La leyenda del lipizano

El nacimiento de una raza

Los días transcurrieron y el tratamiento médico fue exitoso. Antonio se fue recuperando. Él también desde algún lado, luchaba con todas sus fuerzas para volver con su querido hermano, hasta que una mañana abrió nuevamente sus ojos.
Con su visión poco clara, no sabía ni donde estaba...
—Por favor, dígame donde estoy, Señorita —le pidió a una enfermera de la cual solo distinguió su borrosa figura.
—Tranquilo, estás a salvo. Te encuentras internado en una clínica desde hace una semana.
—¿Una semana?, Marco... ¿Dónde está mi hermano? ¡Marco, Marco! —comenzó a gritar, exasperándose.
—¡Cálmate, por favor! —le conminó el médico al escucharlo—. Cuando llegaste aquí estabas solo.
—No puede ser, yo estaba con mi hermano menor, se llama Marco.
—Lo lamento, pero no había nadie contigo, solo llegaste atado con unas lianas a un caballo —le dijo la enfermera.
—¿Un caballo? ¿Cuál caballo? —preguntó él, desconcertado.
—¿Ves a ese hermoso caballo negro? ¿No es tuyo acaso? —le señaló la mujer corriendo la cortina de una ventana que estaba en la habitación.
—Tengo que ir por mi hermano —balbuceó Antonio, mientras se levantaba de la cama.
—Ni se te ocurra. Apenas acabas de despertar —le dijo el galeno.
—Usted no entiende, Doctor. Mi hermano tiene solo ocho años y lo perdí en el bosque. ¡Tengo que encontrarlo! —dijo mientras se cambiaba de ropa y sin más demora, aunque extrañado por la presencia del misterioso corcel, Antonio, que sabía cabalgar muy bien, lo montó y fue al bosque, dirigiéndose justo al último lugar donde había estado con Marco.
Reconoció el lugar exacto porque allí aún estaban sus pertrechos y su saco.
Intentó entonces buscar algún rastro, pero la tormenta de aquella noche había limpiado todas las huellas.
—¡Marco, Marco! ¿Dónde estas, hermano? —comenzó a gritar desesperado buscándolo sin descanso...
Al final, abatido, se sentó en el mismo tronco donde lo había hecho con anterioridad... y apoyando sus codos en sus rodillas, se puso a llorar amargamente por haber perdido a su pequeño y querido hermano.
Una vez más el espíritu del bosque, que veía todo lo que ocurría allí dentro, se hizo presente, dejando oír su potente voz nuevamente:
—¿Por qué lloras con tanto dolor? —le preguntó.
Antonio miró para todos lados, pero no vio a nadie, solo al corcel negro que lo miraba a pocos metros suyo.
—He perdido a mi hermano, fue hace una semana —dijo mientras buscaba el origen de la misteriosa voz.
—Tu hermano se encuentra justo aquí. ¿Qué no lo ves acaso?
—¿Dónde tengo que mirar? Solo veo a este caballo negro, mi hermano es un niño pequeño.
—Mi magia convirtió a tu hermano en este hermoso corcel.
—¿Marco? —le preguntó Antonio al caballo mirándolo a los ojos y ahí comprendió que su hermano ya no entendería, como antes, la lengua de los hombres, pero con su mirada hablaría en el más puro lenguaje: el que solo los sentimientos pueden expresar...
—Pero ¿por qué lo hiciste? —le preguntó Antonio al espíritu del bosque, sin poder entenderlo todo aún.
—Fue la única ayuda que pude darle para que él pudiera salvarte del sueño eterno, aquella noche de la gran tormenta...
—Vuélvelo a ser como era entonces, te lo imploro.
—Lo lamento, pero eso es imposible. El pequeño lo sabía y aceptó que usara mi poder en él para salvarte y así poder permanecer junto a ti.
Trata a este valiente caballo con todo el amor que le darías a tu hermano porque es él, en espíritu...
Y con respecto a ti —le dijo al caballo negro—, el reconocimiento por tu sacrificio lo dejaré plasmado en todo tu cuerpo y así será con tu descendencia por los tiempos de los tiempos.
Entonces, una vez más, el espíritu del bosque usó su magia, esta vez para cambiar el color del pelaje del corcel, del negro azabache que había sido hasta ese momento, a un blanco brillante, como la nieve más pura... para que, todos, siempre recordasen la historia del caballo que diera origen a la raza lipizana.
Y fue así que los caballos lipizanos, descendientes de aquel valiente corcel, siguen cambiando el color de su pelaje al crecer y son de los más amistosos, inteligentes y fieles caballos del mundo.

FIN



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En el texto hay: leyenda, hermanos, caballos

Editado: 02.07.2022

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