La joven que vivía de la poesía

Saudade

Entre mis noches de cansancio e insomnio,
Mi último pensar es que tú presencia añoró,
Eres calidez de verano,
Y yo frialdad de invierno,
Somos cargas opuestas un imán,
Que aunque se lastiman no dejan que su amor repriman,
Juntos llegamos a la estabilidad,
Cómo la estación otoñal,
Entre nuestros debates y dudas de confusión,
Sigue el latente sonido del amor en el corazón.

Atte. M.L




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