La Leyenda de Ailur

Cap.17-Casi una Deidad

Para algunas personas creativas el crear es un pasatiempo pero para otras, para esas cuyas mentes eran un pandemónium de imágenes y sonidos venidos de todas partes, crear era un método de supervivencia.

 

Mitzah tenía una idea general de lo que le había pasado, Ailur dijo “Deseo que lo sepas todo” y algo en su interior se hizo añicos, posiblemente su cordura, luego pasaron… ¿horas?, ¿milenios?, los Dioses estaban furiosos, registro la palabra “Monstruosidad” varias veces, vio como Odín limitaba los poderes de Ailur y confinaba a ambos a un paramo desolado en Midgar, y su ama lloraba.

 

Su mente era un remolino caótico, su rostro estaba paralizado en una dolorosa sonrisa pero su corazón saltaba de júbilo, estaban solos, como cuando eran niños en la Luna, solo ella y él, como cuando la vida tenía sentido.

 

-Ailur, estoy aquí…estoy contigo-rozo su hombro.

-¡No me toques!-ella se aparto asustada y un hilo de luz se formo entre ambos-¿Qué…que es eso?

-Odín lo dijo-lo sabía, ahora lo sabía todo-solo puedes cumplir deseos de aquellos que te toquen, funciona conmigo.

-Entonces libérame, desea que sea libre, vamos.

-Yo lo pensaría…

-¡Esto es tu culpa!-estallo-¡Todo es tu culpa!, ¡Tu culpa!

-…Lo es…lo siento mucho, Ama, pero piénselo: si nos libramos del castigo apenas impuesto, ¿Qué nos hará el Padre de Todo después?

-No quiero estar aquí-sollozo-no sé qué hacer.

-Podríamos aceptar el castigo un tiempo, hasta que los ánimos se calmen.

-¿Quedarnos aquí?

-No es agradable-admitió, soplaba una tormenta helada-en la Luna podía crear lo que imaginara, deseo tener ese poder.

 

Ailur cayó de rodillas, con los ojos brillando, no era como cumplirse un deseo, era como si drenasen la vida de ella.

 

-¿Ama?

-No me toques-temblaba entera-no me vuelvas a tocar.

-Tiene frio, esta tormenta debería parar-el viento se detuvo-¿y qué tal algo de sol?-las nubes se corrieron.

 

Ahora que estaba despejado podía apreciar la vastedad de su prisión y era consciente de cada centímetro hasta sus límites definidos, todo eso era suyo, suyo para moldearlo a voluntad, para descargar allí sus ideas y reducir el ruido en su mente.

 

-No se angustie más, Ama-dijo, notando que la sonrisa se le amoldaba mejor-su buen Mitzah hará de este un lugar donde pueda ser feliz.

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-¿Mitzah?-le llamo Liebre.

-Dime.

-¿Estás bien?, te quedaste como en el aire.

-¿Por cuánto tiempo?

-Unos segundos.

-Je, pareció mucho más.

 

En su tiempo libre se dedicaba a crear, a plasmas el mismo conjunto de ideas que obsesionaban su mente de diversas formas o añadir nuevos detalles al Valle, ese día había terminado un nuevo árbol de copa ancha, con follaje rojizo y flores negras.

 

-Es precioso-dijo Liebre, mirando el modelo.

-Gracias-lo llevo hacia la maqueta que tenia de todo el Valle-¿Dónde debería ponerlo?

-Se vería lindo aquí-señalo al cementerio de los cazadores.

-¿Allí?

-Lo he pensado mucho, si Ailur lo permite me gustaría visitar a mis hermanos en el receso.

-Está más receptiva, ¿pero qué pasa con Relian?

-No quiere temerle toda mi vida, además, si algo pasa puedo llamarte.

-En el instante que quieras, dulce niña.

-Hablare con ella de una vez, ¿Dónde puedo encontrarla?

-En la sala de música.

 

Liebre se retiro y Mitzah…

 

-Dejo a un lado su labor para tener una charla con la autora.

 

¿De nuevo?

 

-De nuevo, he dejado pasar el tiempo.

 

Pasaron once…

 

-¿Once qué?... ¿no me dirás?

 

Ya sabes mucho.

 

-Yo lo sé todo, pero saber y comprender no es lo mismo, he estado reflexionando sobre lo que haces, estoy prestando más atención, oigo como describes lo que hacemos, lo que hicimos, lo que haremos, lo que pensamos e incluso lo que sentimos, aunque te vuelves algo torpe en medio de las conversaciones.

 

Nadie es perfecto.

 

-Es interesante él como precisas quien está hablando al principio de una charla, o como señalas un cambio cuando son más de dos, aumenta mis sospechas, ¿hay alguien más oyendo todo esto?, ¿Por qué hacerme recordar el pasado?

 

¿Qué tal si me dejas continuar?, eso podría darte algunas pistas.

 

-Adelante, es un honor recibir tu atención.

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Comenzar una nueva vida cuando se te ha arrebatado violentamente la anterior no es fácil, Ailur estaba en shock y le tomo mucho tiempo y esfuerzo hacerse a la idea pero Mitzah puso todo de si para ayudarla, le construyo una habitación donde se sintiera cómoda, los inicios del castillo, y comenzó a moldear el aspecto del Valle; tras haber vivido en un satélite estéril y conocer las glorias de Asgard quería crear un bellísimo jardín para lo que, esperaba, sería el resto de sus vidas.



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En el texto hay: luna, mitologianordica, cuarta pared

Editado: 15.10.2019

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