La Joya Azul

Triste Realidad

Johann y Jessica dejaron de hablar de negocios. El mesero llegó para tomar la orden, luego se retiró.

—Y bien, cuéntame de ti. ¿Cómo está tu familia?

—¿Mi familia? —en ese momento Johann se sintió confundido. No recordaba ni que tenía familia— …la verdad es que yo…

—¿Eres hijo único? Tus amigos me contaron eso.

—Yo… no lo sé.

Jessica se sorprendió.

—¿Te sientes bien?

—Sí, lo que pasa es que… no sé qué contestarte.

—Si quieres hablamos de otra cosa —la chica le tocó la frente—. Tu temperatura es normal, menos mal.

—Estoy bien.

Emilly fue al lugar donde sería la cita y llegó en ese momento.

—¡Lo sabía! Esa maldita solo está esperando una oportunidad.

Salió de la cafetería, no había nada que pudiera hacer.

—¿Qué debo hacer primero? ¿Recuperar los recuerdos de Johann? ¿Descongelar a su madre? ¿Buscar la Joya Misteriosa? —se paseaba por la calle tratando de decidir.

Ahora ya no confiaba en Lucy, quería estar lejos de ella para evitarse más problemas.

Llegó el esperado día para hacer el examen de Conocimientos Generales. La profesora repartió los librillos y dio una hoja de respuestas.

—Recuerden que quien se sorprenda copiando, se le cancelará el examen en el momento, así como tendrá prohibido ir al baile de graduación.

—Relacionan la graduación con este examen para que obtengamos las mejores notas —comentó Brad en voz alta.

—Es una especie de motivación —contestó la profesora—. Sabemos que a todos les interesa esa noche.

Se miraron entre sí, sin decir ni una palabra. Comenzó el tiempo para contestar el examen.

«La graduación… había olvidado que se hacía un baile.» Pensó Andrei, luego miró hacia Ellie. Por otro lado, Sabrina notó la ausencia de Lucy. «¿Dónde estará esa chica? Seguramente fue en busca de la Joya Misteriosa… quizá ya tiene una pista.»

El tiempo para el examen era de 2 horas y media. Poco a poco se iban levantando, lo entregaban y salían del salón sin interrumpir a los demás. Una vez que los últimos entregaron, se anunció que los resultados se darían dentro de 5 días hábiles.

—El examen estuvo pésimo —decían los alumnos.

—¿Por qué preguntaron cosas en francés?

Hubo muchos murmullos en los pasillos.

—Había 5 preguntas en francés, sino me equivoco eran cosas de vocabulario —dijo Johann.

—¿Y las contestaste bien? —preguntó Emilly.

—No, fue al azar. Solo sé inglés y un poco de japonés.

«Menos mal que no usé magia para ganar el premio de la graduación, es difícil que Johann quede en primer lugar.» Pensó la chica con una leve sonrisa, a pesar de que él le gustaba, sabía que no era un sabelotodo.

—Yo también las contesté al azar —añadió ella.

—Y bien, ¿pudiste con el francés? ¿Ahora sí estás segura de ganar? —Ellie fue con Marcy.

La chica de lentes no sabía qué decir, pero por su cara, se notaba que no había entendido nada de ese idioma.

—Veo que no te fue muy bien. ¡Lástima! Al menos yo he viajado a Francia y sé lo básico, no soy la chica tonta después de todo.

Se dio media vuelta y se retiró, Joan la estaba esperando.

—Ellie, no andes buscando pleitos —sugirió, sin ocultar que le agradaba bastante la idea.

—Eres la menos indicada para decirme eso, Joan. Sabes que tú también lo haces.

—Pero me extraña de ti —dijo, «Me llamó Joan en lugar de Joanne…»

Las chicas fueron hacia donde estaban Cindy, Amanda y Emilly…

—Chicas, ¿Cómo les fue? —preguntó Cindy.

—¡Muy bien! —contestó Ellie.

—¿Qué? ¿En serio? —la chica rubia estaba sorprendida, jamás había escuchado a Ellie decir eso en un examen.

—A mí también me parece raro que digas eso —comentó Emilly—, pero tomando en cuenta que has estado estudiando con Sabrina, creo que es normal.

—Es verdad, tenemos que hablar sobre eso contigo —dijo Amanda.

—Cierto. Tienes que decidir con quién vas a estar, con nosotras o con Sabrina —Cindy fue directo al punto.

—¿De qué están hablando? —Ellie miró a Joan.

—Bueno, es que hemos decidido echarte si no vas a estar con nosotras —comentó, con su característica sinceridad.

—¿Por eso me van a correr? No voy a dejar de ser amiga de Sabrina solo porque ustedes lo dicen.

—Pues esta es la realidad, así que decide —sentenció Emilly.

Ellie guardó silencio y luego dijo…

—Si me van a poner condiciones, yo no puedo hacer nada en absoluto —se acomodó el cabello y siguió—. Puedo estar sin ustedes, perdedoras.

Cindy y Amanda se quedaron boquiabiertas al escuchar como las había llamado. Ellie dio vuelta y se fue. Joan y Emilly quedaron muy serias y cada una con sus pensamientos…




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