Después de observar cómo Brad conversaba con Amanda, Madyson reflexionó y terminó aceptando el plan de su amiga. Las dos mujeres se acercaron con el fin de causar problemas.
—¿Qué haces, Brad? ¿Esta chica ñoña te está molestando?
—Imelda, ¿Qué haces aquí?
—Y no solo estoy yo…
Madyson se mostró muy molesta, estaba con los brazos cruzados.
—Vas a tener problemas.
Amanda no sabía lo que estaba pasando, así que guardó silencio.
—Tenemos que ir a clase —Brad se alejó de ellas.
—Sí, claro. A clase —comentó Imelda.
Madyson e Imelda miraron a Amanda, pero ella no dijo nada y también se alejó.
—¡No puedo creerlo! —se lamentó Emilly— Siempre que trato de hablar con Johann, algo interrumpe.
—Y para empeorar la situación, aquí viene Amanda —dijo Evelyn.
—¡Hola! Ustedes deben ser Emilly y Evelyn.
—¿Tú qué crees?
—Hola, Amanda, ¿Cómo estás? —preguntó Evelyn, siendo más amable.
—Bien. Hoy los chicos presentarán un concierto, ¿van a venir?
—Sí, y me imagino que tú no vas a faltar —supuso Emilly, con cierto tono molesto.
—¡Claro que no! Johann me invitó —contestó, sin inmutarse.
—Entonces nos veremos en un rato —dijo Evelyn.
Amanda sonrió y se fue.
—Claro… «Johann me invitó» —dijo Emilly, imitándola ridículamente.
Su amiga solo sonrió, pero alguien más había visto a la chica haciendo ese teatrito.
—¡Vaya! Parece que tenemos una situación muy curiosa aquí.
Eran Imelda y Madyson. Emilly se quedó sin palabras al darse cuenta de su presencia…
—¿Qué quieres, idiota? —preguntó, al fin.
—Tranquila, Emilly —respondió Imelda—. ¿No has escuchado el dicho «el enemigo de mi enemigo es mi amigo»?
Evelyn y Emilly miraron seriamente a Imelda.
—Ya conoces a Madyson, ¿verdad?
—Sí, es la novia de Brad, ¿no? —preguntó Emilly.
—Solo salimos un par de veces, nada oficial —contestó.
—¿Y qué tienes en mente? —preguntó Evelyn a Imelda.
—Cualquier cosa que se les ofrezca para poner a esa tarada en su lugar, solo avísenme —respondió, antes de retirarse.
Por otro lado, en la dirección de Cultura de la escuela.
—¡Por favor, Zack! ¿Quieres cantar?
—¿Qué tiene de malo? Tengo a mi banda, igual que el idiota de Johann.
—Sí, por eso ellos ya son el ‘grupo oficial’ —respondió Javier, el joven encargado del Recording Studio.
—Zack… yo no voy a formar parte de tu banda, no canto —advirtió Andrei.
—¿Y por qué no? Tenemos que ser cuatro por lo menos y en estos momentos no sé en dónde demonios está Oliver.
—Lo sé, pero no soy cantante ni vándalo, ahora me dedico a la ciencia. No me interesa nada que tenga que ver con el espectáculo.
—¡Espera! —dijo Javier de repente— Entonces, ¿formas parte del Club de Ciencias? —preguntó, muy interesado.
—Sí, ayer me uní.
—Oye, si me ayudas a conquistar a Marcy, podría ayudarlos a ustedes —propuso.
—¿Qué? ¿Es en serio? —preguntó Zack, muy sorprendido— Hay chicas mejores, yo te puedo presentar a muchas que están muy buenas.
—No lo sé, ella me gusta —respondió Javier.
—Si Andrei te ayuda, ¿podemos cantar?
—Sí, ¡ese será el trato! —Javier y Zack estrecharon sus manos.
—Oye, yo no voy a hacer nada —comentó Andrei, pero era ignorado por esos dos.
Eran las 4pm, por eso Oliver estaba desaparecido en esos momentos. Fue a casa de Miyako, la parte de abajo era el Cyber Café y en el segundo piso se encontraban las habitaciones de la casa.
—Gracias por venir, Oliver. Espero que te guste el decorado de la casa.
—¿Gustarme? ¡Está perfecto! —contestó él.
—¡Gracias! —sonrió al momento que servía el té.
Oliver era tímido como para declararse en ese momento, pero estaba muy emocionado y llenaba de halagos a la chica.
En la escuela, el grupo representante ya estaba listo para dar una demostración de su talento.
—¡Que tengas suerte, Brad! Esta vez todos te reconocen como el hijo del bajista de la banda tributo de Excel School. Eran muy buenos… aunque Joshua no tocara el piano, mis papás dicen que se parecían a la verdadera banda…
—¡Cállate, Joey! Ya va a empezar…
—Aún no es la hora, ¿Qué te pasa, Brad?
—No me es satisfactorio seguir los pasos de mis padres. ¡Son tan cursis! Debería ser feliz y lo único que hacen es que me de asco.