La Ley Del Lobo

Capítulo 20

Hampshire, Inglaterra


 


 

Charlie se encontraba caminando Westhampton Terrace con Victoria. Marco les había dado permiso para que su amiga la conociera, puesto que no había nadie en casa. Victoria gritaba cada cinco minutos admirando la arquitectura de esta.

—Aquí es donde una se da cuenta de lo pobre que es—le dijo ella

—Supongo que si

—Mira todo esto Charlie, hasta un plato vale más que mi propia casa

—No exageres

—¿Crees que Marco nos deje pasar la noche aquí? Aún no sabemos dónde nos vamos a quedar

Ella suspiró—La verdad, no me gustaría pasar la noche aquí

—A mí si, esa gente no está aquí. Tú Wolfram está en Londres con tu Tyler

—Ninguno de los dos me pertenecen Victoria

—¿Y que has pensado sobre la propuesta de Tyler?

Ella se quedó en silencio un momento. Las cosas serían más fáciles para ella si Tyler la quisiera como su amante. Ella creía firmemente en la fidelidad dentro del matrimonio y en el amor; no podía casarse con un hombre que sólo le atraía. Por otra parte está el hecho de que si se casa, ya no tendría que pensar en qué comer mañana. Y por otro lado era que tarde o temprano, Westhampton se enteraría de que estaba viviendo en la casa del administrador y si todavía la odiaba, Tyler podría perder su trabajo.

—No lo sé Vicky, no lo sé

—Ay muchacha tienes todo el derecho a pensarlo bien, igual no es una decisión fácil

—Lo sé

De repente escucharon unas voces, provenientes del ala siguiente de la estancia en la que se encontraban. Y en ese instante apareció una pareja con tres niño.

A Charlie se le llenaron los ojos de lágrimas. Marco estaba con ellos y todos se quedaron mirando mutuamente.

—¿Quienes son?—le preguntó Georgia a Marco y él no dijo nada.

Ella no dejó que él hablara y le sonrió.

—¿Ya no te acuerdas de mi? Supongo que has mejorado mi método de defensa eficaz con los hombres ¿No Georgia?

Ella la miró confundida un momento y luego abrió los ojos.

—Oh Por Dios... ¡Charlie!


 


 

***


 


 

Wolfram se encontraba en la pequeña capilla con Gabriel. Habían solicitado una licencia especial y le había explicado al sacerdote lo que deseaban, este no se negó. Todos los días él no casaba a un duque, no obstante, nadie salvo ellos sabrán que él es el duque.

Él lo miró mientras se sentaban en uno de los asientos, afuera de la capilla.

—Excelencia

—Llámame Wolfram

Gabriel sonrió—Se siente raro, no me acostumbro

—Me dijiste aquí omitían esas formalidades o llámame Tyler, como quieras

—Wolfram creo que es justo decirte que cuando Charlie se entere te matará

—Por eso se enterará una vez que estemos casados

—Va a querer divorciarse, eso te lo aseguro

—Si, pero no le concederán un divorcio y mucho menos siendo duquesa

—Te aconsejó que le digas la verdad ahora, se va a poner difícil, pero si te le arrodillas y suplicas perdón, ella lo hará. Es una buena mujer

—Lo sé, pero deberías de ver cómo habla de mí, me odia. Si le digo la verdad ahora, no se casará conmigo

Él suspiró—Bueno eso sí

Ambos se quedaron en silencio un buen rato.

—Yo la amo y estoy dispuesto a hacer lo que sea con tal de que sea mi esposa

Gabriel lo miró extrañado. No se esperaba esa confesión.

—Yo no puedo cambiar Gabriel, así soy. Muchas personas dependen de mi, no soy de mostrar emociones, pero no significa que no las sienta. Ella debe entender que yo soy un duque y que tengo mucha responsabilidad, pero eso no va a cambiar lo que siento por ella

—Eso debes decírselo. Mira las mujeres se les conquista por el oído, debes ser sincero con ella.

—En su momento lo haré, por lo pronto ayúdame a que no sepa quien soy

Él se echó a reír—Claro que sí, después de todo mi hermano tenía razón

Wolfram asintió—Siempre dijo la verdad, es un buen chico


 


 


 

***


 


 

—¡No puedo creer que seas tú!—exclamó Georgia mientras la abrazaba sentadas en el sofá.

Ya había hecho las respectivas presentaciones. El esposo de Georgia era un hombre increíble, le sorprendió bastante verla casada con semejante gorila. Era increíblemente grande y musculoso; su acento americano era exquisito a los oídos de Charlie. No quería ni imaginarse el grito que pegó la vieja bruja de Ágatha Westhampton.

Los niños eran preciosos y luego de saludarla se fueron y la niñera se llevó al pequeño Mathew.

Victoria estaba sentada en un sillón tomando té y galletas; su amiga estaba feliz.

—Han pasado tantos años, no tienes idea de todo lo que ha pasado—le dijo—Madre Nerissa murió

Ella asintió—Lo supe por el diario

A Georgia se le llenaron los ojos de lágrimas.

—Tengo que contarte tantas cosas... pero todo eso podrá esperar. Marsias no debe tardar en llegar y Iuola tampoco, debes verla, ya se casó

—Oh por Dios ¿En serio?

—Uriel tardará un poco más en venir porque ahora vive en Escocia con su familia ¿Cuánto tiempo te quedarás? Marco me dijo que Wolfram estaba en Londres y que iba a tardar, sino lo quieres ver, puedo escribirle una carta diciéndole que no se aparezca

Ella se echó a reír—En realidad, vine Victoria y con Jhonatan el hijo de Marco porque vino persiguiendo a su amada que entró como criada aquí

Georgia abrió los ojos—¡Que romántico!

Robert se puso de pie—Bueno bellas damas yo las dejo, iré a ver que los niños no destruyan la casa

Ellas asintieron y él se fue.

—Su esposo es muy encantador—le dijo Victoria

—Gracias, entonces ustedes dos vinieron a ser de celestinas

—Exactamente

—Pero no tenemos dónde pasar la noche—añadió Victoria y Charlie le tiró una mirada asesina.

—Tienen que quedarse aquí—les dijo ella mientras tocaba la campana y Marco aparecía de repente.

—¿Si mi lady?



#854 en Otros
#178 en Novela histórica

En el texto hay: wolfram, charlie, sagawesthampton

Editado: 02.03.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.