La ley de Amara

Capítulo 18

LIAM COOPER.

 

Paso el resto del día en la habitación de invitados acomodando mi ropa y la mayoría de las cosas de mi habitación. No mentí cuando dije que cambiaría de habitación.

 

— Aquí están los libros que me habías pedido. —Anuncia Sofía— y también te he traído tu vieja guitarra.

 

— Hace años que no la toco.

 

— Pienso que tal vez podrías distraerte con ella un rato. —Muevo la cabeza con ella entre mis manos— Solías decir que era lo único que te importaba, que la música era lo que más necesitabas en tu día a día.

 

— La música siempre será una vía de escape para todos mis problemas.

 

Sofía entiende que lo que más necesito en este momento es estar solo y se marcha a pesar de ser la hermana más insistente del mundo.

 

Cojo la guitarra.

 

Deslizo los dedos por las cuerdas y suspiro.

 

— Todo era mejor cuando lo único que me importaba era esto. —Susurro.

 

AMARA CORTÉS.

 

Me doy una ducha y me pongo el pijama. Mi intención es no salir más hasta mañana.

 

— Amara, el abuelo quiere hablar contigo. —Me comunica Aitana— Dice que es importante.

 

Bajo las escaleras hasta llegar a la sala donde él espera tomándose un café. Siempre me ha molestado su actitud pero ahora muchísimo más.

 

— ¿Pasa algo?

 

— ¿Qué tal te sientes con Aaron? —Pregunta verdaderamente interesado en ello. Encojo los hombros y muestro una amplia sonrisa.

 

— Bien, es un chico fantástico. —Respondo de una manera concisa para no alargar más la conversación.

 

— Es nieto de uno de mis mejores amigos.

 

— Oh, pensaba que había sido casualidad lo de la cena y demás. —Digo usando la ironía. — ¿Puedo volver a mi habitación? Estoy muy cansada.

 

— Espera, tengo un regalo para ti. —Alzo la ceja— Todas tus primas tienen uno y tú no puedes ser menos.

 

Su actitud es sospechosamente agradable. Como si hubieran cambiado completamente a mi abuelo por otra persona más comprensiva y menos cruel.

Saca un teléfono móvil.

 

— ¿Para mi? —Pregunto.

 

— Si, me he dado cuenta de que tratarte como una prisionera no estaba siendo la mejor manera de educarte y tú, me has demostrado que me he equivocado pensando cosas malas de ti que finalmente me has demostrado que jamás harías. Por esa razón, esto es para ti. —Explica— No te seguiré privando de ninguna vida social.

 

Miro a mi tío José que me sonríe desde la puerta. Me gustaría saber que ha sucedido porque su cambio repentino de actitud no tiene pies ni cabeza.

 

— Gracias abuelo. —Sonrío— Esto es muy importante para mi. Digo —Toso— no el móvil en sí, también tu confianza en mi.

 

Se levanta impulsándose con el bastón y se va en silencio.

 

— Tío —José levanta la cabeza— ¿Qué ha pasado?

 

— Se sintió mal por haberse equivocado tanto contigo. También eres hija del hijo que más quería, tarde o temprano iba a consentirte.

 

— No tiene lógica.

 

— No intentes buscarle lógica a tu abuelo.

 

Vuelvo a mi habitación para configurar el móvil. También trae una tarjeta, pensaba que no.

 

— Veo que cumplió su promesa. —Habla mamá— Me prometió que lo haría.

 

— ¿Te prometió? ¿A ti? No es por ofender mamá, pero te odia.

 

— Si pero aún podemos mantener una conversación.

 

— ¿Lo has conseguido tú? —Pregunto emocionada.

 

— Si.

 

La abrazo.

 

— Muchísimas gracias mamá. —Le doy un beso— Esto es más de lo que esperaba.

 

— Me gusta verte sonreír.

 

Me dirijo a la ventana con la esperanza de encontrar a Liam pero no es así.

 

— ¿D..dónde está su escritorio? —Abro la ventana— ¿Sabes algo?

 

— No sé nada hija —Asegura— he ido con tu abuelo a comprar el teléfono.

 

— Pero.. ¿Se ha ido? ¿Dónde?

 

— Tal ves está arreglando su habitación —Me aparta el pelo dejándolo suavemente sobre mi espalda.

 

— Él me dijo que teníamos que dejar de ser amigos.

 

— ¿De verdad?

 

— Si, casi lo había olvidado gracias a —Callo unos segundos, la mirada atenta de mi madre me llama la atención.— Aaron. Me siento mal por olvidarlo.

 

— A veces pasa que cuando te sientes bien con alguien olvidas los problemas que te rodean.

 

— No quiero quedarme sin mi mejor amigo mamá.

 

— Pero tus sentimientos por él influyen muchísimo en vuestra amistad —Me siento en la silla del escritorio— y pienso que los suyos por ti también.

 

— No tiene ningún sentimiento por mí.

 

Pasa la mano por mi cabeza acariciándome como solía hacer cuando era pequeña.

 

— Deja que el destino decida, nada es más fuerte que dos personas destinadas a estar juntas, ni siquiera lo que piense tu abuelo.

 

— ¿Ahora por qué razón me dices todo esto? Estabas en contra, me dijiste que tenía que aceptar mi vida.

 

— Tienes que aceptarla pero nadie puede adivinar que te pasará mañana ni cómo será tu día. Solo vive pequeña.

 

No entiendo nada.

 

LIAM COOPER.

 

7:30 am.

 

Desayuno junto a mi madre mientras que mi hermana intenta que ella coma algo. Viviremos esta situación diariamente y tenemos que turnarnos hasta que mamá pueda superar la muerte de papá.

 

— Ahora tenemos que enfrentarlos a los pésames de los imbéciles del instituto. —Confirmo con la cabeza. — Ya es suficiente con vivir con el dolor cada día.. que nos lo recuerden no es lo mejor que pueden hacer.



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En el texto hay: romance, drama, ley gitana

Editado: 15.06.2023

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