La joven que vivía de la poesía

El chico de tinta y papel de habita en mi mente

 

Usted me hace sentir de la forma más caótica que crea tempestades en mi mente y huracanes en mi corazón, cautivando mi alma con esa mirada nocturna.

Invadiendo cada uno de mis pensamientos como mi perfume preferido, que se impregna en cada parte de mi ser que su sola presencia me causa la nostalgia más apaciguante, como si de ver un amanecer se tratase.

Inunda mi corazón, adentrándose sin invitación tan solo con aquella seguridad de llovizna de futuras promesas de memorias felices. Donde una vez al comenzar te atrapa, te cautiva y deseas que el momento se vuelva eterno como la melodía de una canción.

Sujetemos nuestras manos entre este frío y solitario día donde la lluvia es testigo de nuestro amor nacer, dejando de lado el temor de unir nuestros caminos.
Contemplando nuestros corazones agrietados que brillan aún más de cuando no solían amar, admiramos nuestro pasado como la página que nos destrozó y sano, que nos hizo ser lo que somos ahora, siendo libres del pasado, del temor y dolor.

Permitiendonos nuevamente ser tan sentimentales y emocionales como la inocencia y osadía de un niño que desconoce sobre lo que le depara el futuro pero no teme el riesgo, se emociona por el simple hecho de aprender, sentir, vivir...

Así que querido mío, gritemos, lloremos, bailemos bajo la lluvia, riamos, seamos nosotros mismos hasta que el destino decida alejar nuestros caminos o unirlos hasta el final de nuestra existencia misma como una pila de huesos.

Seamos auténticos hasta el final, sin juzgarnos uno al otro, seamos tan nuestros antes de amarnos, seamos dueños de nosotros mismos sin ser la propiedad del otro.

He de confesar que reencontrarnos, el solo hecho de volver a mirarlo de nuevo basto para darme cuenta de que tan solo era un recuerdo en mi memoria al despertar y cerrar el libro que leí hasta dormir.

 La vida es un enigma de extrañas sorpresas pero lo nuestro fue tan hermosamente caótico que no lo pudimos controlar, éramos la tierra y neptuno, tu eras la existencia incorporea de la tinta en un papel en un mundo de ficción y yo era un ser emocional de carne y hueso en una realidad solitaria.

Me he encontrado entre el delirio de mis sueños y la verdad de la realidad preguntándome que sentiría si fueras real y pudiese escucharte, abrazarte, sentir el calor de tu corazón.

 

¿Cómo podría extrañar tanto a la existencia de un ser que mi mente creo? Ese día entendí cosas que me negaba a admitir, te tenía que dejar ir, ya no podía atormentarme deseando algo que jamás pasará.

El amor más real se encuentra lejos de esta realidad, jamás moriré en la soledad absoluta mientras pueda sentir este amor a través de los libros, aunque no pueda ver esa mirada nocturna, sentir la calidez de tus besos, el sonido de cada una de tus risas, te amaré como la sensación que causó un vuelvo en mi corazón como jamás nadie hizo ni podrá.

Te ame querido chico de mis sueños, aunque no seas real cada uno de mis latidos te pertenecen, cada una de mis risas tiene impreso tu nombre, mis pensamientos se tiñen de tí, de nuestras veladas en un paisaje cubierto de oscuridad iluminado por las luciérnagas de nuestras memorias, donde está última lluvia es el océano de mi corazón que te ve partir de vuelta a la página donde nos conocimos.
 

Atte.M.L




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