Por la calle, Emilly Marín caminaba rumbo al Colegio, no con muchas ganas. Era una chica de 18 años que iba en tercer grado, ya debería estar acostumbrada a levantarse temprano para ir a clases.
—Buenos días, Emilly.
La chica giró hacia la calle y se encontró a uno de sus conocidos que iba en bicicleta.
—¿Todavía no consigues ese disco? —pregunto él.
—¿Uh? Andrei… vas por el mismo camino que yo —dijo un poco sorprendida.
—Cierto, no te avisé. Voy a cursar el tercer año contigo, en tu grupo.
—Ya veo. Ahora sí voy a pasar Química, ¡vas a ser conmigo que no se te olvide!
—Lo recordaré. Te veo allá.
Dicho esto, Andrei se adelantó, al mirarlo cualquiera podría decir que es el nerd de la clase, sobre todo porque Emilly confiaba en sus conocimientos de Química, pero no todo es lo que parece. Una chica ruda como ella no tendría por qué llevarse tan bien con alguien así.
La joven llegó a la escuela y lo primero que vio fue a Zack enfrentando a Andrei…
—Por fin llegaste, traidor. Me han dicho que cursarás este año en nuestro grupo —al decir esto, Zack volteó hacia sus compañeros, para afirmar el rumor.
Los demás asintieron.
—Hola, Zack…
—Hacía tiempo que no nos veíamos, pero ahora te ves diferente. Creo que te has vuelto aburrido y te has olvidado de lo mejor que nos llevábamos en el pasado.
—Lo sé, pero fue algo que no pude evitar —contestó Andrei, sin mostrar arrepentimiento.
Zack lo miró por última vez, dio la vuelta e hizo una señal para que los demás lo siguieran. Entraron al edificio del Colegio. Andrei entró casi al mismo tiempo que Emilly.
En el salón de clases, Zack se enfrentó una vez más a alguien, pero esta vez se trataba de Johann Loo, líder de la banda musical de la escuela.
—¿Otra vez tú? Creí que habías reprobado el año —dijo Johann, mientras sus compañeros se reían.
—¡Eso quisieras!, siempre encuentro la forma de pasar —contestó Zack.
—Pasando todo el verano en la escuela, ¡ya lo creo! —dijo George, compañero de Johann.
—No le hagas caso a este idiota —sugirió Esteban, amigo de Zack, mientras lo empujaba para caminar e ir a sus lugares.
Emilly entró al salón y vio a Johann, quedó maravillada. «¡Qué guapo es!» Pensó. «Otra vez lo veré, aunque sea el último año aquí… Ahora estoy decidida a declararme.» Caminó hacia su asiento y saludó a Evelyn. Johann era el más popular del grupo, siendo vocalista de la banda de rock de la escuela, le quedaba muy bien el ser arrogante. La profesora no tardó en llegar y, detrás de ella venía Andrei, el nuevo estudiante.
—Buenos días a todos. Seré su maestra de Química.
—Una forma de iniciar es con Química, ¡maldición! —comentó Joey a Johann en voz baja.
—Primero les presentaré a su nuevo compañero, Andrei Warton. Viene de una escuela privada y por razones muy extrañas ingresó a este colegio para terminar la preparatoria. ¿Quién dejaría el Colegio Área Sur por entrar a este?
Andrei no dijo nada, solo hizo una señal de saludo, había captado claramente que la maestra no podía creer el cómo alguien dejaba una buena escuela por entrar a otra de bajo prestigio.
El joven caminó hacia el asiento de adelante que estaba vacío para tomarlo como su lugar. El más cercano en ese momento.
—Típico de un nerd sentarse hasta adelante —dijo George a Brad, ambos compañeros y miembros de la banda de Johann.
—Ya tenemos con quien divertirnos este año —le contestó.
A la más mínima distracción de la maestra, Brad arrancó una hoja de su libreta y la hizo bolita para arrojársela a Andrei. Johann y sus amigos se sentaban hasta atrás y era cómodo arrojar papeles desde esa distancia. Recibió el papel y bajó el libro que estaba leyendo. Brad y George empezaron a reír. Segundos después, un libro voló rápidamente hacia la cara de Brad, impactándose en él y dejando a toda la clase sorprendida. Zack puso especial atención desde el principio y era el único que estaba tranquilo. La profesora, que escribía en el pizarrón, volteó y la clase guardó silencio. Actuaron como si nada pasara.
—Estás muerto —sentenció Brad en voz baja.
La clase continuó y era hora de pasar a explicar un ejercicio, para alumnos como Andrei, Marcy y los hermanos Lamark fue muy fácil.
—Muy buena exposición, Charlie e Isaac —felicitó la maestra—. ¿Quién sigue? ¿Qué tal tú, Emilly?
La chica pareció encogerse en su asiento, ¿Qué ejercicio estaría más fácil de explicar? De todas maneras, pasó al pizarrón…
—¡Hey, Emilly! ¿No me digas que pasaste a pesar de no saber nada? —comentó Imelda y esto causó las risas de todos.
—Bue-bueno, yo… —Emilly se sintió insegura.
—¡Silencio! —pidió la maestra, quien permanecía seria— Comience su explicación, señorita.
El tiempo fue eterno para Emilly que, además de pensar en el ejercicio de Química, tenía que pensar en la forma de vengarse de Imelda.