—¿Qué les pasa a todos hoy? Se pelean por todo —dijo Esteban al ver que todo se calmaba, pero luego miró hacia la foto—. No puede ser… lo hiciste de nuevo.
—No me sermonees, que Andrei ya lo hizo.
—Zack, si no tomas en serio a una chica vas a quedarte solo.
—A mí no me preocupa eso. Amanda estaba pensando en otro mientras salía conmigo. Tuve que vengarme.
—¿Cómo sabes eso?
—No importa.
—Si solo supones, no vas a tener buenos resultados —advirtió.
—Ya te dije que no importa. Puedo tener a cualquier chica a mi lado.
—¿Sabes en dónde está Lucy? —preguntó Sabrina.
—No tengo idea, ha estado desapareciendo muy seguido.
Emilly y Sabrina caminaban hacia el salón.
—Dices que atacó a Johann y a su mamá, ¿cierto? ¿Cómo es que volvieron a la normalidad?
—Lucy me dio poderes mágicos y pude salvarlos. Hice una joya para eso…
—¿Una joya?
—No es la Joya Misteriosa, Lucy ya me la hubiera quitado, pero traté de hacer una que se pareciera. Es un secreto.
—Tienes razón, es mejor que ella no se entere.
—Pobre Ellie… y lo peor de todo es que mi amigo ahora está enamorado de ella.
—¿Llevas mucho tiempo conociendo a Andrei?
—Es mi vecino.
—Ah… ahora entiendo.
Entraron al salón y Cindy se acercó a Emilly llevando un ramo de flores…
—Emilly, ¿Dónde estabas? Mira lo que te dejó Eddie.
Cindy le entregó el ramo. Johann y sus amigos estaban atentos viendo esa escena.
—Eddie dijo que estaba encantado contigo.
—¿En serio? —Emilly sonrió porque era la primera vez que alguien le daba flores.
Johann hizo cara de molestia.
—Mira, ¡qué detalle! —exclamó George— Ese Eddie sí que sabe conquistar a las chicas.
—¡Cállate, George! —pidió Johann— Es estúpido mandar flores, no duran nada porque se secan.
Joey empezó a reír.
—¿De qué te ríes?
—Johann, ¿Por qué vas a ir al baile con Jessica? Deberías invitar a Emilly.
—Claro que no. Yo quedé con Jessica y no la voy a cambiar.
—Oigan, ¿ya se enteraron de lo que Zack le hizo a Amanda? —intervino Brad— Le fue infiel con Marcy.
—¿Qué? ¿Ese imbécil se atrevió a eso? —Johann estaba indignado.
—Marcy no vino hoy a la escuela, supongo que por miedo —dijo Joey al ver a todos en el salón.
—Ese idiota, ahora me va a escuchar —Johann se levantó de su asiento.
—Ya se armó aquí —sus amigos lo siguieron.
Joan estaba muy seria, mirando el paisaje que los jardines del colegio ofrecían.
—Pobre Ellie… —se tapó la cara con ambas manos para ocultar su tristeza.
—Ahora que lo sabes, entiendes por qué se porta así.
La chica se limpió la cara y trató de ser fuerte, no podía llorar enfrente de Andrei.
—Tal vez a ti no te importe, siempre la rechazaste. Ahora… jamás volveré a ver a mi amiga enamorada. Ella era tan dulce…
—Me importa más de lo que tú crees —respondió con voz débil.
—No lo cre… —Joan se interrumpió al notar que Andrei estaba muy deprimido. Decidió no decirle nada más y dejarlo solo.
Recordaba aquellos días en los que Ellie estaba junto a él, aunque fueran muy pocas ocasiones, su sonrisa se había quedado en su mente. Muchos recuerdos pasaron…
«¿Venganza?
—Por lo de la cárcel. Fue culpa de Ellie que nos encerraran, ella llamó a Marie y Peter.»
«—Lo siento. No puedo besarte de esta forma. No siento lo mismo.»
Estaba muy arrepentido porque al principio solo estaba jugando con sus sentimientos y ahora extrañaba más que nunca esas veces en las que Ellie aceptaba sus invitaciones con sus ojos llenos de ilusión, cuando iba con él al Rock&Roll Club, esas veces en que estaba ausente por estudiar y demostrarle que ella no era una tonta. No era una chica bonita con la cabeza hueca. Era hermosa por dentro y por fuera. Tenía todo para triunfar en la vida. Justo en el momento en el que ya no se sentía solo, en el que se había reconciliado con su madre, justo en ese momento… Ellie dejó de sentir algo por él y él se sintió más solo. Llegó a pensar que el estar solo era su verdadero destino.
Johann se puso frente al lugar de Zack.
—¿Ya viene el príncipe azul a salvar a la princesa? —preguntó irónicamente.
—¿Cómo te atreves a hacerle esto a Amanda?
Soltó un puñetazo y le dio a Zack. Todos voltearon, en poco tiempo ya tenían otra pelea.
—No vuelvas a ponerme una mano encima, idiota —Zack se puso de pie y le regresó el golpe.