AARON MARTÍNEZ.
Esmeralda nos mira desde la lejanía. Es cierto que lo que sentí por ella fue bonito. Éramos niños jugando a ser mayores que se quisieron y no funcionó. Aún así Amara no debería tenerle celos porque lo que siento por ella es algo diferente. Entró en mi corazón desde el primer momento que la vi.
— ¿Dónde quieres ir? —Le pregunto sonriente.
— ¿No vas a preguntarme por mis celos?
— No. Tus celos no son obsesivos, ni tóxicos. Tus celos son normales. —Gira su cuerpo en el asiento para girarse y quedar frente a mí.
— Son celos, no existen celos buenos.
— Existen. Los celos son el reflejo de nuestros miedos e inseguridades. —Paso la mano apartándole el pelo para verla mejor. — No me has gritado, no le has respondido mal a Esmeralda, y tampoco has pedido explicaciones.
— Pero me he sentido muy celosa.
— Yo también siento celos cuando Liam está cerca de ti —La expresión de su cara pasa a ser muy dulce. Adoro cuando pone cara de inocencia.
— Yo...
— No te disculpes.
— Tengo mucho que aprender, supongo. —Ríe avergonzada. — No tengo idea de como manejar mis nuevos sentimientos.
— No me digas que no has sentido celos nunca. —Bromeo alzando la ceja derecha. Es curioso. Ella quería a Liam y él ha estado con otra chica, debió sentir celos.
— Si —Confiesa mirándome fijamente— pero no así. Con Liam me resigné, acepté que tiene derecho a estar con alguien más sin rendirme cuentas.
— Madurez.
— Pero contigo es diferente. —Suspira—. Siento terror.
Dejo un cálido beso sobre sus labios.
— He conseguido entrar en tu corazón a pesar de que le pertenecía a alguien más. Si sientes terror porque piensas que Esmeralda sigue significando más de lo que significó en el pasado, te prometo que no es así.
— Tengo que trabajar mi estupidez.
Rio.
— Tienes que dejar fluir tus sentimientos.
Me da un abrazo. Las inseguridades son normales. El temor es normal. Quiero demostrarle que no hay nada más importante para mí ahora que ella.
— Te llevaré a beber un batido.
— ¿Un batido?
— Oh, no es un batido cualquiera. —Le doy un beso—. Ya lo verás.
Conduzco. Amara no deja de preguntar en todo el camino por el tipo de batido que vamos a beber. Me encanta ser el primero en todo para ella. Saber que no ha vivido, que la han teñido cohibida hace que me sienta impotente. Al llegar es la primera que baja del coche, impaciente.
— ¿No has tomado nunca un batido?
— No seas idiota, si, pero los típicos batidos de los supermercados.
— ¿Sabes qué es lo qué más me gusta de ti?
— Sorpréndeme.
— Que te emocionan las pequeñas cosas. Es estar con una niña pequeña todo el tiempo. —Sonríe.
— Cada cosa que hago contigo, es una primera vez.
Le rodeo los hombros con mi brazo y entramos a tomar el batido que le he prometido. Nos sentamos a mirar la carta, esta sorprendida por la cantidad de sabores, accesorios e ingredientes que se le pueden añadir a su gusto. No sabe que pedir. Definitivamente es como una niña pequeña tomando un batido fuera de casa por primera vez.
Se decide por un batido vips de fresa con trozos de fruta. Yo me pido uno de chocolate con nata.
— Parece delicioso. —Comenta cuando lo sirven. —. Y yo parezco idiota.
— No. —Le cojo la mano— Deja de insultarte. A mí me pareces tierna.
Tomamos los batidos. Le fascinan, y a mí me encanta verla feliz. Seguimos hablando por un rato de lo que nos gustaría hacer después de la universidad con más detalle. Su móvil suena interrumpiéndonos, baja la cabeza para leer el mensaje y seguido me mira.
— Liam.
— Oh ¿Qué quiere?
— Hablar conmigo sobre algo importante.
— ¿Quieres qué te lleve? —Coge mi mano. — No tengo problema porque hables con él. Si dice que es importante es porque posiblemente sea cierto.
— Gracias. Le diré que me espere en el parque, no quiero que nos vean.
Se termina lo que le queda del batido e introduce el dedo en la nata de mi batido. Pagamos la cuenta después de que Liam responda el mensaje y nos diga que esperará allí en diez minutos. Nosotros tardamos veinte en llegar.
— ¿Te molesta?
— No. —Rio con la ceja alzada. — Deja de pensar que todo lo que haces me molesta.
— Eres mi novio.
— Tú novio, no tu dueño.
— No sé cómo actuar con novio.
Rio.
— Amara —La miro— deja de intentar tenerlo todo bajo control. Somos pareja, pero eso no significa que tengamos la obligación de pelear cuando una persona del pasado entre en nuestra vida.
— Confío en ti.
— Yo también confío en ti.
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Liam espera sentado en un banco. Por su actitud deduzco que lo que va a decirle a Amara es algo muy importante. No deja de mover los pies, y frota sus manos cada dos segundos.
— Hey. —La detengo agarrándola de la mano— Creo que tenéis que hablar a solas.
— Aaron.
— De verdad. Quiero que habléis a solas. Liam no hablará sobre lo que le pasa con alguien en quien no confía.
— ¿Y tú dónde irás?
— Pablo siempre entrena cerca de aquí. —Me coge las manos— Llámame cuando termines y nos reuniremos.
— Eres maravilloso. —Me rodea el cuello con sus brazos y me besa dulcemente—. Te quiero.