La lista de Malena Jal

Capítulo 14

Viajando en colectivo a las cataratas de Iguazú recibí una llamada de Sa, hace rato no hablábamos. Contesté feliz, faltaba poco para terminar el viaje, extrañaba escucharla, su voz para nada dulce pero en efecto, demasiado tierna, hizo latir un poco más rápido mi corazón.

 

—Hola Sa, ¿cómo estás?

 

—Hola Malena, ¿bien y vos?

 

—Acá ando, aprovechando los últimos días antes de volver.

 

—Ah, y, ¿vas a estar bien sola?

 

—Ya sabes lo de Mar supongo, no estoy sola, estoy con Joshua, el chico que conocimos en el viaje. Está al lado mío, vamos en el colectivo yendo a…

 

—Te quería decir algo… —ella nunca me interrumpía, lo dijo en seco, con un poco de preocupación. Supe que tenía que estar sola para oírla, así que le pedí permiso a Joshua y me fui a uno de los últimos asientos para hablar tranquila.

 

—Decíme.

 

—Estuvimos hablando un poco con Mar, también me habló Eli, y nada, ósea… vos sabes que no soy de decir mucho lo que siento y tranquilamente podría esperar a que vuelvas pero no sé, lo sentí ahora y quise decírtelo ahora.

 

—¿Qué cosa? —la escuchaba con la voz entrecortada, y no era por la estática, estaba controlando un sentimiento amplio.

 

—Yo te quiero mucho, creo que… muchísimo. Sos la amiga que más extraño y pienso, más que familiares. A veces me acuerdo cuando nos conocimos y vos me abrazaste y yo te corrí… no nos llevamos bien al toque, pero ya pasaron años, ya no somos esas nenas de catorce, somos unas grandulonas que no saben qué hacer con sus vidas… Te admiro, vos por lo menos intentaste e intentas crecer, ser escritora, bailarina, doctora o cualquier cosa que te propongas, y me duele ver cómo te desmoronas cuando no te sale, me enojo con la vida y conmigo misma, porque quisiera que logres tus sueños y… ser como vos… Enfrentar mis miedos por lo que me gusta aunque caiga… Una vez te lo dije así nomas y nunca lo volví a repetir porque es una carga para vos también, no es fácil tener como, la admiración de alguien supongo, porque si fallas es como fallarle a alguien pero no. Por eso quiero decirte que cuando fracasas en algo, yo y seguro mucha gente, no me fijo en que fracasaste, me fijo en que te volves a levantar. No hace falta que busques razones para estar bien.

 

Creí que las lágrimas eran una debilidad. Lloré escuchando sus palabras como música y sonreí sin vergüenza de que la gente me mire. Entendí la carga que puse en Eli y Mar al querer ser como ellas, ignorando lo que soy o puedo ser. La alegría que recorrió mis venas llegó a mis extremidades. Como fuego adentro de mí, sequé esas lágrimas volátiles y le agradecí. Prometiendo ir a otra convención las dos solas, sin admiraciones ni fallas, solo dos amigas divirtiéndose.

 

Para dar por finalizada la odisea, las cataratas de Iguazú serían el último destino. Otra vez a pata y dedo. Bajamos y subimos de varios transportes. Descendiendo y ascendiendo por montes. Dormimos parte del viaje turnándonos para no seguir de largo por un sendero equivocado. Tardamos mucho en llegar, sin saber el horario y nuestros celulares apagados por falta de batería. Con indicaciones de una familia de la región, llegamos una mañana muy temprano. Recién amanecía, esos dos días no dormimos nada.

 

Sentados en un café hicimos tiempo al desayunar submarino con medialunas hasta que abrieran sus puertas y deleitarnos con el paraíso natural. Estaban pasando Casados con hijos, hace mucho no lo veía, fue entretenido hablar sobre los actores y las veces que nos hicieron reír de chicos; con chistes tontos, actuaciones exageradas y un final algo abierto. Cuando se hizo la hora nos levantamos, nuestras caras de cansancio pedían el fin de esto en ese nítido lugar.

 

Cuando entramos recorrimos hasta donde se pudo. Puentes y caminos, árboles, animales, la garganta del diablo y demás partes, la belleza y fuerza de la naturaleza mostraba sus cualidades, advirtiendo no ser molestada. Somos tan pequeños en este mundo tan grande pero nos creemos tanto. Qué ilusos. Esta tierra no es nuestra, simplemente la habitamos. La corriente que llevaba la masa de agua se sacudía en el aire y se mezclan generando una especie de rocío y moja todo. Los animales se movían solos o en manada y ningún humano los molestaba. Comienzo de Octubre, el verde se apodera del panorama.

 

Estaba de pie frente a una cascada volando en mis pensamientos cuando Joshua me tomó entre sus brazos. Percibí una corriente de aire caliente salir de su boca con un abrazo tierno en medio del agua, susurró a mi oído, que deseaba vivir lo suficiente para volver a sentirse así de completo. Yo solté una risita épica, esta aventura me abrió la cabeza y no entendía por qué volver a vivir algo hermoso cuando hay cosas nuevas por descubrir. Mi piel se erizó, pude sentir cada gota resbalando por mi pelo cuando él apoyó su mentón en mi hombro y me dijo "Ojalá que sea con vos".

Con un beso en la mejilla me soltó, estaba por irse cuando agarré su mano y le dije "Lo que quieras hacer, hacelo, el momento indicado es en todo momento". Me sonrió y me estrujó entre sus brazos otra vez. Seguramente él no estaba seguro. Desearía vivir sin ironías teniendo su calor cuando el agua fría de las cataratas nos empapaba. Lo abracé muy fuerte. Pensé mal, estaba tan feliz que por un momento empecé a retractarme, y tenía ganas de vivir, pero la felicidad no es eterna, es un estado pasajero.




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