La leyenda de los Ignis | #2 |

Capítulo 15. Un recuerdo

Pasaron pocos segundos hasta que Bruno abrió la puerta velozmente, la abrazó y comenzó a darle vueltas. Que felicidad más abrumadora, que extraño.

Lo miró y arqueó una ceja.

—Tienes cena en la cocina —respondió él simplemente.

—No tengo hambre, me voy a dormir.

Él la sujetó del brazo. Conocía a su hermana.

—¿Qué ha ocurrido?

—Nada.

—Nicky —insistió.

—No es nada, en serio.

—No me obligues a sacártelo por la fuerza —le dijo mientras la empezaba a espachurrar.

—Bruno, no puedo respirar —se quejó ella mientras el reía.

—El amor no mata —sentenció él mientras la seguía apretando entre sus brazos.

Finalmente se dio por vencido.

—Muy bien, vete a dormir, pero mañana quiero hablar contigo.

Ella sonrió. Se sentía tan culpable de no contárselo a su hermano. Él siempre estaba ahí desde que eran unos niños. Siempre la había cuidado y protegido aunque ella no lo necesitase...

Nicole miró a su hermano y de pronto se percató de algo.

—¿Y María?

No habría sido capaz de dejarla sola por la ciudad... Conociendo a su hermano cualquier cosa era posible. Bruno era una persona que se movía por impulsos, así que dependiendo del momento podías encontrarte cualquier respuesta...

Bruno se quedó mirando a su hermanita. Tenía los ojos vidriosos y podía ver como a duras penas estaba logrando que las lágrimas no se derramasen por su rostro. Quería saber qué le ocurría, por qué estaba así, pero sabía que insistir no traería nada bueno. Ella se cerraría, discutirían y finalmente no le contaría nada. Odiaba verla así, Nicky siempre había sido su responsabilidad y le era imposible tratar de ser menos protector con ella. No importaba que tuviesen la misma edad, para él ella siempre sería su renacuaja, su enana...

—¿Por qué papá siempre está triste? —preguntó la niña mientras trataba de hacerse dos trenzas     

—¿Por qué papá siempre está triste? —preguntó la niña mientras trataba de hacerse dos trenzas.
—No está triste —respondió Bruno tratando de restarle importancia.
—Sí que lo está —insistió ella—. Y mamá, ¿cuándo va a volver?
Su castaña cabellera se estaba llenando de enredones. No conseguía que las trenzas le quedasen bien.

—Déjame a mí —dijo él cogiendo el peine, pero al igual que su hermana no consiguió hacer nada, tan solo enredó más el pelo.
—¡Ay! Me haces daño —se quejó la niña—. Quiero que venga mamá.
El chico dejó el peine en la mesa.
—¡Deja de quejarte! —le chilló.
Estaba enfadado, no con ella, sino con su padre. Aunque Nicky y él tuviesen la misma edad su padre siempre lo había tratado a él como a un adulto, y ahora sostenía una carga sobre sus hombros que no era justa para un niño.

¿Cómo se atrevía su padre a comportarse así después de lo que acababa de pasar? No podía hacer eso. Tenía que hablar con ellos, consolarlos, explicarle a Nicky lo que había pasado... Esa no era su responsabilidad, él tan solo era un niño. Su padre era quien debía hacerlo, pero Javier Jaquinot no era un hombre demasiado cariñoso y hablador, y menos cuando su mujer acababa de fallecer...

La pequeña se giró hacia su hermano con los ojos vidriosos. El labio inferior comenzó a temblarle, las lágrimas no tardarían mucho en comenzar a caer.

—¡No me grites! —le dijo con la voz entrecortada.
—Nicky, yo, lo siento. No quería gritarte —se disculpó al verla tan triste—. ¿Por qué no te dejas el pelo suelto?

Ella negó con la cabeza.
—Mamá siempre dice que las chicas buenas llevan trenzas —dijo orgullosa—. ¿Cuándo va a volver? —insistió.

Bruno no sabía como decirle a su hermana que su madre no volvería. Cerró los ojos un instante. 
—Tengo algo para ti —le dijo ofreciéndole su mano.
La cara de Nicole cambió por completo. Las lágrimas desaparecieron y una divertida y curiosa sonrisa iluminó su rostro. Le encantaban las sorpresas, y más las de su hermano.

—Ven conmigo —le pidió y la dirigió hasta la cocina.

Entonces abrió el grifo y el agua comenzó a caer. Bruno alzó el brazo y comenzó a crear burbujas de agua que inundaron la sala. Nicole comenzó a bailar entre risas mientras las iba explotando una a una.



#20298 en Fantasía
#11846 en Joven Adulto

En el texto hay: internado, drama y romance, dragones

Editado: 23.09.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.