La ley de Amara

Capítulo 13

AMARA CORTÉS.

 

Aaron me coge de la mano y mira con el ceño fruncido a sus padres.

 

— Sé que deberíamos haberlo dicho pero no sabíamos si ibais a aceptarlo.

 

— Si aceptaste verla a escondidas no eres digno de ella, un verdadero hombre no se esconde. —Encoge los hombros tras las palabras de mi abuelo.

 

— Cometí un error ¿Pero cómo arriesgarme después de lo qué todos sabemos qué ocurrió con su nieta Cora? Pensé que no permitirías a Amara tener novio. Siento mucho si le he ofendido. —Baja la cabeza casi haciéndole una reverencia.

 

— Entonces sois novios a nuestras espaldas. —Su padre también parece muy enfadado.

 

— ¡Sentaos ahora mismo! —Exclama mi tío.

 

Los dos nos sentamos en el sofá y escuchamos durante un cuarto de hora el sermón de cada uno. De vez en cuando miro a Aaron ¿Qué ha hecho? Ha inventado un romance de mentira para salvarme, pero ha complicado muchísimo más las cosas.

 

Solo espero que Liam no sepa esto.

 

— Amara dime una cosa —Mi tía Sara agarra mis manos— ¿Ha pasado algo entre vosotros?

 

— ¿Algo?

 

— ¿Os habéis acostado? —Pregunta bruscamente. Aparto las manos y niego rotundamente con la cabeza.

 

— No, nosotros.. queríamos hacerlo bien. —Contesta Aaron de nuevo por mi.

 

— Me podéis llevar al ginecólogo si queréis quedaros tranquilos. —Digo encogiendo los hombros— No van a encontrar nada de lo que a ti te gustaría. —La ataco fríamente.

 

Mi madre es incapaz de mirarme.

 

— Hemos tomado una decisión. —dicen.— A pesar de vuestro error, aceptamos vuestro noviazgo.

 

— ¿Qué? —Pregunto— Pero hemos cometido un error fatal y no..

 

— Creíamos que ibais a aceptar —Termina mi frase— Gracias.

 

— Por ahora estaréis como novios durante un tiempo pero en cuanto estéis preparados, os casareis. —Comenta el abuelo— Espero que no intentéis cometer locuras antes de la boda.

 

— ¿Podré verla más a menudo?

 

— Es tu novia, podrás verla siempre que quieras. —Le da la mano a mi tío— Pero recuerda, no tengáis prisa y hacer las cosas bien.

 

Aitana me da un codazo.

 

— Alegra la cara o te descubrirán. —Me susurra— Acaban de aceptar tu noviazgo.

 

— Aaron —Me coge la mano— ¿Podemos hablar fuera?

 

Todos sonríen como si de algo bonito se tratase. Aaron acepta y los dos salimos fuera.

 

— ¿Eres idiota? —Pregunto en voz baja— ¿Cómo me haces esto?

 

— ¿El qué? ¿Salvarte? Has confesado que estás enamorada ¿Qué querías qué hiciera?

 

— Quedarte callado, puedo enfrentar lo que sea.

 

— ¿También a tu abuelo? Te habría golpeado como lo hizo con Cora. —Tanta información sobre mi familia me empieza a parecer extraño— Todos hablan. También el novio por el que la golpearon.

 

— ¿Q..qué ha dicho él?

 

— Que no va a permitir que los separen.

 

— ¡Esto me sigue pareciendo una locura!

 

Me siento en el banco.

 

— Entiéndeme, no supe cómo reaccionar y dije lo primero que se me vino a la cabeza.

 

— ¿Por qué lo has hecho? ¿Qué te importa si me matan a golpes? Es cosa mía.

 

— No puedo permitirlo. —Confiesa— Lo siento, pero no puedo permitir que te hagan daño.

 

— A penas me conoces.

 

— ¿Cuánto tiempo llevas yendo al culto?

 

— Tu pregunta no tiene nada que ver con lo que estamos hablando. —Reclamo pero no me quita los ojos de encima— Dos años y medio. El abuelo me obligó.

 

— Desde entonces te veo cada viernes. Te veo disfrutar, sonreír, ser feliz por unas horas.

 

— Aaron no tengo cabeza para esto y tampoco para sostener una mentira como esta. Yo no te quiero ni estoy enamorada de ti.

 

— Estas enamorada del capitán del equipo de baloncesto. —Su contestación acertada me deja boquiabierta— ¿Por qué me miras así?

 

— ¿Cómo lo sabes?

 

— Porque mientras tú lo estás observando a él, yo te observo a ti.

 

— Que más da —Cruzo los brazos congelada— Ya da igual mis sentimientos.

 

— No, a mi no me dan igual. —Frota sus manos y deja sobre mi espalda su chaqueta— Me importa lo que sientas.

 

— Somos novios y él lo sabrá en breve. No hay nada que hacer. —Me pongo en pie y me detiene agarrándome de la mano.

 

— ¿Tiene los mismos sentimientos por ti?

 

— No lo creo.

 

Me mira con la ceja alzada y suspira.

 

— ¿Por qué suspiras? ¿Te aburro o qué?

 

— Estoy pensando, impaciente. —Ríe— Creo que puedo hacer algo.

 

— ¿Tú? ¿Y qué ganarías?

 

— Nada, pero dejaría de verte tan triste. —Pongo los ojos en blanco y él vuelve a reír.

 

Es un idiota pero no mala gente como pensaba.

 

LIAM COOPER.

 

Saco la basura. Cuando giro la cabeza los veo en el porche, él agarra su mano y ella lo mira atenta a lo que está diciéndole.

 

Arde, el pecho me arde. No puedo creer que su abuelo lo esté permitiendo y tampoco que ella.. lo permita. Supongo que le gusta.

 

— Liam. —Su voz me detiene.

 

Está atreviéndose demasiado.

 

— Amara ¿Qué haces? ¿Ahora soy yo el qué piensa?

 

— ¿Cómo estas?

 

— Estoy bien. —Respondo. La presencia de Aaron esta molestándome bastante.— Gracias por preguntar.

 

— Yo.. —Suspiro.— ¿Liam?

 

— ¿Qué?

 

— No.. nada. —Retrocede— Hablamos en otro momento.

 

— Tío, lárgate al parque de enfrente. —Me dice Aaron— Es necesario que habléis.



#3965 en Novela romántica
#444 en Thriller
#152 en Suspenso

En el texto hay: romance, drama, ley gitana

Editado: 15.06.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.