Wolfram despertó. Siempre era ese mismo sueño el que lo atormentaba.
Las personas que salían en él no existían, pero se sentían muy reales siempre que soñaba. Se levantó de la estrecha de cama de aquel maldito cuarto y vio las paredes. Allí tenía escrito los nombres de aquellas personas: Georgia, Iuola, Becky, Aitasis, Altaír, Robert y Charlie.
La noche anterior no le habían colocado la camisa de fuerza, así que había dormido relajado.
En ese instante entró la joven criada y le regaló una sonrisa.
―Buenc33os días Wolf―lo saludó y depositó las medicinas en su mesa de noche.
―Tienes visita hoy―continuó y miró hacia la puerta. Marsias y Uriel estaban allí. Ambos entraron lentamente y esperaron a que ella le diera la medicina.
―Te traeré el desayuno―le informó y se fue.
Ellos entraron y se pusieron de pie junto a él.
―¿Cómo estás Wolf? ―quiso saber Marsias.
―Bien ¿Cómo están Becky y los niños?―le preguntó.
Él compartió una mirada con Uriel.
―No sé quién es Becky Wolf, sabes que estoy soltero.
―No lo estás, no entiendo por qué no te gusta hablar de tu matrimonio. El pasado de Becky no debería influir.
Uriel le hizo una seña para que no le restara importancia.
―¿Y Aitasis?―le preguntó a Uriel.
―Querido hermano, no creo que a los miembros fieles de mi clero les agradaría que tomara como esposa a una mujer cuyo nombre parece una maldición del diablo.
―Wolf tengo permiso de cinco días―le informó Marsias―luego debo volver al regimiento. No quiero ser duque, debes volver. Mamá y papá te estarán aguardando.
―¿Iuola y Georgia también?
―Siempre hemos sido nosotros tres hermano―le recordó Uriel―por favor, te extrañamos. Debes volver.
Comenzó a jalarse los cabellos―¡Es mentira! ¡Todo es mentira! ¡Ellos están aquí! Mi esposa, Charliene. Ella está aquí.
―Tienes que calmarte hermano―le pidió Marsias―tienes que recuperar tu vida.
―¡Ustedes están mintiendo! ¡Todo es una vil mentira!
En ese momento la criada entró y le colocó un medicamento.
―Por favor salgan, sus visitas lo ponen muy nervioso y la de sus padres es aún peor. Les grita que están muertos y que descansen en paz.
Marsias suspiró―¿Ve alguna mejoría?
Ella medio sonrió―Confío en que algún día podrá salir, es el duque de Westhampton después de todo.
Es broma xD