LIAM COOPER.
Dejo mi chaqueta sobre el césped y nos sentamos en el. Nunca antes habíamos quedado juntos en otro lugar, solo detrás de mi casa donde nadie podía vernos.
— Todavía me tienes que explicar como lo has hecho.
— Ya te lo he dicho, mi abuelo confía en Aaron y me permite ir con él donde quiera.
— No creo que sea solamente por eso y te conozco, me estás ocultando algo importante. —Pone los ojos en blanco— Tienes que contármelo.
Coge algo de arena y me la lanza.
— ¿Qué haces? —Me sacudo tratando de mantener la seriedad pero con ella es imposible.
— Estas demasiado preguntón, demasiado frío y demasiado idiota ¡Estoy aquí! ¿No es genial? Olvida lo demás. —Responde de pie. Alarga la mano y yo se la agarro.
— Me voy diez minutos —Anuncia Aaron.
Amara le sonríe y se va.
— ¿De dónde ha salido? —Sus ojos vuelven a quedar blancos. Odia mis preguntas, pero quiero saber.
— Ya sabes de donde ha salido —Dice con mis manos sujetas— es un chico popular en la universidad.
— Sé que lo es ¿Pero qué quiere de ti?
— ¡No sacarme de quicio cómo tú! —Exclama bromeando— Liam Cooper, deja de comerte la cabeza.
— No puedo.
Da un paso hacía delante, enreda mi camiseta entre sus dedos y me mira de la manera más inocente, bonita y expresiva de todas.
— ¿Puedo hacer una última pregunta? —Asiente con la cabeza en silencio.
— Si, pero que sea la última o te juro que te coseré la boca para no oírte. —Sonrío— ¡Hasta qué al fin sonríes!
— Ahora en serio —Sus ojos me miran atento— ¿Por qué haces todo esto?
— Porque eres importante para mi. Cuando llegué me sentía miserable, sentía que no era mi lugar e inexistente. Pero tú me viste entre toda la gente.
— Te vi desde que llegaste.
— No me arriesgaría tanto por otra persona.
Lánzate Liam, vamos.
— Hoy es el peor día de mi vida ¿Sabes? He perdido a mi padre, mi madre está depresiva y mi hermana se ha encerrado en su habitación. Siento que nada será igual nunca más. —Su mano desliza por mi barbilla.
— Estoy contigo. En una ventana, en la parte trasera de tu casa, aquí.. da igual donde Liam.
— Te quiero en mi vida Amara —Digo cerca de sus labios— tú también apareciste en un momento de mi vida en el que quería ser invisible.
Veo como su garganta traga saliva. Sus labios se abren nerviosos tratando de encontrar aire para no hiperventilar.
— Liam —Hasta le cuesta pronunciar mi nombre. Levanto las cejas y espero.
— ¿Sí?
Baja la mirada. Algo la atormenta y la está frenando.
Si siente lo mismo que yo.. el miedo la está paralizando.
— ¿Amara qué pasa?
Silencio.
— Amara. —La voz de Aaron hace que ella retroceda y lo mire.
— ¿Pasa algo? —Pregunta.
— Uno de tus primos me ha visto, he tenido que inventar que estaba comprando algo de beber para los dos y que me estabas esperando porque no has querido venir conmigo. —Explica preocupado— Pero creo que no es buena idea que Liam siga aquí. Es arriesgado.
Amara parece darle la razón con la cabeza
¿De verdad? ¿Cómo nos van a ver aquí? ¿No ves qué es imposible?
— Liam, te prometo que te diré una hora para que nos veamos, pero..
— Pero ahora sobro bastante. —Digo haciendo notar mi molestia por tener que dejarlos juntos. — No te preocupes, lo entiendo.
Le toco la barbilla y me dispongo a irme.
— Si piensas eso significa que no entiendes la gravedad de la situación. —Sus palabras me detienen en seco. — No eres consciente de lo que pasaría si descubren que Aaron es solo una tapadera para ver a otro chico.
— Pues no, no soy consciente porque no quiero pararme a pensarlo.
— A ti te echarían de aquí y a nosotros nos castigarían cruelmente. —Cuenta Aaron entrometiéndose en la conversación.— Para mi no sería tan grave, puedo decir que hasta me excusarían, pero para Amara sería mucho peor.
— No estamos en la Edad Media.
— Mi abuelo si y te aseguro que la paliza que me daría sería tan brutal como injusta. —Inclino la cabeza y cojo un poco de aire.
— Pero aceptan que tú estés con un chico a solas todo el tiempo que quieras. —Digo lanzando lo que llevo rato pensando. — Es algo que no logro entender. Tu ley lo prohíbe ¿No es así?
— Ya te he explicado.
— No me has explicado nada pero no importa.
Amara agarra mi mano en medio de la calle donde cualquier persona podría verla.
— Es complicado.
— Contigo todo lo es. —Aparto la mano— Y no deberías arriesgarte como lo estás haciendo solo por tu mejor amigo.
Deja caer sus brazos desesperada.
— Amara, no sigas. —Aconseja Aaron. — Puedes explicárselo en otro momento, cuando el encuentro esté totalmente preparado.
— Hazle caso.
AMARA CORTÉS.
Liam cruza la carretera.
— Yo.. —No encuentro las palabras para descubrir como me siento.
Aaron me agarra la mano y me sienta en uno de los bancos a su izquierda.
— Lo tiene que entender.
— Aaron, oficialmente para los ojos de mi familia, la tuya y posiblemente dentro de nada para todo el mundo, soy tu novia ¿Cómo explicaré algo así?
— Oficialmente si, pero tú no me ves así y no me has aceptado. —Su voz es tierna pese a todo. — No te preocupes, soy solo una tapadera.