticias salieron algunas especulaciones, pero nadie dio demasiada credibilidad a aquello por ser demasiado abrumador.

Y entre todos decidieron que, gracias a sus pequeñas fortunas, en secreto buscarían lo antes posible un lugar fuera de la sociedad, donde tuvieran cabida.

Aquellas gestiones fueron una gran inversión y les supuso mucho esfuerzo, tanto económico como mental.

Finalmente vieron luz al final del túnel, cuando descubrieron, en medio del océano Atlántico, entre las islas Bermudas, Miami y Puerto Rico, un lugar perfecto para ellas.

Así que, comenzaron la ardua tarea de desalojar a sus habitantes, instalar varios satélites que retransmitirían en directo y lo más complicado, diseñar una barrera magnética, lo suficientemente potente para que aquella enorme isla e isletas colindantes “desaparecieran” para los radares y que cualquier medio de transporte fallara y no pudiera traspasarla.



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En el texto hay: mitologia, romance, genetica

Editado: 06.05.2024

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