La Leyenda de Ailur

Cap.12-El Leñador y El Herrero

Antes de llegar al Valle de Ailur, ni Thormu era leñador ni Brunco era herrero, los dos eran pescadores.

 

Sus familias siempre fueron unidas y en su juventud decidieron compartir un bote pues necesitas de alguien en quien puedas depositar tu vida para pescar en alta mar y creían que su amistad era a prueba de tempestades; salían bien preparados, pasando a veces semanas en las frías aguas nórdicas, para volver cargados de valiosos peces y ser recibidos por una visión encantadora: Omalia, la hermana de Brunco y prometida de Thormu.

 

-¡Arriba!-Thormu siempre la levantaba en el aire, como si fuera una niña, eso la hacia reír-preciosa, te casaras con un loco.

-¿Por qué dices eso?

-Debo estarlo para dejar a la mujer más bella del mundo por irme a pescar-al abrazo fuerte-hueles a pino.

-Y tu hueles a pescado-dijo, pero sin apartarse.

-¿Para tu hermano no hay abrazo, Oma?-pregunto Brunco, y recibió uno enseguida.

-Me alivia tanto verte.

-Lo dices como si esperases lo contrario.

-Se más prudente y tu hermana dejara de preocuparse.

-¡Calla, tonto!, te traje un obsequio, Oma.

 

En medio de su viaje habían sido testigos de un espectáculo increíble; dos grandes cetáceos combatiendo, armados con cuernos que salían de sus caras, al terminar la batalla uno perdió su cuerno y Brunco insistió en recuperarlo, la larga lanza en espiráculo le pareció una obra de los Dioses.

 

-Es precioso, hermano.

-Ya te luciste-dijo Thormu-ahora ayúdame, muero por un baño y una cena caliente.

-Prepare cordero.

-¡Deja de darme razones para adorarte, mujer!

 

Eran sin duda épocas más felices, al llegar el invierno los muelles se cubrían de hielo y se daba fin a la temporada de pesca, Thormu y Omalia se casaron entonces y así disfrutaron del invierno juntos, Brunco se llegaba de visita, charlaba con su hermana o echaba un juego de dados con su cuñado, el resto del tiempo se dedicaba a reparar redes y botes en el pueblo, Thormu prefería ganarse el sustento adicional con la caza.

 

-¡¿Qué te paso?!-una tarde se presento con un moretón en la cara.

-Una pelea, Oma, no pasa nada.

-Voy a calentar unas hierbas.

-Una pelea, ¿eh?-dijo Thormu, luego de que ella entrara-te he dicho que no apuestes, eres un hombre sin suerte.

-Déjame en paz.

-Lo digo en serio, Omalia se angustia por ti.

-Solo quería ganar un poco más-bajo la voz-lo hago precisamente por Oma.

-¿Eso qué significa?

-¿Tu qué crees?-le miro irritado-ella te necesita aquí, con un bote más grande y algún dinero podríamos contratar a otros que pescaran por ti.

-¿Quieres remplazarme?

-¡Quiero que estés con ella!

 

Omalia volvió con un paño oloroso y cálido, lo puso sobre el golpe y noto que ambos parecían enfadados, nunca le gusto verlos enojados.

 

-Tendré un bebe-dijo de pronto.

-¿Qué?-exclamaron los dos.

-No he sangrado en dos lunas-se volvió hacia su esposo-vas a ser papá.

-¡Mi amor!-la alzo en alto-¡Me haces el más feliz de los hombres!

-¡Seré tío!

 

Ambos sonreían ahora y sus miradas se encontraron, la de Brunco bien podría decir, “¿entiendes ahora?”

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En su vida anterior los juegos de azar fueron la perdición de Brunco, no tenia suerte y era demasiado terco para admitirlo, resulto un premio irónico de parte de Ailur cuando le nombro Herrero y le quedaron prohibidos, ahora solo podía ver jugar a los demás.

 

-¿Qué opinan del nuevo Ladrón?-Relian venía a jugar a las cartas con Thormu dos noches a la semana.

-Es gracioso, lo pesque hurtando una de mis hachas, escapo gritando “¡Lo siento mucho!”

-También se llevo uno de mis afiladores.

-¿Lo viste?

-Le dio moras a los niños para que no le delataran, je, el pobre no sabe que son un par de bocones.

-¿Desean poner una denuncia?

-Lo estas ayudando, ¿no?-pregunto Thormu.

-No podría admitirlo ahora-dijo, mirando de soslayo a Brunco.

-Que no pueda mentir no significa que no pueda callar.

-Papá-Trigun se asomo a la sala-no puedo dormir.

-Papá está un poco ocupado ahora, cariño.

-Yo voy-dijo Brunco-anda, te contare una historia.

-Gracias, tío.

 

Las casas del Leñador y el Herrero son anexas, Brunco y Thormu habían construido una caseta entre ambas propiedades para dormir todos juntos, había tres camas, la de Brunco, la de Thormu y la del medio y más grande que compartían Trigun y los gemelos.

 

-Cobíjate bien, ¿Qué historia te gustaría?

-Háblame de mamá.

-El día más feliz de su vida fue cuando naciste, en mitad de la primavera.

-Siempre haces lo mismo-reclamo.

-¿Qué cosa?

-Te pido que me hables de mamá y hablas de mi o de papá, te evades.



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En el texto hay: luna, mitologianordica, cuarta pared

Editado: 15.10.2019

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