La Ley de Benjamín

Persona misteriosa

¿Qué había pasado luego?

Me sentía aún mareada, no podía enfocar las cosas. Estaba desorientada, mirando a todos lados sin saber donde me encontraba. Era una habitación limpia y ordenada, de aspecto fantasmal. Entorné mis ojos hacia un lado y creí haber visto una silueta.

No podía verle bien el rostro y mi cabeza ardía de dolor.

—Descansa— Me dijo aquella voz, y no porque le obedeciera lo hice, sino porque en verdad no tenía fuerzas para otra cosa. Volví a dormir, y como si hubiese sido un sueño, me desperté de repente.

Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz y dejé de ver todo borroso, pude ver a todos mis amigos que estaban alrededor de mi camilla, junto con mis padres. Y si, estaba en el hospital ¿Quién me habría llevado?

Me sorprendí un momento al no recordar nada de lo que había pasado, pero como un destello, pasó por mi mente el lamentable incidente con la llama loca que me dejó inconsciente. Acordarme me dolió y me quejé.

—Por lo menos sabemos que está viva— Susurró Ann lo suficientemente alto como para que todos lo escucharan.

—¡Ann!— Dijeron mis amigos al mismo tiempo.

—Harper, amor, ¿Cómo te sientes?— Me preguntó mi padre acercándose.

—Bien— Logré decir incorporándome. —A decir verdad, terrible—

—Oh amiga, fue épico, debiste ver cómo te golpeó esa llama— Dijo Ann emocionada.

—Ann, creo que no es el momento para... Mhm, contarle con detalle cómo terminó en el hospital— Se puso histérica Mariel.

—Bueno, no sería con detalle, ya que aún no sabemos quien la trajo— Recordó Asly y todos asintieron.

—Esperen, ¿Ninguno de ustedes me trajo?— Pregunté confundida.

—No, solo apareciste aquí, te buscamos por todas partes y preguntamos a mucha gente. Una familia nos dijo que alguien te llevaba cargada hacia el hospital, pero no dieron más explicaciones— Me contó mi madre sentándose en la esquina de la cama y acariciando mi cabeza, la cual daba vueltas tratando de recordar. Miré a la silla que yacía a un lado, pero estaba vacía, no había rastros de que alguien más, aparte de ellos, hubiera estado allí.

—Mhm, yo no recuerdo nada— Dije omitiendo mi extraño sueño.

—Bueno, según el doctor debes quedarte y descansar unas cuantas horas más. Lía, Josh y yo nos quedaremos contigo, bueno y tus padres— Me dijo Rouse.

—Si, las pequeñas debemos volver a casa— Dijo Kaireht que estaba al fondo tomando el brazo de Kendall.

—Kay, no eres pequeña, aunque bueno, soy mayor que tu, pero aún así no calificas como pequeña— Reconoció Kendall lanzando una mirada un poco acusadora a su hermanastra.

—Shhhh— Calló Kay.

—Hey, no es que se nos obligue, es solo que no tenemos otra opción— Puntuó Ann levantando un dedo.

—Eso es como decir "Y no sólo eso, sino eso mismo"— Bromeó Lía y todos reímos.

—Entonces nos vemos luego, que te mejores Harp— Se despidió Asly y los demás hicieron lo mismo.

—¿Quieres algo de comer?— Me preguntó mi padre minutos después.

—Estoy muerta de hambre— Dije un poco demasiado dramática.

—Iremos a comprar a la cafetería, ¿Alguno quiere algo?— Mi madre se dirigió a mis amigos.

—No, gracias Isabel, estamos bien— Aseguró Josh.

Cuando mis padres salieron, Rouse se apresuró a hablar.

—HARP hay rumores de que te trajo un chico— Dijo

—¿Rumores? Dios, ¿Acaso habrá algo de lo que no te enteres Ross?— Dije con tono de burla pero pensando en lo que había dicho.

—Bueno, que te puedo decir, algo es que me digan las cosas y otra cosa es que sin querer queriendo las escuche por ahí— Se encogió de hombros.

—¿Y si fuera verdad? ¿Quién crees que haya sido? ¿Alguien del Instituto? ¿O un extraño cualquiera? ¿Será guapo?— Comenzó a hacer preguntas Josh.

—Oye, no sabía que eras tan chismoso muchacho— Se sorprendió Lía y volvimos a reír.

—Realmente no recuerdo nada, pero aquí entre nosotros... Recuerdo que alguien estaba sentado ahí— Señalé la silla.

—¿No le viste la cara?— Preguntó Rouse.

—No, aún veía todo borroso, cerré los ojos un momento y luego estaban ustedes— Expliqué.

—Mhm sospechoso— Josh puso su cara pensativa.

—Me dan hasta ganas de averiguar quién te rescató de la estampida de llamas— Se lamentó Lía.

—Eso sería un buen título para una película "¿Quién me rescató de la estampida de llamas?"— Se burló Josh.

—Bueno sigamos hablando e ignoremos su comentario— Dictó Lía, algo que me hizo gracia.

—Eres malvada, muy malvada— Acusó mi amigo.

—Gracias, lo sé— Se regodeó.

—No creo que estaría bien tratar de encontrarlo... Digo, si quisiera que yo supiera su identidad, simplemente se hubiera quedado hasta que despertara, o tal vez habría dejado algún número por ahí— Comenté tratando de parecer tranquila, pero creo que dí la impresión contraria.

—¿Y si...?— Pensó Rouse, y se tiró al piso a buscar algún indicio de aquella persona misteriosa. Parecía una loca, revisando debajo de todo.

—¿Estás bien, Ross?— Preguntó Josh, y sobresaltada, la antes mencionada se levantó, golpeándose la cabeza con el escritorio que había a un lado.

—Auch... ¿Yo? S-si, excelente, todo bien, no hay nada en el piso— Dijo tapándose la cara con parte de su largo cabello.

—Ok ok, miren lo que haremos, Rouse, con tu habilidad de oir rumores, tratarás de encontrar el nombre del chico. Josh, como eres de último año, tienes facilidades y muchos conocidos, pregunta disimuladamente. Yo hablaré con Ann, de seguro averigua hasta la dirección— Planeó de repente Lía mientras mis amigos aprobaban la idea con un gesto.

—Estoy totalmente de acuerdo con lo que dijiste de Ann— Puntuó Josh y reímos.

—Espereeen esperen esperen, no no no, qué están pensando, nisiquiera quiero averiguar quién es— Dije deteniendo su plan.

—Agh, Harper, ¿Me vas a decir que no tienes ni una pequeña pizca de curiosidad de saber quién fue tu héroe?— Preguntó cuidadosamente Rouse.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.