Isthar
Apenas han pasado unas horas desde que el cabrón de mi cuñado ha visto en primer plano como su hermana ha sufrido un brutal atentado que quizás le cueste la vida, ahora sólo le queda esperar que lo nombren Emperador y someta a los más de cien mundos a sus designios. No tengo ganas de nada solo de matar a ese cabrón, en esto se me acerca la Capitana de su guardia personal.
Capitana: "Isthar, tengo que hablar con vos.", fue más una orden que un ruego.
Isthar: "No me digas, no se sabe el autor. Hay que investigarlo", le dije burlándome de ella y sus procedimientos.
Capitana: "Se equivoca, sabemos quién ha sido. Es más, la propia Emperatriz lo sabía, por lo que había tomado las medidas oportunas para que su atacante no supiese que estaba esperándolo.", me dijo mientras me entregaba unas cartas manuscritas de mi Helenka.
Las abrí lo más rápido que pude, pero lo que esas cartas contenían fue superior a mis fuerzas, me hizo llorar con desconsuelo, prácticamente se despedía de mí y me nombraba como la nueva Emperatriz.
Capitana: "Sé que sus sentimientos hacia la Emperatriz son auténticos, pero si desea ganarse al pueblo. Lo primero que debe hacer es terminar con la amenaza de la guerra de una forma eficaz y consistente."
Las palabras de la capitana me hicieron pensar, necesitaba un golpe que demostrase mi valía y contaba con una ventaja que iba a aprovechar al máximo.
Isthar: "Capitana, dentro del alto mando ¿quién me seguiría hasta la muerte?", le pregunté directamente.
Capitana: "El Gran Dragón, Señor de los Ejércitos Imperiales, dispone de un pequeño grupo de incondicionales que harían lo que les pidiera"
Isthar: "Incluso, ¿si es de los asuntos tipificados como alta traición al Imperio?"
Capitana: "¿Vais a entregar el Imperio a sus enemigos mi Sra.?"
Isthar: "No, pero sé quien es uno de los enemigos del Imperio, y si le empujo un poco tendremos un formidable aliado capaz de dar la vida por su Emperatriz, para ello necesito de tu discreción y de tus mejores guardias."
Capitana: "Mi Sra. todas mis guardias son mujeres, fue deseo expreso del..."
Isthar: "Lo sé, necesito que me ayudes, para mañana a primera hora mi madre y mi hermana mayor, la que está justo por encima de mí, deben estar en mis aposentos Imperiales. Necesito que durante cuarenta y ocho horas nadie sepa que no estoy aquí."
Capitana: "Puedo preguntaros ¿qué vais a hacer?"
Isthar: "Ya lo has hecho, voy a realizar lo que mi amor me ha pedido: ACABAR CON SU HERMANO."
Pedí a la Capitana que me acompañase con tres de sus mejores guardias, salimos en una nave camuflada al espacio con rumbo a mi planeta natal. Nuestra primera parada fue mi antigua casa, conocía las costumbres de mis padres, la primera en levantarse era mi madre y mi hermana, la que estaba por encima de mí en edad, sabía que podía confiar en ellas. Dejé una nota manuscrita de mi madre falsa, justificando su ausencia durante cuarenta y ocho horas, y las llevamos a mis aposentos imperiales.
Isthar: "¿Os encontráis bien bellas damiselas?"
Madre: "¿Qué deseáis de nosotras?", me preguntó con terror.
Hermana: "¡Mierda la emperatriz!", mientras agachaba su cabeza para no mirarme a la cara.
Isthar: "Necesito que prestéis un servicio al Imperio, dentro de setenta y dos horas seré la nueva Emperatriz, ahora mismo soy la Favorita Imperial."
Capitana: "Por favor Sras lo último que necesitamos es que se pongan histéricas. La futura Emperatriz quiere acabar con la amenaza de un enfrentamiento directo con nuestros enemigos ancestrales y para ello es necesario que se queden en sus aposentos de la capital Imperial durante cuarenta y ocho horas como mucho, por su familia no se preocupen le hemos dejado una nota falsa diciendo que han recibido un mensaje preocupante sobre la salud de un familiar que está solo. Usted señora se convertirá en la única miembro del servicio personal de la Favorita que tendrá acceso a la totalidad de los aposentos Imperiales y usted jovencita deberá llorar a todas horas de forma audible, si actúan conforme a las pautas que le hemos indicado serán recompensadas largamente por la Emperatriz."