La Jefa de Papá

11.

*·。·*·。·*·。·NOAH·。·*·。·*·。·*

Desperté temprano, me tomó un segundo recordar dónde me encontraba. El cuarto de huéspedes de Keyla, Liam respiraba tranquilo en la cama, abrazado a su peluche. Miré la hora en mi reloj, demasiado temprano para ser domingo, apenas eran las seis y diez de la mañana. Me quedé quieto tratando de escuchar algun ruido, no se escuchaba ninguno.

Me levanté despacio para no despertar a Liam, fui al baño, me lavé la cara y me peiné con la mano y volví y lo cubrí mejor. Muchas veces, si se despierta desorientado en un lugar distinto, se alteraba demasiado. Preferí adelantarme y dejar la puerta medio abierta para que entrara un poco de sonido y luz.

Salí en puntas a la cocina, Keyla ya estaba de pie, con una camiseta amplia y muy seguramente un short abajo de la camiseta, preparaba café. Me regalo un dulce sonrisa cuando sus ojos conectaron con los mios.

—Buenos días —dijo.

—Buenos días —respondí en un susurro —Está dormido todavía. —Hice referencia a Liam.

—Perfecto, me agrada que descanse. ¿Café?

—Sí, gracias.

Sirvió dos tazas. Puso una en la barra y se apoyó del otro lado. Nos miramos sin decir una sola palabra, no hacía falta hablar de lo de la noche anterior. Estaba claro.

—Puedo hacer huevos y pan —dijo de repente mirando una sarten.

—A Liam no le gusta el huevo en la mañana. Yo preparo algo de desayuno —contesté —Tú descansa un poco.

—No sé descansar —bromeó, pero se apartó y me dejó el sartén limpio sobre la estufa.

Preparé huevos revueltos para ella y para mí y calenté pan , ella cortó fruta para el desayuno de Liam, y un trozo de queso. A los pocos minutos escuché pasos en el pasillo. Liam asomó la cabeza con el peluche en la mano, el pelo alborotado.

—¿Esta no es mi casa? —preguntó, despistado, un tanto asustado

—Es la casa de Keyla —dije, acercándome a él —Dormiste aquí. ¿Todo bien?

—Desperte en una cama que no es mia. —Peine un poco su cabello tratando de tranquilizarlo.

—Tu querias dormir en casa de Keyla, ella te dejo una de sus habitaciones.

—No tiene mis estrellas en el techo. —Negue con la cabeza.

—No, porque esas estan en tu habitación. —miro de un lado para otro hiperventilando.

—No es mi casa.

—Tranquilo Liam, —Keyla se acerco e intento tocar su mano, pero este la retiro rapidamente. —Estan conmigo, es un lugar de confianza, yo soy de confianza.

—No es mi casa.

—¿Quieres que vayamos a casa? —nego con la cabeza sin dejar de mirar a Keyla. —Entonces vamos a desayunar, ¿vale? —Asintió. Caminó hasta la mesa y se sentó sin hablar.

Le puse jugo sin pulpa y un poco de fruta, empezo a comer, lo que me tranquilo un poco. Comimos los tres en la mesa, Keyla respetó su ritmo, no le hizo preguntas, solo lo dejó estar.

—Hoy domingo descansamos —le dije a Liam cuando recogimos —Más tarde podemos ir al parque, si no llueve.

—Quiero ver la tele de Keyla —respondió, serio.

—Media hora —medí —Luego vamos al parque.

—Ok.

Liam miró un rato televisión, hasta que estuvo cómodo con el lugar donde se encontraba, luego, acomodó sus cosas en su mochila, una por una. Cuando terminamos, me acerqué a Keyla.

—Gracias por la noche —murmuré tocando suavemente su mano.

—De nada —contestó —Pueden volver cuando quieran.

Decidí que era momento de partir, a media mañana nos despedimos. Ella nos acompañó al parqueadero, Liam le dio un abrazo corto, de los que no da casi nunca, ella se sorprendió bastante, yo igual.

—gracias por los stickers.

El resto del domingo fue normal. Llevé a Liam al parque, hice un almuerzo sencillo en casa, tomamos una siesta. Me sentí más tranquilo de lo que esperaba.

El lunes llegué a la agencia un poco antes de las ocho. Elian ya estaba en el lugar, raro en él.

—Hoy madrugué —dijo —Soñé que la jefa me descontaba por llegar cinco minutos tarde.

—No te conviene soñar eso —respondí burlón, dejando la maleta.

Keyla entró unos minutos después, saludó a los dos con un “buenos días” y se metió a su oficina. Nos mandó por interno el orden del día: “Seguimiento pagos. Cotización grupo familiar. Respuesta a reclamo menor. Llamada con proveedor terrestre.” Como siempre, todo muy puntual.

La mañana fue tranquila, mi trabajo fue más rápido de lo normal, entre Elian y yo nos dividiamos bien el trabajo, así nos rendía mucho más. Keyla mientras, estaba concentrada en su trabajo, apenas y escuchábamos un poco de sus conversaciones dentro de su oficina.

—Reemplazo de asistente —nos dijo de un momento a otro asustandonos un poco, —publique la vacante, solo queda que encontremos una persona para el puesto, mientras tanto, tendre que repartir las funciones de ella entre ustedes

—Pa lo que hacía Andrea, ni se nota el cambio —soltó burlón Elian, haciéndome reír.




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