La joven que vivía de la poesía

La injusticia de la inmadurez

Durante décadas se cree que la madurez es cosa de edad,
Cuando eso esta más alejado de la verdad,
La madures no es a causas de edad,
Sino de mentalidad,
Puedes ser tan viejo pero tan ingenuo,
Tan joven pero tener un gran ingenio,
Hasta un crío puede ser menos inprudente,
Todas aquella creencias están en su mente,
Puede que ello me llegue a alentar,
Sin duda callarnos es algo que lamentar,
Cuando cambiara esa dura idea,
De lo que se planea,
De que para triunfar es cosa de adultos,
Que sin duda me parece tan graves como insultos,
Un sentimiento de impotencia,
Que carece de consciencia,
Debido a la ira acumulada,
Presionando contra mi mano helada,
Sintiendo mi piel rasgarse,
Con la presión de mis uñas al incrustarse
Sosteniendo mi mirada escéptica,
Tras escuchar su voz cínica,
Es que es tanto su egoísmo y orgullo mismo,
Que no pueden aceptar la verdad y callan con cinismo,
La verdad duele,
Y aunque lo anhele,
Esta sociedad no será capaz de ver la verdad,
Solo hasta que nos dejen de callar y comprueben nuestra mentalidad,
Hombre o mujer,
Nada de que carecer,
Joven o viejo,
Ambos poseen el mismo reflejo,
Infantes o adolescentes,
Los valores y educación están presentes,
Solo necesitan que los alientes,
No importa la edad o apariencia,
Son tan solo una creencia,
Todos somos capaces de tener consciencia,
Y no es algo que se explica con ciencia,
Es tan solo que muchos demuestran carencia,
Y debido a ello nos incluyen en su etiqueta,
Hoy hablo por todo aquellos,
Que les hicieron callar sus anhelos,
Mientras mis manos aún puedan escribir,
Y mi corazón no deje de latir,
No voy permitir,
Que mi sueño logren infringir,
Por qué no existe peor injusticia,
Que aquella provocada por inmadurez,
Que entre nuestras palabras impartimos justicia,
Siendo nuestro propio juez,
Y mi veredicto final,
Será una sentencia a quien corrompa nuestro estado emocional,
Nos convertiremos en algo estacional,
Sin hacer ningún mal,
Hasta que mis manos no sea capaces de escribir,
Hasta que mi corazón se cansen de herir,
Hasta que mi vista llegué a naufragar,
Hasta que mi salud llegué al malestar,
Hasta que mi voz se convierta efímera entre el viento,
Jamás pararé no miento,
Sin importar que esto me llegue a asfixiar,
Cómo si estuviese en el mar,
Prefiero ser leal hasta el final,
Sin importar que me llegue ahogar,
Defenderé toda aquella injusticia causada por la inmadurez.
 




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