La Karda (home Come)

El Amor y El Odio Van De La Mano

Jaime

 

 

J

aime respiro profundo ante el espejo mientras se abrochaba los botones de su abrigo y se ponía su reloj, quizás era muy formal para conquistar a una chica, se quito el abrigo, a la mierda su vida de ejecutivo, de formalidades como un banco que le rinde cuentas al gobiernos, a todos los que invierten y más aun a los usuarios que necesitan que todo sea formalmente responsable como se acordaba en el contrato de solicitud para apertura una cuenta, quizás creer que necesitaba un amor lo llevo a encontrarse con Lucy; una chica con muchas aspiraciones, que no podía hacer realidad por la falta del tiempo, ambos necesitaban escaparse de us problemas y el ya no quería ser la marioneta de una avariciosa chica que se volvió mala, miro un retrato de Lucy con él en su recamara la coloco boca abajo, <<que Lucy y sus trampas se vallan a la mierda>> -pensó- y si eso significaba ir a la cárcel y manchar el apellido de su familia lo haría, ya no quería ser lo que Lucy no podía hacer por ella misma, agarro las llaves de su deportivo e iba buscar a esa chica que lo hacía sentir amor de nuevo, sin importarle Lucy o lo malo que pudiera ocurrirle. Al estacionarse en las afueras de la casa toco lo bocina de su vehículo negro y salió Camilk con su peluca rubia de corte alto en la parte lateral y flecos que llegaban a la quijada y pollina, con los labios rojos, un vestido corto de color dorado y un abrigo de plumas color cachi, Lucy reconoció el sonido de ese vehículo era inconfundible, desde su habitación acostada se levanto y espio por la ventana, Camilk se montaba en un deportivo negro que se parecía a el de Jaime, no, era imposible pensaba ella, el estaba jodidamente enamorado de ella, <<¿Pero que estas pensando estúpida?>> -se dijo a sus adentros Lucy. Claro que era él, era su vehículo, la misma matricula el vehículo se fue.

  • ¡Me está engañando con esa puta!— Lucy agarro las llaves a la fuerza, y se metió la pistola en la parte trasera del pantalón por su cadera salió corriendo de la casa, ¿A dónde iban? ¿A su apartamento? ¿A un hotel? No lo sabía, pero sea a donde sea que piensan que irán, ellas los perseguiría saco su teléfono mientras manejaba por la carretera encendió la radio y sonaba “Be Careful” de Cardi B, había perdido la pista del par de desgraciados, dio unas vueltas por las avenida principales de la ciudad, luego recordó algo que le sería muy útil para encontrarlos,   activo el GPS del vehículo de Jaime, fuese lo que fuese que creían que iban hacer, ella no los dejaría, se caco la  pistola y la puso en el copiloto y sonrió mientras pasaba la esquina para llegar al restaurante donde estaban los tortolos. 

 

 

La Karda

 

 

L

legaron a una mansión donde posiblemente nadie los encontraría tres veces más grande que la Mansión Rosa y tres veces más lujosa y sin ningún color rosa en sus instalaciones, todas las señoras de limpieza están de un lado a otro moviéndose, limpiando como si acabaran de recoger un vaso de vidrio que se cayó e intentaban dejar todo impecable, la Karda se dio cuenta, pero ya era suficiente con que Yajaira no se encontraba nada bien, estaban en peligro, lo iba a dejar pasar por alto pero no por tanto tiempo, solo estaba muy impresionada, pensaba que el “Niño” siendo un inservible para nada y un maleante de lo peor llevaba una vida mejor que la de ella en Hollywood, se suponía que todo ahora le pertenecía a Yajaira, la miraba y la pobre lloraba y lloraba mandaron hacerle un calmante para que descansara un poco ya que era muy peligroso para su embarazo que estuviese agitada después de la lluvia de balas en la casa de la playa como un montón de abejas asesinas en sus cabeza, era lo mejor, Yajaira se hacia la dura e intentaba hacerse la ruda pero solo era una chica más que no supo manejar su vida, no escuchar en la adolescencía a nuestros padres nos hace ver el mundo de otra manera quizás divertida pero cuando pasas la pubertad y te lanzas para tocar con las manos el cielo te das cuenta que no hay nada ahí, donde sostenerse y caes de culo en el suelo, solo ahi en ese momento recuerdas que gran parte de tu vida estuviste perdiendo el tiempo, dejando la escuela, escuchando amistades que no hacen más que dañarte, enamorarte del chico equivocado y no es parte de una maldición ni parte del destino, esas boberías inventadas por la humidad o por un montón de abuelitas luciendo sabias con sus nietas, no es mas que falso, la vida es lo que queremos que sea, y ahora ella no sabría que hacer el “Niño” no tenía la culpa de que sus padres no hubiesen sido mejores, porque no sería nada normal darle una vida de narco a un bebe, a su hijo, ahora en su vientre, no queria eso para el, el “Niño” tampoco lo hubiese queriado. Yajaira se fue acompañada de Dubraska a una de las habitaciones que las guiaba un ama de llaves, Cameron se quedo con la Karda ambas odiaban a los guaruras y  estaban rodeadas de muchos de ellos armados y viendo de un lado a otro con sus caras de perros domésticos esperando que sus amos les den la orden de matar a quien sea, ambas sabían que esos hombres, podrían venderle sus secretos, sus vidas, incluso sus palabras a cualquiera, no les gustaba lo mas minimo. Chirstian estaban haciendo una llamada en la sala de estar en la mansión desde un radio, la miro  y le  hiso una seña que esperara un segundo, la Karda se cruzo de brazos y Cameron entendió que debía irse, subió al piso donde estaban Dubraska con Yajaira, para no incomodarlos.

  • ¿Qué tienes? — Le pregunta Christian  a la Karda acercándose después de terminar su llamada sospechosa, la miro y miro alrededor, estaban siendo vistos por todos en la casa como cuando te checan viendo un video porno y es muy vergonzoso— Mejor vamos hablar en un lugar más privado— La llevo a la biblioteca de la casa y cerró con seguro.
  • ¿Puedes decirme que estas tramando? — Le pregunto la Karda sin quitar su expresión de molesta.
  • Nada, tratando de protegerte a ti y a mi jefa — La miro sorprendido de que desconfiara del después de lo hiso por ellas— Recuerda quien las ayudo a salir de Venezuela a ti y a tu familia— se voltio y miro por la ventana dándole la espalda a la Karda, ella quedo muy sorprendida y a la vez feliz de pensar en eso y si, en realidad Yajaira, Dubraska y Carmelita se volvieron su familia. La Karda estaba ilusionada por Christian sí, pero sabía que en estos negocios sobre el poder y la vida no se podían mezclar los sentimientos, se dio la vuelta e intento salir, no tenia que explicarle a un militar porque desconfiaba del si estaban hablando de un imperio de drogas donde solo encuentras traición y peligro, nadie es tu amigo en este juego.
  • ¿A dónde vas? — Le pregunto Christian, la Karda se detuvo y lo miro de pies a cabeza, no tenía nada más que preguntarle si no quería decirle la verdad.
  • Crees que me gusta hablar con mentirosos— Lo miro desafiante él se saco el arma y la puso encima del escritorio en medio de la pequeña biblioteca, rodeo el escritorio y se acerco a la Karda frente a frente.
  • Y si te digo que me traes loco, ¿dirías que es mentira también? — La Karda quedo paralizada, sentía correr una gota de sudor por su cuello, mientras sentía la inhalación del tan cerca que empezó a temblar.
  • No sé qué decir— La Karda debió la mirada y salió de la biblioteca la miro pero tampoco la detuvo aunque eso era lo que más deseaba en su corazón, no quería asustarla. La Karda salió casi corriendo por miedo a que el fuese detrás de ella, la verdad estaba loca por él, quizás lo amaba o solo era una ilusión que sentía como cualquier otra pero había algo que no estaba bien y ocultaba algo, subió las escaleras lo más rápido posible, Cameron salió de la tercera habitación del pasillo y después Dubraska y cerraron la puerta.
  • ¡Esta dormida!— le dijo Dubraska mientas se acercaba y la Karda asintió.
  • ¿Qué te dijo el galán alfa? —le pregunto seria Cameron.
  • No me quiere decir la verdad— miro a todos lados— creo que aquí paso algo y no nos  lo quieren decir.
  • ¿Lo que importa es que haremos con Yajaira? — le pregunto Dubraska.
  • La ayudaremos a escapar y vengar al niño— la Karda le puso la mano en el hombro.
  • Pero ¿que dices? — quedo boca abierta Dubraska — no te dejara hacerlo.
  • ¡No puedes dejarle tu vida y el dinero a Lucy! —le decía alterada Cameron— es capaz de mataros una a una, ¿no?— negaba con la cabeza.
  • Yajaira me apoyo hasta aquí y ahora me necesita— decía la Karda sin importar que sucedía con los planes, su familia, la maldita de Lucy su asistente, no podía creer que estuviesen pasando por algo tan horrible como esto.
  • Y ¿mi abuela? — pregunto Dubraska asustada— tiene que venirse.



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En el texto hay: humor negro

Editado: 24.07.2020

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