La ley de Amara

Capítulo 24

AMARA CORTÉS.

 

Para esto me entregó su chaqueta. Sabía que estaba triste y dejó la nota en mi bolsillo para hacerme sonreír ¿Cómo sabe mi debilidad por los pequeños detalles? Me sorprende demasiado que sepa tantas cosas sobre mi. Entonces debe ser cierto, cuando yo miraba a Liam, él me estaba mirando a mi, siempre.

 

— Tengo una letra espantosa. —Dice— Se lo que estás pensando: ¿Cómo puede tener una letra tan horrible y ser tan inteligente? —Bromea.

 

— Aaron. —Digo aliviada por verle con los ojos abiertos. — No me habías dicho que te desmayabas con la sangre.

 

— Vaya, has descubierto el secreto que oculto.

 

Le doy un pequeño empujón.

 

Pasa la mano por mi rostro y me pone detrás de la oreja un mechón de pelo. Le encanta hacerlo y lo hace con tanta delicadeza para no incomodarme que me parece tan dulce.

 

— ¿Estas bien? —Pregunta.

 

— He discutido con Liam fuera y ahora no sé cómo me siento. —Respondo. Ha conseguido gran parte de mi confianza con el pequeño gesto de preguntarme cómo estoy, solo Liam lo hacía.

 

— Liam, Liam, Liam ¿No te ve?

 

— Parece que ya no ve nada más que su propio dolor y es injusto.

 

— Debería verte, no hace falta ser muy inteligente para saber que tienes dolor dentro de ti y no cuentas a nadie. Liam es dueño de gran parte de tu dolor pero.. siento que la otra parte sufre por otra cosa.

 

Joder Aaron, justo en el clavo.

 

— A veces me sorprende que sepas tantas cosas de mi.

 

— Soy una persona atenta. —Impulsa su cuerpo para sentarse cómodamente en la camilla.

 

— Eres popular ¿Por qué fijarte en una chica cómo yo?

 

— No sabía que por ser popular tienes que ser obligado a fijarte en las chicas populares de mi entorno. Yo no soy tan básico.

 

— Todos somos un poco básicos y tú habrás estado con alguna popular.

 

Ríe, lo confirma con la cabeza y fija sus ojos en los míos.

 

— No me fijo en la popularidad de alguien para enamorarme de ella.

 

— ¿Te sientes bien? —Siento que cambiar de tema es lo mejor.

 

— El golpe no me duele, la cabeza en sí un poco.

 

— Se lo diré a la persona que estaba aquí.

 

Me agarra.

 

— No me voy a morir Amara, no exageres solo para huir de mi. —Me hace reír con su comentario.

 

— No huyo de ti.

 

— El golpe tampoco me ha dejado idiota. —Bajo la mirada.

 

¡Estoy avergonzada! Ridículo.

 

— Dejo de hablar, está bien.

 

— ¿Siempre eres así? —Pregunto curiosa— Digo, así de directo, romántico y poeta.

 

— No, lo poeta lo dramatizo un poco.

 

— ¡Aaron! Es enserio.

 

— Y lo mío también ¿Qué te crees? Yo no voy por la calle hablándole bonito a la gente. —Me pongo en pie pero es demasiado tarde, ya me ha arrancado una enorme sonrisa.

 

— Pues a mi te me pones poeta siempre, da igual el lugar y el momento.

 

— Porque tú me gustas.

 

¿En serio es real?

 

— No es lo que dice tu nota. —Se la muestro.

 

— Touché. —La coge y la mete en su bolsillo— ¿Qué nota?

 

— Payaso.

 

Me quedo mirándolo. Siempre me pasa con él, me quedo como embobada mirándolo cuando se comporta de una manera tan bonita.

 

Él entrenador nos interrumpe. Aaron tiene que hablar con él sobre lo que ha pasado en el campo y yo me marcho. Después podrá salir y regresar a su casa para descansar, ha sido un fuerte golpe y no creo que le recomienden hacer cosas bruscas.

 

Aitana me espera fuera.

 

— ¿Cómo está?

 

— Bien, afortunadamente no ha sido nada grave.

 

Me doy cuenta de que aún tengo su chaqueta.

 

— Mierda, tengo que devolvérsela.

 

— Te la dejó a ti, no creo que le importe demasiado que te la lleves y mañana se la devuelvas. —Asegura Aitana. Además, me siento cómoda con ella.

 

— ¿Esperamos a qué salga?

 

— Le voy a enviar un mensaje.

 

MENSAJE.

 

¿Te espero?

 

No puedo creer que yo esté haciendo esto.

 

RESPUESTA.

 

No te preocupes, yo iré a buscarte cuando salga de aquí. No tienes que esperarme.

 

Dejo el móvil en mi bolsillo pero vuelve a sonar.

 

Quédate la chaqueta, es tuya.

 

— ¿Y bien? —Pregunta pasándome la mano para que le haga un poco de caso.

 

— Me ha dicho que no hace falta que lo espere, que más tarde se pasará por casa. —Respondo— Y que me quede la chaqueta, que es.. mía.

 

— Tuya.

 

— Si Aitana, mía.

 

Pasamos cerca del grupito de Lydia. Liam está muy cerca de ella, su brazo la rodea y cuando pensaba que no podía romperme más el corazón, lo hace de nuevo.

 

— Amara. —Susurra mi prima preocupada por mi. Me he quedado plasmada.

 

— T..todo esta bien. Vamos.

 

Nada está bien. Pero no voy a permitir que Liam note que su relación con Lydia me afecta lo suficiente para cambiar mi estado de ánimo.

 

AARON MARTÍNEZ.

 

No me dejan salir hasta pasado una hora. Pablo, uno de mis mejores amigos me espera mientras recojo mis cosas.

 

— Entonces Amara ha estado contigo un rato. Yo la vi preocupada por ti. —Dice él— Corrió hacía ti cuando te caíste.

 

— Amara es una buena persona, se acercaría y ayudaría a cualquiera.

 

— A ti un poco más.

 

Meto la ropa sucia en el macuto que uso para los entrenamientos y partidos.



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En el texto hay: romance, drama, ley gitana

Editado: 15.06.2023

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