La joven que vivía de la poesía

Invierno

Invierno aquel frío que me es incompresible,

Tan claro tan puro que me parece sublime,

Provocando en mi corazón tenacidad,

Una felicidad espontánea que me deja escéptica,

Hace helar cada parte de mi ser, dejando toda ausencia del amanecer,

Tan suave cual pétalo de rosa, se derrite como la seda,

Arma de doble filo cual espina, inofensiva y gélida,

Dando paso al solsticio que cubre de un manto blanco,

Una capa que cubre la vitalidad de la tonalidad, 

Es fugas cual granizo en un cielo claro,

Capturando nuestro mirar cual obra llena de bondad, 

Cual rocío de agua convertida en escarcha, 

Una llovizna rebosante de verdad y sentimentalismo,

De recuerdos perdidos nostálgicos que escasa, 

Olvidando momentáneamente el realismo,

Copos de nieve de estructura bicapa con alteración inusual,

Pequeñas precipitaciones que componen cristales,

Diseños que viajan a través de aire cual aeroespacial,

Que se deshacen en la calidez convirtiéndose en especiales,

Una estación del año,

Sin embargo conlleva más significado,

La frialdad con la que roza mi piel,

Los escalofríos que hace erizar mis sentidos,

La rigidez con la que me sostiene es fiel,

Desprende el vaho frío que acelera mis latidos,

Tan gélido como cálido,

De tonos vivaz como pálido ,

Una ráfaga de fuego frío,

Tan helada cual río,

Que arde cual volcán,

Tan diferente y parecida ante las estaciones,

invierno un deseo que anhela mi corazón rebosante de emociones.

 




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