La Ley Del Lobo

Capítulo 44 - PARTE 1 FINAL

JAJAJAJAJAJAJAJAJ Era broma!!! Gracias por esperarme, son las mejores. Disfruten su maratón.

 

Wolfram no podía creer lo que estaba a punto de hacer.

Sentía un leve zumbido en el oído de las palabras mordaces que le decía su tutor, Pearson, el hermano mayor de Marco jamás hubiese aprobado que un duque de Westhampton se pusiera en ridículo de esa forma, aunque fuera un baile de disfraces. La criada e Lucius le aplicó un bálsamo para labios como toque final y él se vio obligado a abrir los ojos y ver aquel adefesio. A su primo se le ocurrió la horripilante idea de disfrazarlo de Charlie de Wolfram; lo mismo ocurrió con sus hermanos y cuñados.

La criada le hizo le hizo una reverencia y salió de la habitación.

Él vio su apariencia femenina al espejo de forma repulsiva, aquel corsé lo estaba matando. Tenía tanta tela encima que dudaba poder siquiera ponerse de pie. La peluca castaña de rizos le estaba picando, el vestido color esmeralda llevaba muchos volantes en la falda.

En ese instante tocaron la puerta y él no pudo pronunciar ninguna palabra. Lucius tenía un disfraz excepcional de lobo, tenía un gran saco de piel y la cabeza del lobo cubría la suya. Abajo del saco tenía un traje gris.

―Mi lady he venido por usted.

―Olvídalo Lucius, no voy a salir así.

En ese momento sus hermanas y sus cuñadas entraron vestidas de hombre. No podía creer lo que veían sus ojos, todas tenían el mismo traje negro, saco gris y corbata blanca; llevaban el cabello recogido en un sombrero gris. La ropa masculina se les ceñía al cuerpo y ese hecho resaltaba sus curvas. Iuola lucía un poco extraña, puesto que su embarazo estaba avanzado. 

Intuyó lo que pasaría a continuación al instante en que ellas entraron. Todas estallaron en risas. Aitasis incluso se tiró descaradamente en el suelo.

―¿Dices que disfrazaste a Wolf de Charlie?―le preguntó a Lucius entre risas.

―Lucius no veo el parecido de esta señorita con Charls―añadió Becky.

―Se parece a las regentas de Almack’s―aventuró Iuola.

―¿La gordita?―preguntó Becky y Iuola asintió entre risas.

―Lucius―las cortó Wolfram―haz de mandar a una criada para que me quite todo este jolgorio.

―Westhampton es meramente imposible―le dijo―cuando se enviaron las invitaciones, se recalcó que los hombres deberían venir disfrazados de mujeres.

―¿Todos accedieron a esta locura?

―Todos esos idiotas desean un favor del duque de Westhampton.

Él suspiró y negó con la cabeza mientras se miraba en el espejo ignorando totalmente la risa de Aitasis.

―Me niego a hacer el ridículo.

―Wolfram―comenzó a decir Aitasis―por primera vez en la vida deberías divertirte, quiero que salgas y le digas a la aristocracia que a pesar de estar vestido de mujer, eres lo suficientemente poderoso para tolerarlo.

―Nuestros esposos y hermanos ya están allá abajo haciendo el ridículo―le informó Georgia.

―Y todos lo hacen por ti―le recordó Iuola.

―Totalmente―añadió Becky con una sonrisa.

―Muy bien―dijo por fin.

 

 

Charlie se encontraba en uno de los balcones que daban al salón, vestida toda de gris, corbata negra, camisa blanca y sombrero gris. Siempre se había sentido a gusto usando ropa masculina y le causaba gracias ver la cara de desconcierto de algunos invitados.

―Vaya aquí estás―oyó que le decía Victoria.

Su amiga tenía un traje azul turquí, un saco del mismo color, camisa blanca y corbata negra. Su cabello estaba escondido en un gran sombrero blanco.

Charlie le sonrió y le dio la espalda.

―Jamás pensé que diría esto, pero son muy cómodas.

―Es lo que te había dicho.

Su amiga se colocó junto a ella.

―¿Has tomado una decisión?

Ella apretó las manos y luego las relajó.

―Dependerá de esta noche, creo.

―¿Ayudará en la decisión que ese hombre saldrá vestido de mujer por ti?

Eso le sacó una sonrisa.

―Ver para creer.

―Imaginé que dirías eso, sólo mira hacia allí.

Así lo hizo y vio a Wolfram disfrazado de lo que se podía decir una mujer bastante extraña. Eso la hizo estallar en carcajadas.

 

Wolfram se colocó en el balcón principal. Era increíble como Lucius había convencido a la aristocracia londinense en intercambiar papeles. Todos al verlo emitieron un sonoro aplauso y solo en ese momento quiso estar en cualquier lugar menos allí.

El salón estaba lleno de árboles que parecían reales. Lucius intentó recrear un bosque en toda regla, los árboles se ceñían ante ellos grande e intimidantes. El suelo estaba lleno de césped, flores silvestres y hongos. Personas representaban los animales salvajes. Estaba casi seguro que no era ningún invitado.



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En el texto hay: wolfram, charlie, sagawesthampton

Editado: 02.03.2021

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