La Leyenda De Akira

AKIRA

La sombra de Akira

Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de bosques oscuros y montañas lejanas, una chica llamada Akira. Ella era conocida por su belleza misteriosa y su calma inquietante. Siempre vestía de negro, con una capa que la cubría hasta los tobillos, y su cabello, largo y oscuro como la noche, caía en ondas sobre sus hombros. Los habitantes del pueblo susurraban historias extrañas sobre ella, pero pocos se atrevían a acercarse.

Una noche de invierno, cuando la luna estaba llena y el viento susurraba entre los árboles, Akira desapareció. Nadie la vio salir de su casa, ni se escucharon ruidos extraños. Sin embargo, los rumores comenzaron a esparcirse rápidamente: se decía que Akira había hecho un trato con una sombra oscura, una entidad que habitaba en lo profundo del bosque.

Al principio, los extraños sucesos eran pequeños. Las luces parpadeaban sin razón, los animales huían sin explicación, y algunos objetos en el pueblo desaparecían por completo. Pero pronto, las desapariciones comenzaron. Primero, fue el hijo de un granjero, luego, un par de jóvenes que habían estado paseando cerca del bosque. Nadie sabía qué estaba ocurriendo, pero las historias de Akira volvieron a la mente de todos.

Una noche, un valiente joven llamado Hiroshi decidió seguir el rastro de las desapariciones. Armado con una linterna, se adentró en el bosque, confiado en que podría desvelar la verdad. A medida que avanzaba, el aire se volvía más denso y frío, y la oscuridad parecía envolverlo por completo. Los árboles se alzaban como gigantes, sus ramas entrelazándose en lo alto y bloqueando la luz de la luna.

De repente, un susurro llegó a sus oídos. Un suave murmullo, como si alguien lo llamara. Hiroshi siguió el sonido, guiado por una extraña sensación. Cuando llegó a un claro, vio una figura en el centro, vestida con un largo vestido negro. Era Akira. Pero algo no estaba bien. Sus ojos estaban vacíos, como si no hubiera alma detrás de ellos, y su piel palidecía con un tono sobrenatural.

"¿Akira?" preguntó Hiroshi, con un hilo de voz.

Ella se giró lentamente, su sonrisa era torcida, inquietante, y sus labios susurraron unas palabras apenas audibles: "No estás solo...".

De repente, una sombra oscura emergió del suelo, tomando forma en el aire. Hiroshi intentó retroceder, pero sus piernas no respondían. La sombra lo rodeó, apoderándose de su mente y cuerpo. La figura de Akira desapareció en la oscuridad, y lo único que quedó fue el eco de su risa, una risa fría y vacía.

El pueblo nunca volvió a ver a Hiroshi. Y en los días siguientes, cada vez que la luna llena iluminaba el cielo, los habitantes podían escuchar susurros en el viento, el sonido de unos pasos en la oscuridad... y la figura de una chica, vestida de negro, que desaparecía entre las sombras del bosque.

Se decía que Akira nunca había dejado el bosque. La sombra que había invocado la mantenía atrapada en un ciclo interminable, y ahora, cada vez que alguien osaba acercarse demasiado, ella lo llamaba, para llevarlo hacia su destino oscuro.

FIN



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En el texto hay: misterio, terror gotico

Editado: 22.02.2025

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