La velada continuó, haciendo a un lado los recuerdos mágicos.
—Por cierto… —dijo Andrei de repente— ¿Tienes la fotografía de la coronación? Quisiera conservar una copia.
Ellie se sintió conmovida, pero a la vez triste, esa fotografía podría ser el recuerdo que él quisiera llevarse a Estados Unidos.
—¿Estás bien?
—Sí, solo estaba recordando donde la dejé, pero sí la tengo. Te la daré hoy mismo.
Al día siguiente, en el aeropuerto de Foreverfree City, Emilly llegó a tiempo para despedirse de Johann.
—Te voy a extrañar mucho —dijo al abrazarlo.
—Yo también. Regresaré pronto, tranquila.
Se besaron, aunque los amigos de Johann abuchearan por eso. Jessica estaba viendo la escena a lado de Billy.
—Siempre supe que Emilly lo conquistaría —dijo él—. Después de todo, es Marín y los de la familia Marín somos muy conquistadores.
—¿En serio? —preguntó la mánager.
—Así es —le giñó el ojo.
—Quien iba a pensar que ustedes serían hermanos. No se parecen mucho.
—Ya sé que es porque yo estoy guapo y Emilly todavía es pequeña —respondió riendo—, pero sí, somos hermanos.
Ambos se miraron.
—¿Tú también viajarás con ellos?
—Tengo que hacerlo, es mi trabajo.
—Entonces, ¿puedo venir a recibirte cuando regreses?
Jessica rió, estaba muy apenada.
—No te burles de mí, te llevaré a un lugar bonito después.
—Está bien. Espero verte cuando regresemos.
El avión despegó. Billy y Emilly lo veían a través del cristal.
—Johann dijo que, si se hacía una gira, podría acompañarlo.
—Eso estaría genial. Esperemos que les vaya bien en Irlanda.
—Por cierto, Billy, a ti te gustó Jessica, ¿verdad?
—Es muy guapa. Ahora entiendo por qué Johann estaba dudando contigo —al decir esto, la chica le dio un golpe—. Bueno, pero te eligió, eso es lo importante.
—Espero que la puedas conquistar, hermano.
En ese momento, Evelyn y Javier llegaron…
—No puede ser, llegué tarde.
—¿Ya se fueron?
—Sí, acaba de despegar el avión —respondió Emilly—. ¿Por qué se retrasaron?
—Tuvimos que ir por mi nuevo auto —respondió Javier—. Por fin lo conseguí.
—Wow, ¡muchas felicidades!
—Nos está yendo muy bien —dijo Evelyn—. Javier acaba de ser nombrado el nuevo Director del Recording Studio. Se encargará de buscar nuevos talentos teniendo su propio programa.
—Eso es perfecto.
—Si la banda de Johann llega al éxito, será mi primer logro.
—Esto tenemos que celebrarlo —propuso Billy—. Vamos a comer a un lugar especial.
—Bien, ya que no pudimos despedirnos de Johann y los demás, por lo menos quiero pasar un momento con Emilly —dijo Evelyn.
—Claro, vamos a comer.
Los cuatro se retiraron del aeropuerto.
Más tarde, Emilly iba rumbo a su casa cuando se encontró con Ellie.
—Hola, Emilly. Te estaba buscando.
—Se nota, ¿Cuánto tiempo llevas aquí? —preguntó al ver que estaba en la entrada de su casa.
—Muy poco. No te preocupes.
Billy entró a la casa para dejar que las chicas hablaran.
—¿Pasa algo? —preguntó Emilly.
—Johann se fue y no les avisó a todos.
—Fue un viaje de última hora, ni ellos mismos sabían a qué hora los llamarían para irse.
—Le deseo mucho éxito a Johann, lo hará muy bien.
Emilly no dijo nada, sabía que esa no era la cuestión…
—¿Hay otra cosa de la que quieras hablar?
—Es sobre… —Ellie no estaba muy segura de abordar ese tema— …los poderes mágicos.
—¿Volvió a pasar algo extraño? ¿Estás bien? —Emilly se sobresaltó un poco.
—Todo está bien. Fui a hablar con Sabrina y ella dijo que los chicos se están olvidando de la magia. Es como si nunca se hubieran enfrentado a Lucy.
—Ah… era eso —se mostró más tranquila—. No seas tonta, Ellie. Ellos no van a recordar eso toda la vida. Tal vez la magia es una de las grandes cosas que les pasó, pero si no están destinados a saber de ella, la olvidarán.
—Lo que no entiendo es… ¿Por qué permanecen las relaciones que se formaron con la magia?
—Porque son relaciones que tuvieron que pasar.
—Wow, Emilly, sabes mucho respecto a eso.
—La Joya Azul me hace entender muchas cosas.
—¿Y qué harás con ella?
—La conservaré, tal vez en el futuro le sirva a alguien.