"No discutas. Es completamente innecesario"
La noche de tabernas era uno de los eventos más aclamados de las fiestas del primero de mayo. Las mujeres lucían sus vestidos más espectaculares para la velada y la ganadora de la fogata era invitada de honor en todas las tabernas.
Usualmente Charlie prefería quedarse en casa o beber del pico de la botella que le traía siempre Victoria y brindar con ella. Sin embargo esta noche era diferente, porque iría acompañada y no sabía por qué demonios estaba nerviosa.
Ella se encontraba tocando la puerta de la casa de Victoria, su amiga poseía una hermosa casa muy pintoresca que se encontraba encima de una colina. Esta era de un solo piso, de color hueso, con dos ventanales de madera y una puerta del mismo material; tenía un pequeño jardín en la entrada y desde allí se podía visualizar un lago que se encontraba al norte de la casa.
Charlie tocó dos veces y al rato su amiga le abrió.
―¡Hola!―la saludó
―Hola Charls, pasa
Así los hizo y Victoria cerró la puerta.
―¿Sabes? Con todo el ajetreo de hoy no te pregunté cómo te fue, siéntate. Traeré té
Charlie le sonrió y luego se sentó.
―Empiezo a enseñar a enseñar luego de que acaben las festividades
―Vaya ¿Tan pronto? Eso es una buena noticia
―Sí, estoy muy emocionada
Su amiga colocó la bandeja de té en su mesa de centro y prosiguió a servir.
―Ya lo creo
―Oye Vicky...―comenzó a decir mientras recibía la taza―¿Tienes un vestido bonito que me podrías prestar? Sé que soy más alta que tú, pero como usualmente te gustan las faldas muy largas, quizás...
―Claro que sí ¿Lo necesitas para dar clases?
―No, para hoy
Ella la miró con curiosidad―¿Irás a la noche de tabernas?
―Sí
―¿Con quién?
Charlie no le respondió y apuró su té.
―No me digas que... ¡¿Irás con Tyler?!
―Algo así
Su amiga se puso de pie y la tomó por el brazo.
―Si es así entonces debemos darnos prisa y encontrarte uno, hay mucha tela que soltar para que te quede
Ella se echó a reír y se sentó en la cama de Victoria mientras esta sacaba todo de su ajuar.
―En realidad quiero ir porque me quiero distraer
―Si Charlie Magnus ajá
―¡Bueno! ¡Está bien! Quiero saber de ellos ¿Sabes? Los conozco desde que tengo uso de razón: A Marsias, Uriel, Georgia, mi bebé Iuo que ya debe ser toda una mujer, a la vieja Agatha...
―A Wolfram―terminó Victoria mientras evaluaba dos vestidos
―¿Qué te he dicho de mencionar ese nombre en mi presencia?
―Que no lo haga
―Entonces ¿Por qué lo haces?
―Para fastidiarte obviamente―le dijo mientras le sonreía―escogí estos tres, ven y te ayudo a quitarte eso que tienes puesto
Ella se puso de pie y a continuación se puso de espaldas.
―¿No crees que Tyler encuentre raro que los conozcas?
―Obviamente tendré que sincerarme con él, decirle que trabajé allí y que fui cercana a ellos
―Y por favor no te exaltes, sabes de sobra que eres demasiado pasional
―No lo haré―a continuación suspiró―Hace rato que no me sentía así Vicky
―¿Con respecto a qué?
―Con respecto a Tyler. Él... me trata como a una mujer
―¡Es que eres una mujer!
―Sabes a lo que me refiero, no me puedes negar que los hombres aquí en West Oxfordshire son unos brutos
―Jamás lo negaría, Tyler es un caballero
―¿Escuchaste o que dijo sobre las mujeres?
―Claro, aunque te confieso que es raro que un hombre piense de esa forma. Voltéate
―Sí, es muy raro
―Deberías enamorarlo y hacer que se case contigo
―¡Claro que no! Apenas lo conozco y sabes que no puedo casarme con nadie
―Te he dicho cientos veces que vayamos a Londres, estoy segura que allá pueden solucionar tu problema ¡Pero no! Crees que te vas a encontrar con el duque de Westhampton porque la ciudad no es lo suficientemente grande para los dos
―Sabes lo mal que pasé por culpa de ese hombre
―¡Y lo entiendo! Pero ¿Cuántos años han pasado? ¿Diez? ¿Once años? Te apuesto lo que quieras a que ese hombre es muy feliz con su estúpida e insípida esposa y tu aquí, atormentándote la vida
―Victoria...
―¡Charliene! ―le gritó su amiga mientras la zarandeaba―quiero que hoy te olvides de Wolfram y te centres en Tyler; sabes de sobra que creo en mis corazonadas y no sé por qué, pero siento dentro de mí que ese hombre es tu camino a la felicidad
***
Wolfram no tenía ni idea en dónde vivía Charlie, así que le pidió a Johnatan que le indicara. Este le prestó un caballo y ambos cabalgaron en silencio hasta su destino.
Él se había colocado con mucho esfuerzo un pantalón gris, una camisa blanca y un saco negro largo, llevaba unas botas de montar negras y un sombrero del mismo color de las botas. A partir de allí comenzó a valorar los esfuerzos de Geoffrey, su ayuda de cámara, no podía entender cómo se las apañaban las personas para vestirse solas.
De repente visualizó una cabaña de un piso, un tanto oscura. Las ventanas estaban cerradas, pero se vislumbraba una luz en el interior.
John se detuvo―Es aquí
Wolfram bajó del caballo y lo amarró al palo más cercano.
―Gracias John
―Tyler, Charlie es una dama. No es de esas mujeres pasajeras que luego arrojas a la basura
Él l alzó una ceja―Lo sé, nunca tendría esas intenciones con ninguna mujer
―Eso espero―Y al decir esto se marchó
Contuvo un suspiro y decidió acercarse a la puerta y tocar.
―¡¿Quién?! ―oyó que esta gritaba
―Tyler Breedlove
―¡Maldición!
―¿Perdón?
―Digo... ¡Dame unos minutos!
Él frunció el ceño y se colocó las manos atrás mientras daba media vuelta. Escuchó algo romperse dentro de la casa y volvió a la puerta.
―Charlie ¿Te encuentras bién?
―¡Sí! ¡No hay problema! ¡Ya voy!
Este decidió dar media vuelta y a continuación ella gritó.
Wolfram tocó la puerta―¿Charlie?