9. Una rubia
Victoria cumple su promesa de entretenerme en lo que el viernes 19 de mayo llega. El viernes 12 me anima a salir temprano de Doble R y paso el resto del día ayudando a la perrera en el centro de estética, primero con Simoné poniendo uñas y después con Victoria organizando citas y peinando clientas.
El viernes es cuando más trabajo tienen, por lo que estoy agradecida con ellas por haber buscado reemplazos para el viernes 19 y así poder acompañarme en el cumpleaños de Babette.
Y no solo eso. El fin de semana, del mismo modo para entretenerme, Lina, que por hoy es la única libre, me acompaña a un lugar donde organizan eventos para probar la comida, apartar mobiliario y escoger algún tipo de espectáculo.
A pesar de que la mitad de los invitados son enfermos con buen comportamiento, no tengo que olvidar que al final son eso: enfermos, y a petición de las enfermeras debo tener precaución sobre qué tipo de comida, mobiliario y entretenimiento llevo.
Escojo aperitivos sencillos como sándwiches de jamón, queso o pepino; galletas sin azúcar, pretzels y pinchos de frutas; y para beber agua con gas y frescos naturales también sin azúcar.
El mobiliario son sillas y mesas plásticas con manteles que tienen dibujos de globos, y para el entretenimiento escojo a un mago y dos mimos pintacaritas.
Me siento como si organizara una fiesta para niños, una kermes infantil, pero de alguna forma eso son en sus mentes Babette y el resto de enfermos que las enfermeras escogieron para acompañarnos. Ya hacen bastante permitiéndonos estar allí de cuatro a seis de la tarde. Ni un minuto más, ya que no es algo usual y confían en que las personas ajenas al hospital nos sabremos comportar.
Con el pasar de los días, sintiéndome más tranquila, le recuerdo eso a la perrera: a pesar de que al principio lo hice por ver a Luca, ahora quiero concentrarme más en Babette, pues hace mucho no le celebraba su cumpleaños.
En general, yo, Ivanna, después de mi crisis del miércoles y jueves, consciente de que no puedo hacer más que esperar a que las cosas simplemente se den, trato de relajarme y otra vez concentrarme en el trabajo.
El lunes llego temprano a la reunión de ejecutivos, como debe de ser: maquillada e impecablemente arreglada para no alentar las sospechas de Rodwell. Soy la misma perra exigente de siempre al ajustar la tabla de posiciones por la contienda por la vicepresidencia y de nueva cuenta añado pimienta al volver a reírme de lo que presenta Lobo.
Más tarde esa noche, por fin tengo mi reunión con la empresaria francesa; decido no utilizar una traductora, tan solo prepararme y todo resulta bien. Me siento orgullosa de mí por la buena impresión que le causé y aprovecho para pactar más citas y en una llamada antes de dormir termino de convencer a Victoria de darme el contacto de la persona que compró el centro de estética, con la promesa de que voy a recuperarlo.
El trato es darme el contacto a cambio de no volver a verme deprimida por Luca.
Y lo hago bien.
El martes paso todo el día fuera de Doble R inspeccionando el trabajo de campo de los ejecutivos y por la noche acompaño a Michelle a una clase de zumba que me deja exhausta y con ganas de dormir al solo tocar mi cabeza la almohada. Cansada, ni siquiera tengo tiempo de pensar en Luca, el correo o el 30%.
Sin embargo, el miércoles por la mañana de vuelta todo cambia cuando Grisel llega más temprano de lo usual y entra en volandas a mi oficina.
—¡Jefa! —Se mueve como si le urgiera ir al baño.
Y estoy por llamarle la atención, cuando se apresura a decir:
—Sé algo sobre Luca.
«¿Algo sobre....?»
Me intento convencer de que no quiero saber, que no me importa; que, sobre todo ayer, estuve bien sin pensar en nada; pero ¿a quién demonios engaño? A mí menos que a nadie, de modo que le pido a Grisel hablar.
—Mi hermano está invitado a un evento esta noche, un evento para lectores de historietas —empieza—, y Luca fue invitado como ponente en una charla, o algo así —Ella no deja de moverse—. Y como puse al tanto a mi hermano de nuestro interés por él —nos señala a las dos—, me lo dijo y me dio una copia del programa.
Con mi corazón latiendo a prisa reviso el programa en hoja de papel satinado en cuanto Grisel me lo entrega.
«Librería Café y Letras
Jueves 18 de mayo.
18:00 hrs.
Panel de Manga, Historietas & Novelas gráficas.
Tema: Autores independientes.
Panelistas:
1. Melvin «el Porky», experto en DC y Marvel (Zack Snyder lo saludó en una Comic-Con); Eminencia en manga (se dice que le pidió una vez un consejo), Dueño del blog de Hentai más visitado de la región (traducido en 6 idiomas) e inversionista de Bitcoins (creyó en Bitcoins cuando nadie más creía en Bitcoins)
2. Zara Kumar. Dueña del Blog «Todas odiamos a Kesar», YouTuber de un canal dedicado a Marvel, coleccionista de historietas, Mafalda y Candy Candy; y autora autopublicada de la biografía no autorizada «Mi ex novio Kesar: Prueba de que la raza humana debería de extinguirse».
3. Luca Bonanni. Dibujante y autor autopublicado de la novela gráfica La loba. Diseñó el tatuaje que Max Solatano tiene en el pecho y Sam Delvecchio -también del grupo Raptor- le enseñó a tocar la guitarra».
Habrá espacio para preguntas y respuestas.
Entrada gratuita.
No le pongo atención a Grisel cuando continúa explicando. Pese a todo, me emociona ver en el programa lo lejos que ha llegado Luca en lo que le gusta, que de forma pública lo reconozcan como dibujante y que esté próximo a publicar una novela.
—Iría a verlo —Grisel se encoge de hombros—, pero tengo un compromiso con mi mamá. ¿Usted irá?