La ley de Amara

Capítulo 28

AMARA CORTÉS.

 

Me quedo estudiando toda la noche. He dormido solo tres horas y parezco un zombie.

 

Recojo todo, me doy un baño y bajo a desayunar. No he recibido ningún mensaje de Aaron desde anoche, me preocupa que su situación con sus padres haya empeorado.

 

— Buenos días Amara, no tienes buena cara. —Gracias abuelo, no lo sabía.

 

Sonrío hipócritamente.

 

— Es que he estado estudiando toda la noche y he dormido solo tres horas. —Le doy un mordisco a la tostada.

 

— Amara, hija ¿Puedes venir? —Pregunta mi madre desde la cocina.

 

Bajo la mirada fulminante de mi abuelo, camino hasta la cocina y cierro la puerta.

 

— ¿Qué pasa ahora mamá?

 

— Tu abuelo está preocupado. —Explica mirando a través de los cristales de la puerta— Ha aceptado tu relación con Aaron —Me río.

 

— Lo ha hecho porque es hijo de su ahijado, no porque tuviera en cuenta los sentimientos de nadie o bueno, los que cree que yo tengo por Aaron.

 

— Piensa que estáis haciendo... —Alzo la ceja— cosas. Que os vais lejos para que nadie os vea.

 

— Espera —Señalo fuera— ¿Cree qué me estoy acostando con Aaron?

 

Enfurezco. Ya sé que no tengo porqué, qué todo con Aaron es una falsa pero me enfada que él quiera mandar sobre esto también, cuando fue quien prácticamente me obligó a cenar con él para hacer oficial la relación.

 

Salgo de la cocina.

 

— No me estoy acostando con Aaron. —Digo dando un golpe en la mesa— Si es tu preocupación puedes estar muy tranquilo.

 

— Veo que tu madre sigue escuchando conversaciones ajenas que no son de su incumbencia. —La mira. Lo conozco, la está amenazando.

 

— No te atrevas a amenazarla. Me podrías preguntado directamente a mi en vez de ir comentándolo, sabes que todas aquí desearían que yo hiciera todas las cosas que inventas.

 

— No es así, me he preocupado, eso es todo. Si mantenéis relaciones él pasaría a ser tu esposo directamente.

 

— ¿Qué? Es alucinante. Los jóvenes mantienen relaciones sexuales y no por ello se casan ¡Actualízate!

 

Mamá me agarra de la muñeca y me saca de casa, como siempre acabo en el porche a estas horas.

 

— No lo enfades o te prohibirá que sigas viéndote con Aaron.

 

No, yo no quiero eso.

 

— No he podido evitarlo. —Pasa la mano por mi mejilla.

 

— Voy a por tus cosas, tu tío está apunto de salir para llevaros a clase.

 

Odio mantenerme callada pero sé que es lo mejor. No quiero perder la libertad que he tenido en estos días y tampoco quiero que Aaron sea una prohibición más.

Liam sale de su casa y se sienta en los escalones. Cojo aire, mantengo la mirada en el frente y cruzo los brazos para calmar el frío.

 

Lydia no tarda en aparecer, se besan y ambos suben al coche.

 

— Las personas cambian. —Digo en voz alta— Tal vez siempre fue así pero nunca quise verlo.

 

Saco el móvil de mi bolsillo. Es curioso, me he acostumbrado en poco tiempo a tener un mensaje, uno de los típicos y graciosos mensajes de Aaron.

 

Escribo.

 

Hey, buenos días.. ¿Todo bien? Espero que hayas estudiado un poco. Nos vemos hoy.

 

LIAM COOPER.

 

Lydia y yo paramos en un parque. Todos están allí.

 

— ¡Hola! —Nos saluda Mario. — Acercaos, estamos hablando sobre los últimos preparativos.

 

— ¿Sobre qué? —Pregunto, pasa el brazo por mis hombros y ríe.

 

— Ya sabes, sobre el baile. Estamos planeando traer alcohol, no queremos un baile de instinto aburrido.

 

— Genial.

 

— Mi chico está dispuesto a ayudarnos. —Deja un beso en mi cuello— Ya no quiere ser el Liam popular pero aburrido.

 

— Te está gustando esto —Sonríe señalándome— Estas incluido en todas nuestras fiestas.

 

— Me enfadaré si no soy invitado. —Bromeo.

 

Siguen hablando sobre el alcohol, también sobre los horarios de cada profesor que debe vigilarnos. Creo que uno de los suplentes es el tío de Mario, así que, no habrá ningún problema.

 

Pese a las distracciones, no consigo sacar a Amara de mi mente, aparece de repente y me hace sentir mal. Todo ha cambiado entre nosotros. Ahora yo soy el chico popular que nunca quise ser y ella es la novia de aquel en el que nunca se fijó. Supe que algo cambiaría ¿Pero tanto?

 

Es cierto que yo me he encargado de echarla de mi vida siempre que ha intentado volver a ella. Sigo mantenido mi decisión: no más amores imposibles, no más Amara.

 

AMARA CORTÉS.

 

No veo a Aaron en toda la mañana. Al único que veo es a Liam divirtiéndose con sus nuevos amigos y manoseándose con su novia. Parecen chicle, no se despegan para nada.

 

— Deja de mirarlos. —Me dice Aitana— Lo notará.

 

— ¿Qué notará? ¿Mi decepción? Entonces puede empezar a notarla. —Doy un fuerte golpe  con la taquilla al cerrarla. — Me parece perfecto que quiera que su vida vaya por ese camino.

 

— Pero te sigue doliendo.

 

— Siempre me dolerá. —Confieso sin retirar la mirada— Pero nadie se muere por amor.

 

Pongo el bolso encima de mi hombro y camino junto a Aitana. Al fin puedo pasar por su lado sin sentir que mi corazón arde.

 

— Espera. —Me detengo.

 

— ¿Qué?

 

Doy media vuelta.

 

— ¡Amara espera! —Alza la voz.

 

Liam me observa.

 

— Pablo. —Llamo a uno de los mejores amigos de Aaron.

 

— Dime.

 

— ¿Sabes algo de Aaron? —Pregunto bajo la mirada de Liam.



#11381 en Novela romántica
#2212 en Thriller
#834 en Suspenso

En el texto hay: romance, drama, ley gitana

Editado: 15.06.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.