La liga ciudadana

Capítulo 3: Media luna

Tras recorrer el tedioso camino por las calles más pobres de la ciudad, Eir se detuvo delante de lo que, en apariencia, era la entrada al parking de un centro comercial abandonado. Esperó a que una familia neoesclava cruzase la calle y se aseguró de que nadie más podría verla. 

Acto seguido introdujo su dedo índice en el lector dactilar, camuflado dentro del antiguo dispensador de tickets. La máquina emitió un pitido y se abrió una pequeña puerta, oculta tras los grafitis de la gran entrada. 

— ¿Dónde te habías metido, preciosa? — preguntó Mario al verla llegar a la primera planta. Llevaba la mochila donde se guardaban las nuevas armas que diseñaba Toni. 

— Siento llegar tarde, mi hermano me ha entretenido. — entró en la oficina central de la LC, que antaño había sido una cafetería.

Accedió a su cubículo y tiró la bandolera en una de las sillas de madera. Revisó las notificaciones de su ordenador y encontró un nuevo mensaje de K.

K: “El viernes hay un baile para el príncipe. Están buscando una esposa. El rey morirá de cáncer, la cura humana no sirve. Nos vemos con la media luna en las flores.” 

Tuvo que releer el chat tres veces para comprobar que no eran imaginaciones. Intentó enviar una respuesta, pero sus manos temblaron de la emoción. Primero debía comunicarlo al grupo.

— ¡Atención todos! Tengo excelentes noticias de K. — gritó mientras entraba en la sala de reuniones. El ex comodoro Kert fue el primero en llegar, seguido por Toni, Kolson y Sila. Mario ya se encontraba en el gimnasio, así que mandaron a su hermano a la planta baja.

— Bien, quiero que prestéis atención, es muy importante. — Eir trago saliva, respiró hondo y soltó la información de golpe. — K nos ha transmitido que el rey Khor está muriendo de cáncer, al parecer la cura humana no sirve para los baconianos. No me ha dicho el porqué.

— Es por la energía. —  Toni supo que había razonado en voz alta al observar las miradas demandantes de todos los presentes. —  Tal vez Khor tenga demasiada energía acumulada en su cuerpo, a causa de su poder y la radiación de dicha energía puede provocar la muerte de todos los organismos invasores, incluidas las células anticancerosas. — aclaró.

— ¿Como las bacterias y virus? — preguntó Sila, sentándose en una de las sillas, gesto que solía hacer cuando se concentraba.

— Exacto. No pueden enfermar, ya que su propio cuerpo las elimina antes de actuar y, al parecer, tampoco pueden introducir nuevas células en su organismo. Lo extraño de todo esto es el cáncer. Creía que los baconianos no podían contraer esta enfermedad. 

— ¡No lo veis! — gritó Eir eufórica. — Es el momento que estábamos esperando. ¡Hay que hacer correr la noticia! Todos los neoesclavos se alzarán contra el Neoimperio, no tengo la menor duda.

— Chicos, ¿Podéis dejarnos a solas un minuto? — Kert observó a Eir con cierta dureza.

Sabía que la joven sentía un especial odio hacia los baconianos, en concreto hacia el capitán general Kincaid y el rey. No la culpaba por ello, pero temía que dicho odio la llevara a precipitarse y con ello, condenar a la humanidad a una muerte prematura.

— Eir, ¿Podrías leerme el mensaje? 

— Por supuesto. “El viernes hay un baile para el príncipe. Están buscando una esposa. El rey morirá de cáncer, la cura humana no sirve. Nos vemos con la media luna en las flores.” 

— ¿Qué querrá decir con “nos vemos con la media luna en las flores”? — preguntó cruzando los brazos a la altura de su pecho y acomodándose en una de las sillas.

— ¿Qué importa? Tenemos en nuestras manos la oportunidad que estábamos esperando. Tan sólo necesitamos eliminar a Khor, el capitán general Kincaid y el príncipe. Ningún Baconiano es tan poderoso como ellos, el resto será fácil de convencer. Y a quien no acepte la igualdad, le esperará la guillotina. 

— Eir, ¿Te estás oyendo? Tu odio te ciega. Esta noticia tan sólo nos da un poco de ventaja, nada más. Si el rey sufre cáncer, apenas tardará unos meses en morir. Dejemos trabajar a la enfermedad y mientras tanto, podríamos buscar apoyo entre la élite. Y en cuanto al príncipe, todavía no sabemos sus intenciones. ¿Y si está a favor de la igualdad?

El ex comodoro tenía razón. Al oír las palabras “Rey Khor”, “Príncipe Kalet” y, sobretodo, “Capitán General Kincaid”  su mente se nublaba y las imágenes de la cabeza de Lucas rodando por el suelo, el cuerpo espasmódico expulsando sangre sin cesar y los gritos, hacían desaparecer hasta la verdadera razón por la que se unió a la Liga Ciudadana, los derechos de Min.

— Tienes razón, lo siento mucho. — se disculpó con la mirada perdida, recordando los últimos deseos de su padre. — ¿Qué propones?

— Primero deberíamos averiguar qué quiere decir K con esa última frase. Tú le conoces mejor que todos nosotros. ¿Qué puede significar?



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En el texto hay: principe, amor, planeta

Editado: 12.06.2019

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