*·。·*·。·*·。·NOAH·。·*·。·*·。·*
Definitivamente, las cosas iban mejor de lo que parecía en mi vida, la mejora de Liam, el trabajo, el no se que con Keyla, todo perfecto.
Liam se estaba esforzando mucho en sus terapias, los terapeutas me habían dado informes muy positivos, a ellos les hable de Keyla y de cómo su presencia había cambiado un poco el tema de la interacción de Liam, tambien les comente de su alimentación, él, que era demasiado selectivo para comer, había recibido de mano de Keyla alimentos que jamás comía, como el melón, el dia que desayuno fruta en su casa.
En el tema laborar, estaba tomando más experiencia y agilidad a la hora de hacer mi trabajo, hacia reservas, hacia contratos, pagos y demás con mucha más facilidad que al principio, tambien, le daba algunas idea a Keyla en cuanto a pequeños detalles a solucionar, o mejorar de los paquetes que vendíamos. Con Elian habíamos formado un equipo perfecto de trabajo, y con el salario que recibía, que incluía mi básico y las comisiones por ventas y desempeño, pude empezar a almorzar uno o días a la semana con él.
Con Keyla las cosas iban evolucionando poco a poco, no iba a apurar nada, y ella parecía no querer hacerlo tampoco, como estábamos en ese momento estábamos bien, y nos gustaba. Yo no desaprovechaba ninguna oportunidad que se diera para robarle un beso, para apretarla de la cintura contra mi, o simplemente para rozar sus manos con las mías. Ella no ponía resistencia a ninguno de mis acercamientos, dándome el visto bueno para ellos.
Aquel día las cosas pasaron a otro nivel, uno un poco más cercano.
—Noah, revisa por favor las reservaciones de la Familia Smith, el señor Smith dice que quiere modificar una de las fechas sin pagar penalidad. —me pase la mano por el rostro, evitar la penalidad era un dolor de cabeza.
—Ya lo hago. —conteste abriendo el archivo compartido en la nube. El archivo estaba incompleto, por lo que tuve que ir directo a la oficina de Keyla para revisar desde su computadora.
Al entrar cerré la puerta con seguro tras de mí y caminé derecho a su lugar, ella estaba concentrada en su pantalla, tanto que no me sintió llegar a su lado.
—Hoy te ves hermosa. —murmure en su oído haciéndola saltar en su lugar.
—Me asustaste. —gire su silla y me incline sobre ella para besarla, gustosa acepto mis labios.
—Estamos en la oficina. —susurro sobre mis labios.
—Lo sé, pero eso no impide que te quiera besar una y otra vez. —Hice que se levantara, me senté en su lugar y le ayudé a sentarse sobre mi regazo, rodeando mi cuello con sus brazos. —Tenemos que revisar una reserva. —Volví a acercarla para besar sus labios.
—Lo sé, pero estás en mi lugar. —Sonreí de lado a lado girando un poco la silla hacia el escritorio.
—No estás muy lejos de tu computadora, además, estoy seguro que estás más cómoda en mi regazo.
—Solo un poco. —Deje que se acomodara como más le pareciera, y ambos trabajamos para solucionar el inconveniente, la única manera que encontramos fue mover una noche.
Luego de ello, y de un par de besos más, volví a mi escritorio, Elian me guiñó un ojo desde su lugar sin decir nada, estaba seguro que ya sabía lo que pasaba entre su jefa y yo. Estuvimos una hora con los pagos, otra con cotizaciones, a media mañana, Keyla salió de la oficina hacia la pequeña cafetería, nos cruzamos en el pasillo estrecho.
—Firma la 1820 y súbela al drive. —me dijo moviéndose a un costado para dejarme pasar.
—Sí —dije acorralandola contra la pared y pegado mi cuerpo al suyo, le robé otro beso muy bien correspondido y siguió de largo como si no hubiera pasado nada.
Me empecé a volver adicto a los labios de aquella loca mujer, no podía dejar de buscarlos en cada oportunidad, no sabía bien el porqué, aparte de la atracción que nos teníamos.
¿Era por Liam?
¿Era por tensión?
¿Era un capricho?
¿Era mi soledad hablando?
No lo sabía exactamente, pero de algo estaba seguro, no iba a dejar que esa mujer escapara de mi lado, mucho menos sabiendo cuánto la quería mi hijo.
Elian nos interrumpió al mediodía con un “voy por almuerzo”, me ofreció acompañarlo pero Keyla apareció en la puerta de su oficina con dos sobres con lo que suponía era mucho trabajo.
—Trae tres almuerzos, por favor, Elian. Saca el dinero de la caja menor. Nos llegaron varios posibles clientes, y necesito estas cotizaciones urgentes.
—Como ordene jefa. —exclamó contento. Un gasto menos cuando la mujer pagaba los almuerzos.
Esperé que Elian saliera de la agencia para acorralar a Keyla en su oficina. apenas estuvimos solos tome sus labios con urgencia y la lleve hasta el borde del escritorio. Mis manos buscaron la suave piel de sus piernas, y mis labios desesperados no soltaban los suyos.
—Noah. —mi nombre salió casi como un gemido de sus labios.
—Muero de ganas de que esto suceda.
—Pero no aquí. —la deje sentada en el escritorio y la bese con locura por unos minutos. —Noah. —Con algo de decepción me aleje de ella lentamente sin soltar su cintura.
Nos sentamos cada uno a un extremo de su escritorio, mis manos picaban por tocarla, sus mejillas estaban sonrojadas y sus labios un poco hinchados.