Veinte años y muchas cosas, pasaron desde entonces.
Artemio y su padre no se reconciliaban. El hijo había logrado, con el respaldo de su abuelo, concluir sus estudios y asumir el puesto que aguardaba para él en la empresa familiar. Su relación con Esteban no había durado mucho más una vez expuesta pero aún eran buenos amigos y se reunían con frecuencia acompañados de sus respectivas parejas.
Berto había fallecido a los 22 años en un accidente automovilístico de camino a Acapulco. Iba a exceso de velocidad y en estado de ebriedad. Se llevó con él a cinco amigos.
Azalea era azafata y vivía en la ciudad de México. Sus cascos ligeros le habían ganado numerosas enemistades, una espantosa reputación, frivolidad y soledad, así como grandes ventajas en su trabajo. No iba a Tuxtla ni por equivocación.
La abuelita Delia quedó desolada al enterarse del rompimiento de Narah y Jaziel. Siempre la quiso y vivió preocupada, intuyendo que el fallido intento de familia y posterior soledad de su nieto se debían a que aún la amaba y la esperaba. Su fallecimiento fue un duro golpe para la familia, especialmente para él.
Pamela se casó con un productor alemán al que conoció mientras trabajaban en la publicidad para México de los juegos olímpicos de Pekín 2008. Luego de casarse se fueron a vivir a España donde nacieron sus tres hijos. Narah se burlaba de ella diciendo que su relación era el mejor ejemplo de globalización que existía.
Daniel entregó a Narah lo que le correspondía como heredera de Bea. Ella, al igual que lo hiciese su madre, confió en él que tomó las medidas necesarias para que ella recibiese sus cheques y se le depositaran las ganancias en una cuenta independiente. El hombre se casó nuevamente siete años después de la muerte de su esposa y vivía tranquilamente. Tuvo un varón.
Mauro continuaba viviendo en México. Estaba desposado con su novia de toda la vida. Tenían gemelos y no eran tan felices como se esperaba, ya que la mujer era caprichosa en demasía y realmente le complicaba la vida al buen primo.
Carola y Miguel logaron hacer crecer la fundación y establecer una academia de técnicas dentales. Construyeron una casa preciosa.
Rico y Estrella se divorciaron a diez años de su enlace. Sin reponerse del duro golpe que le representó la traición del hombre que amaba, vivía amargada, enfrascada en el salón de belleza que montó y se quedó con sus hijos que veían a su papá dos fines de semana al mes. Rico continuó con sus aventuras. Jamás fue capaz de enamorarse genuinamente de nadie.
Ricardo y Padme tuvieron dos hijos más: Fabio y Grecia. Enna se casó y les regaló un nieto que era la luz de sus vidas.
Jaziel se recibió de ingeniero en sistemas y se fue a san Francisco, California, en plan de indocumentado para madurar. En realidad quería escapar. Allá aprendió varios oficios y las artes de la cocina; se involucró en varios movimientos artísticos e hizo pininos en producción de documentales. Se enamoró de Claudia Talamantes, una chica que había sido su novia en la secundaria y a la que se topó una noche en un rave, aunque ahora era muy distinta: alta, mucho más delgada, más bonita y muy complicada, además era consumidora de marihuana y estaba implicada en la venta de la misma. Quería armar su propio invernadero para ser productora y producir más ganancia. A él le pareció un buen plan y lo armaron, prodigando los cuidados especiales que la planta requiere para crecer. Una vez lista y probada, negociaron y fiestearon bastante bien hasta que Claudia resultó embarazada porque no quería tener al bebé. Él no le permitió abortar y nació la pequeña Mabel. Comenzaron a tener problemas porque ella no quería ni ver a la criatura. Su relación se volvió muy tirante pero dos años después se embarazó de nuevo. Esta vez tuvieron un niño: Eusebio. La muchacha no soportaba a sus hijos, le pesaba atenderlos, la desesperaban, les gritaba y los golpeaba sin importarle la corta edad que tenían. Los pleitos eran más constantes y fuertes. Un día ella salió y no volvió; se fugó con un hombre.
Al verse abandonado y harto de la vida infructuosa e infeliz que llevaba, regresó a Veracruz con sus hijos. Carola los arropó y ayudó a su rebelde a iniciar el camino. Comenzó con pequeños trabajos y poco a poco, picando piedra, logró fundar su empresa de sistemas. Era hombre emprendedor y muy formal en sus compromisos laborales. Se convirtió en un padre dedicado que había organizado sus horarios de trabajo de tal manera que podía llevar a los niños a la escuela, ir por ellos, hacerles de comer y revisarles tareas por la noche, darles de cenar y acostarlos a dormir. Era amoroso y siempre estaba presente para su familia. Salía de farra con sus amigos de vez en cuando, cada vez que sus hijos se quedaban con su abuela, sus primos o amigos; era entonces que iba a algún bar y se divertía pero siempre volvía a casa para ir temprano por sus hijos. No había vuelto a relacionarse con ninguna mujer. Tenía algunas “amigas” pero después de su experiencia con Claudia no quería saber nada de relaciones. Además, sabía que su gran y único amor siempre sería su bonita.