LIAM COOPER.
Ella insiste en terminar la conversación pero le pido al conductor que arranque. Sofía me coge de la mano y contengo mis sentimientos para ser fuerte ante esta situación.
Cuando nos alejamos, de manera inconsciente, salen lágrimas de mis ojos.
Que te rompan el corazón es doloroso, algo que no le deseo ni a mi peor enemigo pero que lamentablemente todos sentimos alguna vez. Pero el peor sentimiento de todos, es cuando te lo rompes tú mismo, porque nadie es más cruel, que nuestra propia consciencia.
— ¿Estás seguro? No creo que puedas estar sin hablar con ella. —Susurra mi hermana— Vuestra habitación está una delante de la otra y os veis a diario.
— Entonces cambiaré de habitación.
— ¿Qué?
— Me has oído —Contengo la voz— dormiré por un tiempo en la habitación de invitados.
— Liam —Noto la intención de intentar hacerme cambiar de opinión pero no se lo permito. Giro la cabeza y me mantengo atento a la carretera.
AMARA CORTÉS.
Aaron conduce pero no puede quedarse sin decir nada y para él, decirlo no es suficiente. Tiene que aparcar el coche y decírmelo mirándome a los ojos, justo cuando peor me siento.
— ¿Qué ha pasado?
— Nada, simplemente lo que debió pasar hace mucho. Hemos alargado demasiado la estupidez y ahora duele. —Explico.
— Entiendo.
¿Cómo? Si no he explicado nada. He dicho solo estupideces con la intención de que deje de preguntar y de hablar. Cosa que Aaron no puede hacer.
— Finalmente Liam ha decidido alejarse de ti.
— Liam ha decidido bien.
— ¿Y por qué parece qué no? —Pregunta sabiéndose de memoria la respuesta. Su actitud a veces me saca de mis casillas.
— Pues porque no me ha dejado ni hablar.
— ¿Quieres saber lo qué pienso?
— No, pero me lo vas a decir igual. Te voy conociendo.
Me desabrocha el cinturón. Agarra mi brazo y yo me acomodo para quedar frente a frente.
— Pienso que no necesitas a Liam, tampoco Liam te necesita a ti —Sonrío sarcásticamente.
— ¿Lo estás arreglando?
— No. Solo intento decir que nadie se morirá por nadie y tú no lo harás. Simplemente sentirás que algo dentro de ti está ardiendo y que nada ni nadie puede apagar el fuego.
— No empieces con tus frases poéticas por favor.
— Bien, entonces no te lo diré sutilmente. Liam se enamorará de alguien más, tú también ¡Por qué el primer amor no tiene obligación de durar eternamente! Lo vas a ver con ella, vas a desear ser ella pero después, te darás cuenta de que si no era para ti, mejor darte cuenta ahora, que dentro de unos años después de cometer la mayor equivocación de tu vida. —Trago saliva.
— ¿Piensas qué me habría ido con él?
— No hay que ser adivino para saber que es lo que pasa en estos casos. Os enamoráis, vivís momentos increíbles a escondidas, termináis haciendo algo que no podrás remediar y después os escapáis por miedo a la familia.
Lo empujo.
— Idiota, yo no soy así.
— El amor nos vuelve demasiado imbéciles como para pensar en lo que está bien. —Advierte con el dedo luciendo una breve sonrisa— ¿Quieres llorar? Esta bien.
Saca de la guantera un paquete de pañuelos.
— Por favor llora ya y no cuando estés en tu casa. Podrían culparme.
Sonrío.
— Eso es lo único que te importa.
— Efectivamente, no me importa que llores por otra persona, —Señala el cinturón— porque yo no te haré llorar.
LIAM COOPER.
Regresamos a casa. Sofía y yo preparamos la comida y un relajante para los ataques de pánico de mamá. Ella aún está en estado de shock y en sus momentos de lucidez se pone como loca.
Después de prepararlo todo, Sofía se sienta a hacer los deberes.
— La invitación para el baile. —Digo cogiéndola— ¿Quién te ha invitado?
— Marcos. —Responde— Ya sabes, el rubio.
— Lo conozco, esta en el equipo.
Agacha la cabeza para centrarse en lo que está haciendo.
— No quiero que esto afecte a tu vida social —Arrastro una silla para sentarme a su lado— papá no querría esto. Solo quería vernos felices.
— Ya sé pero.. es todo tan reciente.
— El baile ha sido atrasado, será en un mes, podrás y debes ir.
Me da un codazo para animarme.
— ¿Y tú? ¿Con quién irás?
— No iré.
— No puedes sentarte y soltarme un rollo para después decirme que tú no irás. —Sacude mi traje— Tienes que ir Liam Cooper.
— No tengo con quien ir. —levanta la ceja— No pienso ir con Lydia.
— ¿Por qué no?
— Pues porque no es mi tipo y no me gusta su actitud.
— Entonces pídeselo a cualquiera, te aseguro que varias están coladas por ti y mucho más después de que te convirtieras en el capitán del equipo. —Sonrío pero en realidad no me hace ninguna gracia. No quiero tener chicas detrás solamente por mi título y mi popularidad.
Supongo que es por eso.. y no porque la única con la que habría ido, me ha decepcionado.
AMARA CORTÉS.
Llegamos a mi casa. Todo esta en silencio. A pesar de que mi familia jamás le dirige la palabra a los Cooper, respetan totalmente el duelo que están viviendo.
— Amara. —Me llama Aaron.
— ¿Qué pasa ahora?
— Has olvidado la chaqueta. —Contesta echándomela encima de los hombros.
— Gracias.