Carta de despedida
Mi Querida Ana:
Este es quizás el momento más duro, de nuestra corta vida juntas, ya que, prácticamente, me voy a sacrificar por el bien de nuestro pueblo. Seguro que no lo entiendes, yo ahora mismo empiezo a tener dudas... sobre todo porque después de lo que has visto, no podrás llenar mi vacío emocional con una flor recién cortada del jardín, como muchas mañanas me has hecho. Tampoco podrás animarme con tus pequeñas caricias, en mis manos, mientras vamos juntas para cualquier acto protocolario o recepción. No podré oírte decir que me amas cuando por las noches damos rienda suelta a nuestra pasión.
Pero cuando la tormenta de fuego pase y nos levantemos de nuestras cenizas, podremos volver a recuperar el tiempo perdido. Formalizar esa unión con cachorros como nosotras, y les enseñarás las cosas de tu mundo, y yo las cosas de mi mundo, para que juntas creamos un mundo nuevo con las cosas nuestros mundos, mientras los vemos crecer. Me gustaría que un día poder estar en alguna zona bella como tú y ver a nuestra estrella del día, y me dirás que es el Sol.
Solo espero que cuando todo pase podamos volver a unirnos para formar nuestra familia, como vosotros les decís.
Te quiere con todo mi ser, tu esposa y Emperatriz
Helanka
Carta de ruegos
Querida Isthar:
Ahora que yo no estoy para vigilar el Imperio, te ruego que aceptes el cargo de Emperatriz porque sé que eres la única en quien puedo confiar para que el Imperio siga estando donde está, porque si el primogénito lo cogiese, ahora mismo estaremos todos muertos.
Sé que lo que te voy a pedir puede parecer una canallada, pero es la única solución que encuentro. Te pediré que, discretamente, contactes con la Resistencia Humana y les hagas ver que necesitamos su ayuda, como ellos necesitan de la nuestra. También te solicitaré que te dediques, en cuerpo y alma, a desalojar a los Taerugs de los mundos que están ocupando. Para todo esto tienes todos los pronunciamientos favorables del Consejo Imperial de los Mundos.
Para que el primogénito no te moleste, te sugiero que lo mantengas vigilado en sus aposentos y si, por lo que me has contado dispone de un portal por el que pueda salir y empezar a moverse por las sombras para derrocarte, acabo de dar la orden de destruir el edificio. En concreto, nos hemos cerciorado de que no haya víctimas inocentes y de esa forma destruir el portal por el cual podría escapar. Cuando hayas sido nombrada Emperatriz, te ruego encarecidamente que te esfuerces en expulsar a los seguidores del Caudillo Taerug de nuestro Imperio.
Ruego a todos los dioses que nos ayuden en nuestra lucha.
La Emperatriz Helanka