La Leyenda de Isthar #2. Isthar Emperatriz

PARTE X: VIAJE Y DESPEDIDA

Helanka

Ahora me quedo sola, mi compañera eterna va en busca del maldito Caudillo Taerug. Ahora nos juntamos para comer juntos nuestros sobrinos y nosotras junto con el Gran Dragón y Nicoletta. Los pequeños ahora me aceptan mejor que antes, ya me llaman tita, aunque no sé qué es eso.

Isthar: "Tenéis que obedecer, si o si a la tita Helanka."

Artemisa: "¿Por qué tenemos que obedecerla?"

Nicoletta: "Hay una que es especial, pero esa te la dirá la tita Isthar, pero tenéis que obedecerla porque es nuestra Emperatriz..."

Artemisa: "Pero los quantums odian a los humanos..."

Isthar: "No todos, el tito Calígula es el Gran Dragón de los Ejércitos Imperiales y yo soy la Gran Canciller del Imperio y sin embargo soy humana y tengo a muchos quantums a mis órdenes."

Helanka: "Mirad pequeños, un antepasado nuestro fue engañado por un malo. Le hizo creer que vosotros, los humanos exiliados, queríais arrebatarnos nuestro Imperio, hasta que llegó tu tía Isthar muchos lo creían..."

Isthar: "Ahora casi todos piensan que no queremos quitarles el Imperio, pero atentos. Que igual entre nosotros, los humanos, hay gente que son malos y desean destruir el Imperio, por lo que nuestro deber es enfrentarnos a ellos y, la gente que ha sido engañada, desenmascararlos para que todo el mundo vea la realidad de sus actos."

Los pequeños mostraron una cara de miedo que hizo que el Gran Dragón utilizase todo su ingenio para cambiarles la cara.

G. Dragón: "¿Sabéis una cosa?", les preguntó con una sonrisa en los labios, mientras los chiquillos negaron con sus cabezas. "Que los malos le tienen un miedo atroz a Isthar..."

Artemisa: "¿A mi tita Isthar?"

G. Dragón: "Sí a tu tita Isthar, porque ese malo le envío a un amigo mío que es mejor que yo todavía y le pegó no una, sino dos palizas que aún no sabe por donde entraron nuestras tropas..."

Al contarles eso, de forma indirecta nos estaba dando el temor que le tenían a mi compañera eterna. Ya que Koldobika fue derrotado dos veces por Isthar, en las dos utilizó menos hombres, naves y armas que Koldobika, aún así logró dos victorias contundentes, con un mínimo de bajas y con naves capturadas, algunas fueron destruidas por orden mía, pero esta vez Isthar quiere el premio gordo. No se trata sólo de capturar al maldito Caudillo Taerug sino que además piensa despojarle de su principal nave, como lo logre entrará en el Olimpo de las leyendas de la Galaxia, aunque ya está por haber derrotado, la última fue su captura, dos veces a Koldobika. Con menos hombres, armas y naves.

Y llegó la última noche en nuestros aposentos, había ordenado que los aposentos de Carls pasasen a ser del Gran Dragón solamente se cambió de ubicación al preso Carls, que pasó de estar en sus aposentos a vivir en la ergástula del Palacio Imperial, y mis sobrinos, creo que se dice así, fueron llevados a la habitación que al principio fue de su tía, hasta que logré llevarla a la mía.

Isthar

Llegó la última noche, mis sobrinos no quisieron que los dejase y Helanka se reía. Por el intercomunicador les oía llamarme y cuando llegaba a su cuarto se abalanzaban sobre mí, diciendo "Por favor tita no te vayas. No nos dejes...", pero fue la mejor noche que he pasado en familia desde que fui escogida por la Emperatriz para ser su Favorita Imperial. En el desayuno nos lo pasamos pipa, sacándonos la lengua, nunca vi a Helanka reírse como se rió esa mañana. Después de desayunar los seis juntos, más algunas escoltas particulares de Helanka que estaban libres de servicio, nos dirigimos hacia nuestros aposentos para prepararnos para el viaje más duro que me aguardaba.

Ver a mis sobrinos con sus pequeñas máscaras para ocultar sus rostros, ya que íbamos a asistir al acto oficial de mi despedida. Toda la familia, de cada uno de los soldados que venían conmigo, iba a estar presente, yo sólo tenía a Helanka y Nicoletta, ver a mis sobrinos me alegró un poco el hecho de que tenía que abandonar a mi esposa. Al poco estábamos los seis, a nosotros cuatro se sumaron Nicoletta y el Gran Dragón, en una gran explanada allí había cientos de miles de seres que se estaban despidiendo de sus familiares y seres más allegados aquello era galimatías de idiomas, sino fuera por el chip que se nos coloca nada más nacer, el entendimiento entre nosotros sería nulo.

Helanka: "Por favor vuelve entera", mientras me abrazaba con fuerza. "Si te ocurriera algo no sabría qué hacer para mantenerme en el trono."




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