La Ley Del Lobo

Capítulo 11 - Charlie Magnus

Westhampton House, Baile de compromiso Wolfram – Francesca

Charlie se encontraba de pie junto a Georgia. La situación que se le estaba saliendo de las manos a Wolfram, aquellos buitres de la aristocracia le estaban chupando la sangre, su prometida lloraba y los criados estaban por todos lados; por fortuna los invitados no estaban molestos.

―Georgia vamos―le dijo ella―vayamos a apoyar a Lady Francesca

―¿Apoyar a quién?―le dijo esta mientras se echaba a reír―Estás loca, yo me quedo aquí

Ella negó con la cabeza y se dirigió a dónde estaba Lady Francesca con Lady Darleen.

―Mi lady―Comenzó a decir―No se preocupe, tengo que fe que ellas van a aparecer ¿Quiere que le traiga un té para los nervios?

―¿Qué va a saber usted de cómo me siento?―le amonestó

―Cuidado cómo le hablas Francie―le aconsejó Darleen―A esta criada la tratan como si fuera de la familia

―No me digas, en cuanto me case con Westhampton no necesitaremos de sus servicios

―Yo soy institutriz de Lady Iuola, no de Wolfram. Yo estaré con la duquesa viuda, no con ustedes―le dijo Charlie

Darleen se acercó a ella―Será mejor que te vayas, estás alterando a Francesca

―Yo no vine a alterar a nadie y sí, tienes razón mejor me iré. No soporto a las mujeres que tienen cerebro de paja―les amonestó Charlie

―¡Esto lo va a saber Westhampton! ―le gritó Francesca

Ella se echó a reír sarcásticamente―¿Y crees que le tengo miedo?

―¿Qué sucede aquí? ―quiso saber Georgia

―Nada que te interese estúpida―le dijo Darleen mientras le abanicaba el rostro a Francesca

―¿A quién le llamas estúpida?―le gritó Georgia mientras arrojaba la limonada en el vestido de Darleen

―¡¿Qué hiciste?! ―exclamó.

Charlie tomó a Georgia por el brazo.

―Basta, vámonos―le dijo

―¡Que me repita que soy estúpida en mi propia casa!―exclamó Georgia

―¿Tu casa?―inquirió Darleen mientras se limpiaba con un pañuelo―Tu ni siquiera perteneces a esta familia

Charlie no quería darle más problemas a Wolfram, sin embargo Darleen se merecía que Georgia le rompiera la cara por su impertinencia, así que la soltó.

En ese instante llegó Uriel, cargó a Georgia por la cintura y se la llevó.

Marsias se colocó junto a Charlie.

―Les diré esto una vez―comenzó a decir―no quiero más peleas por parte de ustedes

―Yo vi claramente―dijo Seymour, su primo mientras se colocaba junto a Darleen―cuando Georgia l arrojó el vaso de limonada a Dar

―¿Ah sí?―inquirió Marsias―lo próximo que verás será mi puño en tu cara sino te mantienes al margen Seymour. Vamos Charlie

Ella lo siguió sin rechistar mientras le sonreía a Darleen.

―Quiero pedirte un favor―le dijo Marsias―por favor trata de tranquilizar a Georgia, no es un buen momento para uno de sus berrinches

Ella asintió―Pero quiero decirte que fue Darleen la que empezó

―De eso no me cabe la menor duda, aun así manténganse al margen

―Bien

Llegaron a donde estaba Uriel con Georgia.

―¡No me interesa!―le gritó Georgia a Uriel―¡A la menor oportunidad le arrancaré los ojos!

―Basta ya―le ordenó Marsias―Te vas a comportar o te irás a tu habitación, no voy a permitir que nos des otro dolor de cabeza, con todo este jolgorio ya tenemos bastante

Ella se cruzó de brazos y se sentó en el sillón.

―Tranquilízate cariño―le aconsejó Uriel y luego este miró a Marsias―¿Me das un minuto? Quiero decirte algo

Charlie se sentó junto a Georgia y le dio unas palmaditas en la mano.

―La odio Charlie, la odio―le confesó llena de ira

―Ya somos dos, sino fuera por este alboroto entre las dos la matamos

En ese momento Nerissa llegó hasta ellas.

―Siguen ustedes―le informó a ellas y Georgia echó chispas por los ojos.

―¡Es increíble que también nosotras! Honestamente tengo un montón de perlas, que me diga cuál le gusta y se la doy

―Entiende que esas son especiales―le dijo Charlie

En ese instante se acercó Wolfram junto con el duque de Oxford.

―¿Ya finalizaste madre? ―le preguntó

―Sí, solo me falta Georgia y Charlie

―Esto es el colmo―susurró la primera mientras dejaba ver los bolsillos de su vestido y estos estaban vacíos

―Georgia debemos cooperar―comenzó a decir Charlie mientras dejaba ver sus bolsillos―para que todo acabe pron...―ella se detuvo al sentir algo y lo sacó.

―¡Esas son mis perlas! ―gritó Lady Francesa desde su sillón

El duque de Oxford se las arrebató de las manos.

―Estas son las perlas de mi hija―le informó a Wolfram―¿Quién es esta mujer Westhampton?

Él no le respondió y se limitó a mirar a Charlie.

―Estoy segura que debe haber una explicación―dijo Nerissa

Charlie negaba con la cabeza―No sé cómo legó eso ahí

―¡Que excusa mas tonta! ―le gritó Oxford

―A ver su excelencia―comenzó a decir Georgia―Es imposible que Charlie haya hecho eso porque yo tengo un montón de esas perlas y si ella fuese una ladrona, ya las habría tomado

―Quizás sí lo hizo y se las cambió por unas falsas―reflexionó él

―Cómo se atreve―le dijo Charlie furiosa

―Westhampton―lo llamó Oxford―llevaré este incidente hasta los más altos tribunales

―¡Llévelo a donde quiera!―le gritó Georgia

―¡Georgiana! ―la riñó Nerissa

―No será necesario―dijo por fin Wolfram y este la miró. Charlie nunca va a olvidar aquella mirada fría y letal que la atravesó.

―Recoge tus cosas―continuó―Tienes cuarenta y cinco minutos para abandonar esta casa―y al decir esto se fue



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En el texto hay: wolfram, charlie, sagawesthampton

Editado: 02.03.2021

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