La Leyenda de un Castillo en las Nubes

Capitulo Cinco – Parte Uno.

Arco: “Viaje a la Ciudad Perdida”

 

Acompañado de un bostezo mi cuerpo supo que ya había descansado suficiente por lo cual me desperté, al mismo tiempo que abría los ojos estiré los brazos para luego sentarme en el respaldo de la cama. Mientras me movía podía sentir como mi piel desnuda rozaba con el colchón, se hundía y se ajustaba a las curvas de mi cuerpo, la sensación era similar a una cama de agua, aunque este no era el caso.

     Me tomó un momento para que mis ojos se acostumbraran a la luz del día, una vez que lo hicieron caí en cuenta de que estaba sola en medio de la gran cama aunque eso era algo que ya debía esperar. Pero lo que no esperaba era el estado de mi habitación.

     Realizando dentro de mi cerebro una comparación entre como estaba el cuarto anoche y ahora existía una gran diferencia, era normal que la gran y cómoda cama estuviera desordenada porque acababa de despertarme. Aunque el desorden se expandió hacia el resto de la habitación, con una gran cantidad de ropa y objetos de maquillaje por todos lados.

     Al moverme más por la cama sentí un extraño fluido seco a la altura de la cintura, dejé salir un suspiro agobiada y al correr las sábanas para un costado estaba todo empapado de sangre <Por suerte según mi calendario esta ya debería ser la última vez, tengo que buscar alguna forma para evitar esto> recordé cuando le pedí a Ludwig que investigara sobre ese tema en el reino <Pero usar pieles de animales y musgos como las mujeres del reino no me parece muy higiénico>.

     Dejando ese tema de lado me levanté de la cama para apreciar con mayor claridad el desorden de la habitación. –Sin duda esto fue causado por ellos, pero me pregunto por qué. –Logré escuchar unos ruidos de una puerta en la esquina izquierda del cuarto, en diagonal a donde estaría la entrada, por lo que me acerqué a ella.

     <Bueno es normal que una habitación este así de desordenada cuando viven siete personas, sería un error decir que solo es mi cuarto porque ya los demás tienen sus cosas aquí también. De todas maneras, tendría que enseñarles algo de orden… raro porque se supone que están trabajando como sirvientas de Lola desde hace unos días ya>.

     Al llegar, la puerta estaba entreabierta así que solo tuve que moverla un poco más. Del otro lado se encontraba un pasillo lleno de puertas de ambos lados, cada una es un armario diferente con ropa y diversos objetos. La mayoría de las puertas también estaban abiertas y muchas cosas tiradas en el piso.

     Levanté la vista y más adelante se encontraba estaban dos de las Homúnculos que había creador, cada una sostenía una punta de un vestido en sus manos y forcejeaban para que la otra lo soltara.

     –¡Eso me va a quedar mejor a mí!

     –Estas mal, combina más con mi look.

     –Calé, Metis ¿Qué están haciendo las dos? –Al escucharme las dos soltaron ambos extremos del vestido dejando que este cayera al suelo. Parecían nerviosas, aunque mi intención no fue sonar molesta sino confundida.

     Las dos hicieron una reverencia al unísono. –Sentimos mucho molestarla señora, esperamos que nuestro pleito no la haya despertado.

     Levante una mano para que pararan. –No fue el caso ¿pero que es todo este desorden? ¿Ustedes dos lo hicieron?

     –En realidad no. –Levantó su cabeza Calé. 

     –Esto fue el resultado de una disputa entre todos –agregó Metis haciendo lo mismo.

     –Lo que pasa es que estábamos peleando por quien la acompañaría al baile de esta noche –concluyó Calé.

     Logré sentir como mi rostro se puso colorado al imaginar eso <Ya sé que yo las programé así, pero no lo había tomado en cuenta> me sentía rara al imaginarme yendo con alguna de ellas, o peor, con todas. –No, ehm ¿Cómo se enteraron de eso?

     –Ayer a la noche escuchamos una conversación de Bestla y Calipso. Decían que fue invitada a un baile por su victoria en la segunda batalla –explicó Metis.

     –Ya veo, es que no, lo que pasa, bueno, es que... No voy a poder ir a ese baile, tengo algo muy importante que hacer con mis compañeros. Espero no desilusionarlas, y díganle a los demás sobre eso también.

     Ambas asintieron a la par para seguido marcharse de la habitación y dejando todo hecho un desastre. –Bueno imagino que ellas limpiaran después. Pero ahora tengo que concentrarme en lo importante, tengo que organizar ya todo para marcharnos este mismo día antes del anochecer.

     Sin perder tiempo me vestí con mi equipamiento para también abrir la puerta del cuarto y salir corriendo a buscar a mis compañeros para prepararnos y marcharnos, sin embargo, al doblar por el pasillo me topé con alguien más alta que yo.

     Vistiendo una armadura plateada con el logo del clan y con su casco de estilo medieval en un brazo, Saturno dejaba respirar a su largo cabello amarillo azabache. –Señora ¿Qué le sucede? ¿Por qué esta tan agitada?

     Sus lindos ojos blancos chocaron con los míos. –Ehm, no tengo tiempo. Necesito que prepares todo lo necesario para salir en un viaje, rápido.

     –No quiero que piense que le estoy dando órdenes mi señora, pero tenemos que supervisar el entrenamiento de Jonathan. Para el viaje necesitaría que analizara y preparara a los escoltas también, entre otras tareas.

     Se lo que cuesta preparar un viaje como el que tenía en mente, pero la vergüenza que sería asistir a ese baile sería peor que todo eso. –No importa, si hace falta que vengan todos los Erastes con nosotros y ya.

     –¿Qué sucederá con todas las tareas que ellos tienen que cumplir en el reino?

     Sin perder tiempo rodee a la Maestra de Nivel para seguir mi camino. –Que se yo, que se encarguen los Eromenos o algo así.

     Una vez que me alejé lo suficiente llegué al final del pasillo, entonces hablé como si alguien se encontrara a mi lado, aunque en realidad estaba sola. –¡Libra Vita! Llévame a donde este Theithir. –A la orden de mis palabras fue que una puerta de madera apareció delante de mí y procedí a abrirla.




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