La ley de Amara

Capítulo 3.

AMARA CORTÉS.

 

Sigo mi camino detrás de Aitana que no deja de mirar a Liam como si quisiera matarlo o algo peor. Subo a la parte de atrás del coche y miro por la ventana, dejándome seducir por la sonrisa de Liam que habla con sus amigos sin prestar atención.

 

— ¿Todo bien? —Pregunta José.

 

— Si José, todo como cada día. —Respondo lanzándole una indirecta a la yugular.

 

— Puedes llamarme tío, eso soy.

 

— Prefiero José, si no te importa.

 

Él hace notar su enfado ¿Cómo pretende qué llame tío a una persona qué apareció de repente en mi vida y me dijo qué por la fuerza tenía qué dejarlo todo para ir con él? No sé ni quiera como puede pensarlo.

~~

Llegamos a casa. Mamá habla con mi tía, es raro, no se llevan para nada bien, debe ser importante para que estén hablando entre ellas.

Desenvuelvo una magdalena pero Aitana me la quita de la mano llamando mi atención pero no de una manera amable.

 

— ¿Se puede saber qué estás haciendo?

 

— No ¿Qué estás haciendo tú?

 

— Explícate porque tus idioteces no las cojo. Dilo directamente sin hacer dramas. —Se asegura que nadie nos escucha y aplasta mi cuerpo con el suyo. Dios, no creo que así estemos siendo discretas.

 

— ¿Has hablado con ese chico? No me digas que no porque te he visto.

 

— ¿Me has visto? Lo único que he hecho ha sido responderle a algo ¿Tampoco puedo?

 

— Si, si puedes. Pero es demasiada casualidad que nos lo encontremos cada día y hoy, por arte de magia te ayude a levantarte, choques con él y habléis.

 

— Un momento ¿Acaso me vigilas o qué? —Pregunto llena de furia— No se que te has creído pero no me gusta nada tu actitud. No entiendo lo que me estás reclamando.

 

— Está claro, te reclamo que estés desobedeciendo las normas.

 

— Es cierto —Rio sarcásticamente— no recordaba que vivo prisionera. Discúlpame, no quiero que corras a tu padre y le digas que he sido amable con el vecino.

 

Pone los ojos en blanco y me devuelve la magdalena. Lógicamente puede metérsela por donde le quepa.

 

— No gracias, no quiero.

 

Paso por su lado y por el lado de mi madre cuando ella entra a la cocina.

 

— Hija.

 

— Después hablamos mamá, voy a estudiar.

 

Me doy cuenta de que se queda algo confusa, por mi cara y por la de Aitana está claro que algo ocurre. Seguro después me preguntará por ello.

 

— Amara. —José hace que me detenga.— Esta noche celebraremos una cena.

 

— Si, está bien. —Subo las escaleras directamente mientras lo digo.

 

Entro en mi habitación, dejo las cosas en una silla y me acerco a la ventana.

Liam aún no ha llegado así que puedo concentrarme en mis estudios y dejarlo a un lado por unos minutos. También tengo que averiguar si puedo encontrarme con él en algún sitio sin levantar sospechas. La última vez fue detrás de casa, escondidos y alertas, ahora no se muy bien donde, después de mi salida mi tío me tiene mucho más vigilada.

 

LIAM COOPER.

 

Mamá nos recoge bastante tarde. Afortunadamente habíamos quedado en comer fuera de casa y no tiene importancia su retraso, de paso nos sentamos a comer los tres juntos. Sofía no deja de hablar sobre su nuevo compañero de clase y eso me hace mucha gracia, además que picar a mi hermana pequeña es mi pasatiempo favorito

 

— Entonces te gusta. —Deja de comer para lanzarme una mirada fulminante— ¿Te atrae?

 

— No. —Me rio— Es guapo, pero no significa que me guste. Acabo de conocerlo.

 

— Existe el amor a primera vista.

 

Mi madre me mira, nunca antes había hablado sobre el amor de tal forma ¿Pero qué tiene de malo? Soy un adolescente, a mi edad el amor puede llegar e irse.

 

— ¿Lo dices por mi o por ti? —Pregunta Sofía.

 

— Mm, dime ¿Qué te hace pensar qué podría ser por mi? —Da un giro en su asiento para mirarme mejor.

 

— Morena de piel , pelo largo, ojos grandes y azules ¿Te suena?

 

— Ya sé por dónde vas —Rio— y no sigas por ahí.

 

— ¿Qué me estoy perdiendo? —Mamá nos da un codazo. Junto las manos, echo la cabeza sobre ellos y encojo los hombros.

 

— Tonterías de la enana.

 

— No es cierto mamá. Él se muere por nuestra vecina.

 

— Vaya —Sonríe— ahora que hago memoria, son tres chicas las que viven en esa casa pero con esas características.. ya sé, no es hija, es sobrina del dueño de la casa.

 

— ¡Mamá por favor! Pareces detective. No es para tanto, somos amigos.

 

— Pero si ese hombre nos mira como si tuviéramos la peste —Bromea— no creo que sea fácil ser amigo de una de las chicas de la casa.

 

— No es fácil, hablamos y nos vemos a escondidas. —Confieso. Veo que lo que acabo de decir no le hace tanta gracia a mi madre, es más, se pone seria de repente.

 

— Hijo, no es buena idea ver a esa chica a escondidas.

 

— Lo sé pero no hay otra manera.

 

— Es que podrían decir cualquier cosa sobre vosotros —Suspiro— tal vez podrían decir que estáis haciendo algo malo y para ella no sería igual que para ti ¿Me entiendes? Sus costumbres no son las nuestras. Su libertad no es la tuya.

 

— No entiendo porqué, somos seres humanos los dos. Personas que sienten y sufren igual ¿Por qué tienen qué existir costumbres y leyes qué nos diferencien?

 

— Oh dios, mamá, Liam está enamorado. —Bromea Sofía por detrás— ¿Qué digo enamorado? ¡Loco por ella!

 

Le arreo un manotazo en el hombro.

 

— No es cierto. Es mi mejor amiga.



#11352 en Novela romántica
#2211 en Thriller
#833 en Suspenso

En el texto hay: romance, drama, ley gitana

Editado: 15.06.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.